Una casa en la serranía de Ronda que aúna modernidad y tradición

Frescos toques en azul

El dormitorio principal se encuentra en una situación privilegiada al tener la terraza donde leer o tomar un café pausadamente a solo un paso. En este espacio todo invita a la calma, como las cromáticas neutras y las pinceladas en azul de algunas piezas de mobiliario. También la pintura decorativa ofrece mucha serenidad y una textura cautivadora. Se trata de una mezcla de cal, polvo de mármol y agua. “Se denomina jabelga y procede de Sevilla de la empresa Cumen. Es un revestimiento muy antiguo que se utiliza desde hace siglos en Andalucía para proteger las paredes ya que es de gran durabilidad y aporta calidez con su textura irregular”, revelan desde Melián Randolph.

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Espectacular salón al aire libre

La terraza se asoma a las vistas asombrosas, es un mirador a la serranía de Ronda, al mar y hasta a África. En este ambiente todo invita al descanso, al disfrute sosegado, a la vida slow: el banco de obra, las mesas y sillas de madera, la lámpara de fibras…

Desde Melián Randolph cuenta que “el punto de partida en este proyecto lo encontramos en el primer libro de poesía de Luis Antonio de Villena: `Sublime Solárium´ y que actualmente da nombre a la vivienda. Esa ‘terraza más alta’ llena de referencias al Memoriale Sanctorum de Eulogio de Córdoba y, de ahí, fue surgiendo y fluyendo naturalmente el resto de la casa. El proyecto llevado a cabo supo articular esta narrativa, aglutinando las distintas capas históricas de la construcción ofreciendo así un aspecto atemporal. Incorporamos también otras referencias durante el desarrollo del diseño, como las líneas del ‘Antiguo Muchacho’, de Pablo García Baena que impregnaron los interiores de un marcado carácter andaluz. Obras de arte y libros se combinan con elementos locales y piezas de artesanía para enfatizar esta dualidad de carácter tradicional pero sofisticado, dando como resultado una casa muy particular, que refleja a la perfección el carácter e inquietudes de sus propietarios”. En definitiva, la reforma logra una vivienda sublime, un refugio perfecto y acogedor.

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Arquitectura original

En este baño se decide conservar la belleza natural que ofrece la roca y acompañarlo todo de elementos muy sinceros, como la encimera hecha de obra y revestida en microcemento de Cement Design. El lavabo es de Vicente Camps y está hecho en barro y la grifería de latón envejecido de Tres, con decoración en porcelana. Por último, el espejo y la lámpara de tulipa provienen del popular mercadillo madrileño El Rastro.

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Dormitorio de invitados

Sobre el cabecero, una preciosa hornacina con cuadros decora el dormitorio de invitados. Las lámparas de sobremesa son de cerámica pintadas a mano, de Las Pottery Sevilla. Mientras que la manta de lana de la cama rayada es también artesanal, de los telares de Mantas de Grazalema. En toda la vivienda vemos el cuidado esmero por seleccionar piezas hechas a mano.

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Serenidad en blanco

A pesar de que no se trata de una vivienda con muchos metros, se consiguió que cada dormitorio contara con su propio baño. Fue una demanda de los dueños. En este caso estamos observando el baño del dormitorio principal, en el que predomina el blanco. Para dar unos toques de color, se introducen elementos como el espejo de metal (que se compró en El Rastro), los apliques y toalleros (de Llinas) y la grifería bimando de latón envejecido (de la firma Tres).

Además, una zona de paso se amplió para que el dormitorio contara también con un precioso vestidor.

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Esta es una vivienda situada en la serranía de Ronda (Málaga) construida en los años 80’ que constaba de un conjunto de pequeñas estancias sin un gran valor arquitectónico. Sus propietarios actuales optaron por conservar la estructura exterior de la casa en lugar de edificar una nueva construcción y reformar los interiores. Melián Randolph fue el estudio encargado de la renovación de los ambientes y explican: “a pesar de las limitaciones de espacio que pudiese suponer adaptarse a los volúmenes preexistentes, priorizamos la idea de preservar el espíritu de la casa de pueblo, en la que incluso la propia roca de la serranía afloraba en algunas de las paredes”.

Melián Randolph (melianrandolph.com) es el encargado del interiorismo y Pablo Vidal firma el proyecto de paisajismo. Este último también pudo conservar un elemento: el gran algarrobo.

Junto a la piscina hay presencia de lentiscos, jazmín real y un tipo de violeta de climas templados. Como comenta el profesional “en mis jardines es muy importante el olor”.

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A la buena sombra

Si en la planta baja se ubican las zonas de día, en la planta superior y el torreón, se encuentran las de noche. Esta es la terraza que tiene acceso directo desde el dormitorio principal y en la que se han construido unos bancos de obra. La tela de los almohadones de flores es de la firma portuguesa Pedroso & Osório. Por otro lado, la pérgola vestida con cañizo ha sido un diseño del paisajista Pablo Vidal.

Las sillas de director con loneta blanca y rayas han sido compradas en una almoneda local y la mesa tipo velador de metal rojo, también procede de un establecimiento de la zona.

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Detalles elegidos con mucho mimo

Junto a la ventana, se exponen platos elaborados a mano y con ricas ornamentaciones en azul. Son piezas artesanales antiguas, algunas de Triana (Sevilla) y otras de Manises (Valencia).

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Una coqueta cocina

El mobiliario de cocina luce un radiante blanco, aunque las piezas más brillantes del rincón son los azulejos manuales grises, de Álvaro Guadaño. En el espacio destaca asimismo la campana de obra.

En la mesa de comedor apreciamos en detalle la vajilla, adquirida en la tienda de Ana Abascal Antigüedades.

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100% auténtico

Todos los materiales para el mobiliario del comedor son naturales. La mesa ha sido fabricada a medida por El Taller de los Sueños, según un diseño del estudio Melián Randolph en roble y metal. Y las sillas de comedor son de piel, y las venden similares en Sol y Luna.

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Almacenaje inteligente

El hueco de la escalera se aprovecha, no solo para guardar leña, sino con un armario con puertas cerradas que ofrece mucho espacio para guardar.

En esta zona de paso todo el protagonismo se lo lleva la mesa camilla, gracias a que se ha vestido ricamente con una tela étnica de Berbería. Las lámparas colgantes de fibra natural, son de Meridiana y contribuyen a dar un aire muy auténtico al interiorismo.

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Al calor de la chimenea y la luz natural

En el salón se diseña una chimenea de leña, que además de ser un elemento decorativo propio de la arquitectura vernácula, tiene su función de climatizar el espacio. Hay que destacar, también, que se practicaron huecos más grandes en la fachada para abrir la vivienda al paisaje e introducir luz a los interiores. Y con la intención de romper con la sobriedad de la fachada, para la nueva carpintería de madera se seleccionó un tono azul grisáceo muy refrescante.

En esta planta conectada, todos los ambientes se suceden en armonía con una decoración elegante y muchos toques de estilo, como el vistoso colorido empleado para la funda del sofá de ByB Collection, confeccionada en color berenjena con una tela de Gancedo. El baúl de mimbre, que hace las veces de mesa de centro, está realizado a mano en Andalucía. Las butacas son reediciones de las que diseñó en el 1934 Torres Clavé en roble y cuerda de papel y se adquirieron en Batavia. Mientras que los dos taburetes de ordeño proceden de Berenis.

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Ambientes conectados

La idea de partida de todo el proyecto era la vuelta a España de uno de los propietarios, después de haber vivido en el extranjero durante varios años, en busca de un espacio de refugio y reflexión desde donde disfrutar del paisaje. Se buscaba el elemento tradicional local, con objetos de la zona: artesanía, manufacturas… pero que fuese al mismo tiempo sofisticado. “Desde el principio huimos de la orientalización de muchas casas de la zona, que abusan de elementos del norte de África o asocian Andalucía con colores llamativos sin llegar a la verdadera esencia de una cultura tan rica como original”, comentan los artífices del interiorismo y la decoración.

La planta baja se destina a los usos más públicos, que tras las obras se abren unos a los otros. Toda la planta baja es abierta para hacer un único espacio social, “para ello fue necesario demoler todos los muros. Un problema que suelen tener estas viviendas son las alturas de techo, para aumentarla excavamos el suelo y construimos nuevos forjados empleando técnicas tradicionales como la bovedilla catalana, que enfatizan el carácter original de la vivienda”, explican desde Melián Randolph.

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Respeto a la tradición

“Cuando empiezo a diseñar un espacio exterior o un jardín, para mí es muy importante partir de un concepto que me sirva para después contar la historia que quiero plasmar en el sitio. En este caso, fue el agua que mana de la montaña y discurre por la ladera. La domesticamos y la aprovechamos creando la alberca y la piscina. La alberca está inspirada en los areneros que se usaban para decantar los sólidos del agua y la piscina está pensada como un sitio de reunión en la que el agua está siempre muy a mano de quien está en el sitio, ya sea sentado o tumbado tomando el sol”, detalla Pablo Vidal.

Los materiales de la zona de la piscina y alberca son cemento bruñido a mano (a la manera tradicional), jabelga y barro.

En cuanto a la decoración, sobre los bancos se colocan unas colchonetas confeccionadas con tela de exterior rayada, de Meridiana Home Sotogrande, al igual que el farol marroquí.

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