Con el tiempo y en función del uso, resulta normal que las lavadoras se ensucien, lo que provoca que laven peor, tengan mal olor, vibren tanto que se muevan de sitio o hagan ruidos extraños. Su vida útil es de unos 10-12 años y durante este periodo deberían prestar un buen servicio, incluso las que están próximas a la jubilación. Para lograrlo, nada mejor que una limpieza de mantenimiento semanal del cajetín del detergente y los frentes, una mensual que incluya la goma de la puerta y el tambor y otra en profundidad, cada seis meses, del filtro del agua y el sistema interno. Por eso, si tu lavadora es lo suficientemente nueva para durar unos años más, la has comprado hace poco o es antigua, pero 'buena’ y te encanta cómo deja la ropa, estas ideas prácticas harán que luzca por dentro y por fuera como si la acabaras de estrenar.
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El tambor
Es el corazón de nuestra lavadora, con permiso del resto, por eso siempre debe estar limpio y reluciente. Para su limpieza, es importante que no uses productos abrasivos ni estropajos que puedan dañarlo. Puedes rociar vinagre blanco (un potente limpiador natural) por todo el interior y pasar una bayeta de microfibra. Otra buena opción es espolvorear bicarbonato de sodio directamente en el tambor y hacer un ciclo de lavado, sin ropa, largo y a la máxima temperatura o sustituir el bicarbonato por detergente en el cajetín.
El cajetín del detergente
Es relativamente normal que, después del ciclo de lavado, queden restos de detergente o suavizante en el cajetín. Por eso, siempre es recomendable enjuagarlo al terminar y pasarle un paño. Si tiene suciedad acumulada, puedes dejarlo en agua y jabón neutro unos minutos y frotar con un cepillo de dientes o recurrir al poder del vinagre blanco. Para ello, vierte una taza en el dispensador de detergente y haz funcionar la lavadora a máxima temperatura con un ciclo largo. Por cierto, las que incorporan la función de autodosificación tienen los cajetines autolimpiables.
La junta de goma
Si piensas que la junta se limpiaba en cada lavado, estabas muy equivocada. Además, estamos ante uno de los elementos, junto con el tambor, que pueden provocar mal olor, ya que está siempre expuesta a la humedad y pueden quedar residuos como pelo o restos de detergente y suavizante. Su limpieza es muy sencilla y debe hacerse una vez al mes. Para ello, basta con que pases una bayeta húmeda tanto por dentro como por fuera y que realices, después, un lavado de mantenimiento. Además, es importantes que incorpores ciertas rutinas en el día a día. Así, asegúrate de que al cargar la ropa, no queda nada enganchado a ella, y cuando finalice el ciclo limpia y sécala con un paño para eliminar cualquier resto de humedad y detergente, ya que es durante el tiempo que no se está utilizando cuando comienza a aparecer el moho.
La puerta y el frente
El aspecto exterior dice mucho también del estado de tu electrodoméstico. Además, su limpieza es sencilla y rápida. Basta con limpiar el frente, la puerta y el panel de mandos con agua caliente y jabón neutro y secar bien después. Para que brille, rocía vinagre y frota con un paño de microfibra. Es importante que dejes siempre la puerta entreabierta, para que la máquina se seque al aire o que, incluso, lo hagas a mano con un paño de algodón.
Por dentro
Para asegurarte de que tu lavadora está bien limpia por dentro (tuberías y sistema interno) vierte cuatro tazas de vinagre blanco y elige un ciclo de lavado a alta temperatura y de larga duración. Una vez que se haya llenado y apenas haya comenzado, detén la lavadora y deja que el agua y el vinagre se asienten durante una hora. Termina el lavado de manera normal.
El filtro
El filtro es un elemento importante en la vida útil de tu lavadora, al que pocas veces prestas atención, normalmente solo lo haces cuando notas alguno de los síntomas más habituales de que algo va mal: vibra, hace ruidos fuertes, tarda más, la ropa sale muy húmeda o tras un lavado se acumula agua en el tambor. Sin embargo, limpiar el filtro resulta muy sencillo y te evitará muchos quebraderos de cabeza. Para ello, desde Siemens nos dan un práctico paso a paso:
1. Cierra el grifo del agua y desenchufa.
2. Coloca una toalla, abre la tapa y drena el agua residual de la manguera de desagüe.
3. Desenrosca la tapa del filtro, elimina los posibles objetos que encuentres (botones, pelusa o monedas) y limpia el interior, la rosca y la cubierta.
Filtro del agua
Nos olvidamos de él, pero nos suele mandar avisos de que algo no funciona: entra nada o poca agua o después del lavado esta se queda en el tambor. Incluso cuando todo parece ir bien, es recomendable limpiarlo cada seis meses. Para ello, cierra el grifo, pon en marcha un programa durante 40 segundos y desenchufa. En modelos estándar, solo tienes que desconectar la manguera del grifo, limpiar el filtro con un cepillo, desconectar la manguera de la parte trasera de la lavadora, limpiar y conectar la manguera, asegurándote de que no haya fugas.
Lavado de mantenimiento
Para evitar malos olores y que tus prendas estén siempre perfectas, realiza un lavado de mantenimiento, sin ropa y a máxima temperatura (90-95ºC) una vez al mes. Si quieres asegurarte una mayor eficacia, puedes usar un producto específico para este fin. Algunas marcas de electrodomésticos tienen el suyo propio, pero también puedes adquirirlo fácilmente en el supermercado.
Normas de lavado
Si quieres alargar la vida de tu máquina y lograr una mejor limpieza de tus prendas, es importante que no solo mantengas en forma sus elementos, sino que también hagas un uso adecuado de la misma.
. No pongas más detergente que el indicado
Si tu colocada está muy sucia y te ves tentada de añadir una dosis extra de jabón… ¡Resiste la tentación! Ya que no solo conseguirás el efecto contrario y hacer que queden residuos en tus prendas, sino que, además, causas un desgaste innecesario de la lavadora, porque tiene que ‘trabajar’ más para eliminar bien el jabón. Consulta las instrucciones y sigue al pie de la letra sus consejos sobre la cantidad recomendada. Si necesitas una limpieza adicional, usa un programa a mayor temperatura y de mayor duración.
. Revisiones periódicas
Cada pocos lavados, echa un vistazo a componentes como el sello de goma, el tambor y el filtro.
. No la sobrecargues
Excederte con la cantidad de prendas por lavado, hará que deba esforzarse más, con el consiguiente desgaste. Además, la limpieza también se resentirá y será menos efectiva.
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