Aunque se llama suelo radiante no se trata de un suelo propiamente dicho, en realidad este sistema de climatización (pues puede además de ofrecer calor, refrescar) que se instala sobre el forjado en una red de tuberías que luego se cubren con el pavimento.
En tiempos de preocupación por el medio ambiente y, por qué no reconocerlo, la factura en consumos energéticos, instalar suelo radiante en casa es una muy buena decisión pues supone grandes ahorros y resulta muy saludable. De hecho, el suelo radiante por agua es el único sistema de calefacción que ha obtenido la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al darnos una sensación de confort inigualable. A continuación, vemos en detalle qué ventajas ofrece respecto a otros sistemas, como los radiadores o los aires acondicionados inverter. Debido a todas ellas “la cifra en cuanto a la demanda de este tipo de proyectos se está duplicando año a año”, comenta la Jefa de Producto de Energías Renovables de Leroy Merlin, Pilar Pérez.
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1. Bajo consumo
El suelo radiante por agua es muy eficiente, pues necesita consumir menos energía que el resto de alternativas. Por ejemplo, si comparamos respecto a los radiadores, el sistema trabaja con una temperatura del agua de entre 35º y 45º C, mucho menor que los radiadores que alcanzan unas temperaturas de al menos 70º C (si bien en la actualidad existen modelos que funcionan también a baja temperatura), lo que reduce el consumo de energía de una vivienda entre un 10 y un 20%. Eso sí, hablamos del suelo radiante por agua, pues el eléctrico sí supone un consumo energético elevado.
Por cierto, infórmate si al instalar suelo radiante puedes beneficiarte de subvenciones públicas. Eso es probable que lo logres si además apuestas por alimentarlo por aerotermia como se ha hecho en esta casa, proyecto de CYR Arquitectura, que además cuenta con energía solar.
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2. Máxima sensación de confort
La distribución del calor es óptima y homogénea. Los expertos aconsejan que los pies siempre estén más calientes que la cabeza para notar una sensación de bienestar y en este caso el calor constante y moderado procede del suelo, y la diferencia de temperatura entre la superficie y el techo no supera los 6-7º C, de manera que apenas se generan corrientes de aire por convección, por lo que casi no se levanta polvo. Y este último es un motivo muy interesante para los alérgicos a los ácaros.
3. Ambientes saludables
El confort se logra, como decíamos, porque el calor se distribuye de forma igual y gracias a la casi ausencia de corrientes se logra otro gran beneficio: no disminuye la humedad ambiental. En consecuencia, se evita la sequedad de las mucosas y de la piel que se producen cuando se reseca el ambiente. Y como el suelo nunca supera los 29º C, la calefacción no perjudicará a quienes padecen problemas de circulación en las piernas.
Pero además, comparado con los radiadores, no hay objetos a la vista que puedan provocar quemaduras. Algo en lo que hay que prestar atención sobre todo en los hogares con niños.
4. Invisible
Aquí vemos las ‘entrañas’ del sistema, que posteriormente queda cubierto por el pavimento seleccionado. El resultado es que luego todo es invisible, sin splits o radiadores.
Y en el caso de los radiadores, al evitarse, no solo eliminamos el riego de quemarnos sino incluso el de golpearnos accidentalmente con ellos.
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5. Solución ahorraespacio
Al instalarse debajo del suelo, este sistema no ocupa espacio alguno en las paredes ni techos. Lo único que se lleva es algo de altura al techo, pues entre el forjado y el pavimento se debe respetar una distancia de unos 8 cm.
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6. Compatible con muchos tipos de suelo
Si bien es posible instalar suelo radiante en prácticamente todo tipo de pavimentos, hay materiales que darán mejores resultados y, por lo tanto, resultarán más eficientes. De este modo, será mejor acompañar un sistema de calefacción de este tipo de baldosas cerámicas o piedra, como el mármol, materiales que tienen una alta conductividad térmica, o lo que es lo mismo, logran que el calor se transfiera rápidamente a la superficie del suelo.
En este sentido el parqué no es una muy buena elección.
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7. Calor regulable
Se instalan zonas independientes para, si se quiere, regular la climatización de cada habitación de forma individualizada. Por ejemplo, se puede subir la temperatura del baño a la hora de asearse.
Y gracias a la domótica, puedes ordenar el encendido desde cualquier lugar para encontrarte la temperatura que deseas al llegar a casa.
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8. Climatización integral
Si lo deseas, puedes optar por un suelo radiante 2 x 1, que sea refrescante durante los meses de verano y ofrezca calefacción en los meses más fríos del año. En la función de refrigeración el agua circulará en torno a 15º C absorbiendo así el exceso de calor ambiental y proporcionando una agradable sensación de frescor.
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