Ya han bajado las temperaturas, habido una que otra tormenta y la chaquetilla se ha sumado a tu ropa de diario casi sin darte cuenta. Y es que el otoño ya ha llegado oficialmente. Así que, igual que ya has hecho el cambio de armario (o lo tienes en tus tareas más pendientes), tu cama también necesita una actualización para darte la calidez propia de esta época del año, en la que aún no hace excesivo frío, pero se agradece una mantita. Te damos varias ideas para que vistas tu cama en entretiempo.
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Suma capas
Si no estás preparada aún para sacar el edredón nórdico, comienza sumando capas a la ropa de tu cama. Puedes utilizar una colcha, directamente con las sábanas. Las hay de varios grosores. Ahora, que ya gusta taparse un poco por la noches, lo más recomendable es elegir una con un poco de relleno y ligera, como en esta propuesta de La Redoute. Puedes añadir una manta debajo si en tu zona hace algo más de frío. Las de lana de toda la vida son las más agradables para esta época del año.
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Que no falte un plaid a los pies de la cama
Saques o no una manta, añade siempre un plaid a los pies de la cama. Si en verano triunfan los finitos, de lino y algodón, ahora tu cama te pide texturas más cálidas. Así, no te olvides de añadir a los pies de la cama una mantita de lana o cachemira. Te servirá para echártela por encima si tienes algo de frío y servirá para decorar el dormitorio y darle calidez visual. Mira cómo lo han hecho en este dormitorio decorado por El Corte Inglés.
Hazte con un gustoso boutí
A medio camino entre una colcha y un edredón, un boutí es el complemento perfecto para vestir tu cama en entretiempo. Además, son tan decorativas que sirven también para vestir la cama con elegancia. Algunos modelos incluyen un par de cuadrantes para decorar y los hay con tantos estilos y acabados como camas.
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Saca el nórdico (solo los más frioleros)
En zonas en las que hace mucho frío, lo más recomendable ya es sacar el edredón nórdico. Y más si tú o tu pareja sois frioleros. Un nórdico de calidad facilita la transpiración y regula la temperatura. Si tienes un nórdico de los que llaman ‘cuatro estaciones’ será más fácil. Se trata de un nórdico compuesto por dos piezas: uno más fino para el verano y otro de grosor medio para primavera y otoño –este es el que tendrás que poner ahora–. Lo mejor es que cuentan con corchetes para unirlos y conseguir un nórdico más pesado con la combinación de los dos. En la imagen, una propuesta de la Retro Artsy Collection, de Westwing.
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Estampados que invitan al otoño
Y, si en verano ganan las rayas, en otoño en invierno, el estampado que se lleva la partida son los cuadros, como vemos en esta propuesta de La Redoute. El conjunto será agradable tanto al tacto y como a la vista. Los más populares son los cuadros tartan (también conocidos como escoceses), pero funcionan igual de bien los cuadros vichy, los de pata de gallo.
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Las flores también florecen en otoño
Esta temporada se llevan también los motivos florales, grandes y pequeños sobre fondos de colores fríos como el verde o el azul, ambos colores perfectos para dar al dormitorio un plus de calma, estilo y relajación. La clave está en combinarla con tonalidades más cálidas, como ocres o mostazas oscuros, como en este dormitorio de La Redoute.
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Accesorios de algodón, lana o terciopelo
Es el momento de guardar tus preciosos cojines de lino que tanto te refrescan en verano por otros con textiles más cálidos, propios de esta época del año. El algodón y la lana son los más habituales cuando empieza el frío. Pero no tengas miedo a añadir también alguno de terciopelo. Su suave y cálido tacto es perfecto para vestir la cama de entretiempo o, al menos, añadir algún accesorio que aporte esa calidez y elegancia que le son propias. En esta idea de Maisons du Monde, se combina un modelo en terciopelo y otro en algodón.
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Al toño le gustan los tonos empolvados
En otoño funcionan genial porque son cálidos e invitan a la relajación. Rosa, azul y verde empolvados son tonos muy en tendencia que triunfan por su carácter pausado y por lo bien que funcionan en cualquier ambiente, pero especialmente en el dormitorio, donde podemos concedernos la licencia de elegir una decoración más romántica. En esta propuesta de El Corte Inglés tanto el boutí que decora la cama como el cabecero presumen de este tono nude tan acogedor.
Y los colores más otoñales
En otoño nos gustan los tonos amarronados y amarillentos, que nos recuerdan a la incesante caída de las hojas, pero con un punto apagado, como en este dormitorio de IKEA. También los tonos ocres, mostazas oscuros, calderos y terracotas, con un efecto más llamativo y con más fuerza. Ahora que llega el otoño, en la ropa de cama, puedes elegir incluso algún tono más oscuro, como verdes o azules que llenen de personalidad el cuarto.
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