Nada nos gusta más que llegar a la cama cada noche y que nos acojan unas sábanas limpias, suaves y confortables. Y para conseguirlo, tendrás que poner en práctica algunos de los consejos que vamos a repasar hoy: descubre todas las claves para mantener tu ropa de cama cuidada y en perfecto estado.
Lo primero, hacer inventario
Si ha pasado algún tiempo desde la última vez que revisaste el armario de la ropa blanca, puede que no tengas muy claro cuántos juegos de sábanas tienes disponibles, de qué medida son o en qué estado se encuentran. En estos momentos se hace necesario un buen repaso a tu arsenal de lencería de hogar, para saber qué tienes y qué necesitas comprar (si es que te hace falta).
Saca todos los juegos de sábanas que tengas y las piezas desparejadas, incluidas las antiguas que te regalaron hace años y que aún no has estrenado. Revísalas una por una y separa las que estén muy usadas y deterioradas. Haz lo mismo con las colchas, los edredones y las mantas. No tiene sentido, por ejemplo, guardar esa colcha de verano vieja; ha llegado la hora de renovarla.
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La cama y el colchón, siempre a punto
La higiene de la cama no se limita únicamente a las sábanas, mantas y colchas. También tienes que revisar con frecuencia el estado de tu colchón. Airearlo casi cada día y sacudirlo y aspirarlo de vez en cuando es fundamental para eliminar los ácaros que se acumulan en él.
También tendrás que lavar la funda protectora del colchón. Debes tener dos para ir cambiándolas al menos una vez al mes. Lo mejor es que sean de tejidos de última generación que, aunque son impermeables, transpiran y resultan más cómodos.
Elegir las sábanas adecuadas
Ya has podido comprobar por ti misma que no es necesario disponer de muchos juegos de sábanas. Al final se nos acumulan en el armario y acabamos por poner siempre los mismos. Es mejor tener dos juegos de buena calidad, que muchos peores.
A la hora de elegirlos, hay muchos tejidos: algodón, lino, percal, seda, satén, con mezcla de poliéster, etc. La recomendación de los expertos es que apuestes por el algodón 100%, un tejido natural, transpirable y muy cómodo, tanto en verano como en invierno.
Es importante tener en cuenta el número de hilos que tiene el algodón: a mayor cantidad de hilos, más suaves y resistentes serán las sábanas.
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¿Cuál es la mejor forma de lavarlas?
La frecuencia correcta para cambiar las sábanas de la cama es una vez a la semana, o antes si se manchan por cualquier motivo. Para lavarlas de la mejor forma posible debes tener en cuenta el tejido y las instrucciones de la etiqueta.
No las laves en agua fría, porque no eliminarás los ácaros ni las bacterias que puedan haber acumulado. Si tus sábanas son de algodón, lo ideal es lavarlas en agua caliente, a 60ºC. Este tejido no sufre a esta temperatura y te asegurarás de haberlas desinfectado a fondo.
Para las sábanas de tejido sintético o de satén tendrás que seleccionar un ciclo de lavado corto en agua templada (a 30ºC).
Una colada bien hecha
Aunque parezca obvio, a veces nos equivocamos al hacer la colada y cometemos errores que hacen que la ropa no salga tan limpia como debería. Cuando vayas a lavar tus sábanas y ropa de cama, ten la precaución de seguir estos consejos para lograr los mejores resultados:
- No llenes el tambor de la lavadora a tope: las sábanas no se lavarán bien y la máquina sufrirá.
- No te pases con la cantidad de detergente: quedarán restos de jabón en tus sábanas, algo nada recomendable.
- El suavizante, dosifícalo con cuidado. De hecho, lo mejor es prescindir de él si lavas mantas de lana fina, por ejemplo.
Leer: Cómo cuidar la ropa de casa: trucos para lavarla, plancharla y guardarla
Trucos para tender las sábanas
Una vez has lavado las sábanas, llega el momento de tenderlas. Hay una forma correcta de hacerlo que repercutirá en el resultado.
Para empezar tiende las sábanas enseguida, nada más terminar el ciclo de lavado, y así evitarás que se arruguen más.
Colócalas bien estiradas en las cuerdas sujetándolas con pinzas (mejor de plástico que las de madera, ya que dejan menos marcas en los tejidos). Si no tienes suficiente espacio en el tendedero para colgar las sábanas estiradas puedes doblarlas a la mitad.
¿Tus sábanas son de colores intensos? Tiéndelas a la sombra: el sol puede decolorarlas con el tiempo.
Cuando llegue el momento recoge las sábanas ligeramente húmedas para que resulte más fácil plancharlas.
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Las claves para plancharlas
El primer paso, además de contar con el lugar adecuado para planchar y con una tabla ergonómica, es seleccionar la temperatura adecuada a cada tejido.
- Si tus sábanas son de algodón 100% o de lino tendrás que programar una temperatura alta en la plancha para conseguir que te queden lisas y sin arrugas. Recuerda que planchar las sábanas ligeramente húmedas es un buen truco para lograr que queden perfectas sin tanto esfuerzo.
- Las sábanas de seda y las de tejidos sintéticos deben plancharse a baja temperatura. Como se arrugan menos son más fáciles de planchar.
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¿Cómo cuidar los edredones, las colchas y las mantas?
Ahora que el otoño ya está aquí, es cuestión de tiempo (seguramente poco) que tengamos que cambiar la ligera colcha de verano por el edredón y las mantas. Si guardaste estos elementos de la manera adecuada en primavera, ahora los encontrarás perfectos, listos para colocar en tu cama.
Cuando los tengas que lavar, es importante que revises las etiquetas para saber si tienes que llevarlos a la tintorería o puedes lavarlos en casa. Los edredones y colchas de pequeño tamaño se pueden lavar a máquina en un programa delicado (los de plumas) y con un ciclo corto (los sintéticos).
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Colocadas y en orden
Una vez lavada y planchada tu ropa de cama, es importante guardarlas adecuadamente. Si no tenemos cuidado se arrugarán y no habrá servido de nada todo lo que hemos hecho antes para que estuviesen perfectas.
Para doblar y guardar los juegos de sábanas, lo mejor es doblarlas (una vez estén completamente secas y planchadas) y meter la sábana bajera y la encimera en una de las fundas de almohada, junto con la otra funda. Así es imposible que se descoloquen y se nos extravíe alguna pieza.
Las colchas, mantas y edredones se guardan dobladas con la medida adecuada al armario donde vas a colocarlas.
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