Dejamos atrás el calor del verano, y con el otoño llega una temporada de nuevas frutas y verduras que podemos sembrar en el huerto, para degustar a lo largo de los siguientes meses. ¿Qué especies podemos sembrar a lo largo de esta época? Pues fundamentalmente plantas que resistan el clima frío y la humedad. Destacamos las más cultivadas en huertos caseros.
Que lleguen los meses más fríos del año, asimismo, tiene algunas ventajas pues podremos estar menos pendiente del riego y en esta época hay menos plagas.
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Brócoli
El brócoli (Brassica Oleracea) se puede cultivar en diferentes épocas del año, pues es una planta resistente y que se adapta bien las temperaturas bajas. De hecho la temporada de otoño e invierno es ideal para la siembra de esta planta, pues requiere de temperaturas templadas y frías para poder desarrollarse adecuadamente.
El brócoli necesita un suelo de textura media, preferiblemente rico en potasio. Y también con buena capacidad de drenaje. En cuanto al riego, se recomienda por goteo, inicialmente de forma frecuente y después espaciándolo más en el tiempo. ¿Cuándo podrás recolectarlo? Aproximadamente entre 5-6 meses tras su plantación.
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Guisantes
Ten en cuenta que el mejor momento para sembrar guisantes (Pisum sativum) es en otoño. Esta verdura es fácil de cultivar, las semillas tan solo necesitarán humedad para germinar. En principio la planta del guisante no necesita ni abonado ni riego aunque dependerá mucho de la zona de cultivo.
Esta planta requiere de tierra suelta y ligera para su cultivo. Aparte, por si no lo sabías, esta hortaliza anual de la familia de las leguminosas es una mejoradora de la tierra, gracias a que fija el nitrógeno atmosférico. ¿Cuándo estarán sus frutos listos para ser recogidos? Su ritmo de crecimiento es rápido y puede tardar tres meses, en ocasiones cuatro.
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Zanahorias
Los meses septiembre y octubre son los mejores para plantar zanahorias (Daucus carota), dado que se posibilita un clima más fresco durante las primeras semanas de la plantación. Este tubérculo prefiere un terreno rico en sustratos aunque ligero, nunca arcillosos que complicarían su buen desarrollo y crecimiento. El riego y la humedad son importantes para esta planta, siempre evitando encharcamientos. Plantada en suelo las zanahorias requerirán que este sea hondo, puesto que necesitan crecer en profundidad.
Normalmente podrás recolectar esta deliciosa verdura tres o cuatro meses después de su siembra.
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Lechugas
Aquí podemos plantar lechugas (Lactuca sativa) en dos estaciones del año: el otoño y la primavera. Y por supuesto, en un invernadero, todo el año, pues es una hortaliza que no soporta el frío extremo del invierno que podría hacer que se pudriera. Es una planta que se adapta a distintos espacios y climas, prefiriendo semisombra o sol completo y un suelo rico en nutriente, bien drenado.
Ten en cuenta que están recomendados los riegos cortos y frecuentes, para mantener la humedad en las capas más superficiales del suelo. La duración del cultivo de la lechuga suele ser de 50 a 70 días, así que pasados unos dos meses ya podrás recolectarla.
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Acelgas
En las zonas frías la acelga (Beta vulgaris) debe plantarse en los meses que van de marzo a octubre, mientras que en climas templados puede hacerse a lo largo de los 12 meses del año.
Ten en cuenta que es una planta que alcanza un tamaño considerable, por lo que convendrá dejar una distancia de unos 30 cm entre acelga y acelga. Esta planta requiere suelos profundos, ricos en materia orgánica y ligeramente arcillosos. Respecto al riego, nunca hay que dejar que la tierra se seque completamente pero tampoco saturarla en agua. Una vez plantadas, podrás disfrutarlas en tu plato cerca de tres meses después.
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Ajos
Las plantaciones de la planta de ajo (Allium sativum) suelen realizarse en otoño, aunque puede variar dependiendo del clima, del terreno y del tipo de ajo. El ajo prefiere los suelos fértiles.
Respecto al riego, mientras que inicialmente se recomiendan más ligeros y frecuentes (cada dos días), luego deberán espaciarse. Así, pasado el mes se deberá regar cada cuatro o cinco días; y a los tres meses ya solo una vez por semana, por regla general. Antes de recogerlos tendrás que suspender los riegos para favorecer el secado de los bulbos. Tardarás unos cincos meses en poder recoger los ajos.
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Frutas silvestres
Moras, arándanos, frambuesas, grosellas, fresas salvajes… La variedad de frutas del bosque es amplia en sabores, así que solo debes seleccionar la que mejor se adapta a tu paladar. Todas las variedades mencionadas coinciden en que el momento más recomendado para plantarlas es desde que comienza el otoño hasta principios de la primavera.
Aunque cada variedad de planta tiene sus particularidades, lo cierto es que la mayoría comparten la necesidad de sol, de estar abrigadas del viento y de preferir un sustrato húmedo.
Uva
Debes esperarte al final del otoño, ya llegado el mes de diciembre, para plantar parras (Vitis vinifera), siempre que el huerto no se encuentre en zonas muy frías; y podrás hacerlo hasta mayo. En zonas con riesgo de heladas es mejor plantar las parras bien entrada la primavera.
La mejor de estas plantas de uva es que pueden situarse incluso en el porche del jardín para ofrecer sombra y, además, son muy agradecidas. Esta leñosa es de fácil cuidado, por ejemplo no precisa muchos riegos y no es muy exigente con el suelo, tolerando los sustratos pobres aunque eso sí, con buen drenaje. Emplaza la parra en un lugar soleado. Podrás saborear el delicioso fruto de las plantaciones de vid en septiembre, aunque debes tener en cuenta que las parras tardan unos cuatro años en dar uvas.
Por otra parte, si tienes espacio para cultivar árboles frutales, en otoño puedes plantar avellanos, árbol del membrillo e higueras, por ejemplo.
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