La compra de una vivienda es un paso importante a todos los niveles (personales, afectivos y económicos), ya que se trata de escoger el lugar donde vas a pasar un periodo largo de tu vida. Por eso, aunque creemos en los flechazos, es recomendable mantener la calma y barajar bien todas las posibilidades con los datos en la mano. Tienes que saber a dónde quieres ir, cómo quieres llegar y cuánto estás dispuesto a invertir. Evalúa tus necesidades y deseos antes de tomar la decisión y pide ayuda profesional porque... ¡La necesitarás! La primera gran pregunta a la que nos enfrentamos es ¿obra nueva o reforma? Como las diferencias son importantes, hemos pedido ayuda a los expertos. Estas ideas prácticas ponen algo de luz en la búsqueda de la casa de tus sueños.
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La inversión
Estamos ante uno de los factores determinantes en la compra de una vivienda, aunque no el único a tener en cuenta. “Cuando pensamos en realizar un proyecto, sea del tipo que sea, hay que tener muy en cuenta los recursos económicos con los que contamos para valorar las diferentes posibilidades a las que podemos optar. En este sentido, la rehabilitación se desmarca ya que, por lo general supone una inversión menor, frente a una vivienda de obra nueva. No obstante, existen otros factores que entran en juego a la hora de tomar la decisión final y dependiendo de cuales sean nuestras prioridades y necesidades optaremos por una cosa o por otra”, puntualiza Diana Torres, responsable del Consorcio Passivhaus.
Cambio de chip
El coronavirus ha supuesto un cambio a todos los niveles de nuestra vida y nos ha hecho replantearnos si la casa en la que vivíamos era la ideal. Como consecuencia del confinamiento, y aunque la vuelta a la oficina recupera su liderazgo frente al teletrabajo, lo cierto es que ha habido un éxodo urbano, buscando una casa en el campo, en ciudades medianas. Ante esto, la falta de propiedades en venta ha propiciado la obra nueva, salvo en aquellos casos en los que se trataba de una segunda residencia o era una vivienda familiar.
El dónde
Esta situación, muy diferente a la que nos encontrábamos hace años, también tiene algo que decir respecto a la búsqueda de la casa ideal. “Es importante señalar que la mayoría de ciudades cuentan con un centro urbano antiguo, por lo que el incremento de precio por su cercanía al mismo se puede ver compensado con la antigüedad y mal estado de la vivienda, algo que no nos debe preocupar si la vamos a reformar por completo. Por otro lado, buscar un terreno para construirnos una vivienda no es tarea fácil. Dar con la parcela perfecta puede llevar mucho tiempo y ser tedioso y frustrante. Los núcleos urbanos no suelen tener terrenos disponibles y, cuando los tienen, los precios se disparan, esto nos obliga a buscar en zonas perimetrales, más tranquilas, pero más alejadas. Pero lo que perdemos en accesibilidad lo ganamos en espacio”, señalan desde Arrevol Arquitectos.
Las posibilidades de una reforma
Estamos en proceso de grandes renovaciones, por lo que quizás una reforma te permita comenzar de nuevo, destruyendo todo lo anterior, mientras que una obra nueva te hace más libre. “Indiscutiblemente, lo que principalmente ofrece una vivienda antigua frente a una nueva es la historia que tiene que contarnos, su carácter y, en ocasiones, su valor sentimental. A ello, se le suma su contribución al modelo económico circular, reduciendo por la huella de carbono al reciclar, reutilizar, reparar, renovar y mejorar los distintos componentes. La rehabilitación da las prestaciones de una construcción eficiente en un entorno que ya ha sido construido, quizás más limitado, pero con la posibilidad de 'reutilizar' un suelo, una localización e implementar una mejor en una edificación existente”, apuntan desde el Consorcio Passivhaus.
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Las posibilidades de la obra nueva
¿Quieres un salón con triple altura, un baño con vistas a la montaña o una piscina en la azotea? La libertad es, quizás, el punto fuerte de las construcciones de obra nueva. "Cualquier diseño es posible siempre y cuando cumplamos con la normativa vigente y con el código técnico de la edificación. Aparte de tener la posibilidad de hacer la casa tal y como queríamos, al construir desde cero se abre la posibilidad de orientar la vivienda para lograr el mejor aprovechamiento posible del soleamiento, suponiendo esto una disminución de los gastos mensuales. Además, los arquitectos tenemos la posibilidad, no solo de hacer un proyecto interesante y a gusto del cliente, sino también optimizar la colocación y funcionamiento de las instalaciones y estructuras, logrando mayor funcionalidad y eficiencia”, señalan desde Arrevol Arquitectos.
Analiza lo que tienes
Si es una casa antigua, es necesario evaluar el costo y el tiempo de la obra, mientras que para construir de cero es preciso hacer un estudio de campo. “Hay que realizar un análisis detallado del inmueble. La realización de catas, no sólo en la envolvente sino también en la estructura, ayudará a detectar patologías y a determinar su posterior corrección. Es posible que la estructura esté perfectamente o que requiera una mínima intervención, lo cual será mejor que una ‘nueva’. En el caso de que esté bien, se podrá implementar el aislamiento térmico (interior o exterior en función del tipo de arquitectura) y productos de impermeabilización. Valorar las distintas acciones dará una idea en el aspecto económico, sin olvidar el aspecto de sostenibilidad y utilización de recursos”, afirman desde el Consorcio Passivhaus.
El tiempo de ejecución
La situación personal también influye en la decisión. No es lo mismo estar de alquiler que vivir en casa de tus padres o tener que vender antes de comprar. Los plazos de entrega inclinarán, en muchas ocasiones, la balanza hacia una u otra opción. “Una reforma integral de un piso de 100 metros cuadrados suele tener un plazo de 3 meses, que podrían ser menos, pero que siempre acaban siendo más. Aunque se intente realizar un 'planning' de obra para controlar el correcto avance de la misma, es muy difícil que se cumpla. Es obvio que se necesita más tiempo para construir desde cero, ya que puede llegar a duplicar el de una reforma, sin contar la espera hasta que se concede la licencia. Aunque esto puede desanimar a más de uno, hay que tener en cuenta que para construir necesitamos un arquitecto, un arquitecto técnico y un proyecto, por lo que el control va a ser muy superior. Tampoco debemos olvidar los materiales y sistemas constructivos elegidos. Construir en seco o con prefabricados nos puede ahorrar meses”, informan desde Arrevol Arquitectos.
La eficiencia energética
La subida imparable de la luz, alcanzando cada día un nuevo récord, ha puesto en primer plano la eficiencia energética. Normalmente cuando construyes de cero apuestas por energías renovables, mientras que, en reformas, aunque incidas en el aislamiento y otros aspectos, no es tan prioritario. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.
“Cabe recordar que, lamentablemente, España cuenta con un enorme parque inmobiliario poco eficiente. La sostenibilidad y la eficiencia son términos muy globales que no sólo se pueden contestar centrándonos en un único ámbito. Así, una obra nueva de máxima eficiencia fuera de la ciudad no lo es en términos de emisiones por los obligados desplazamientos en automóviles de estas nuevas urbes. La rehabilitación es una realidad que no podemos obviar y la manera de llevarla a cabo con éxito es tener la mayor información posible. Cuanta mejor sea la información del punto de partida, mejores serán las soluciones a adoptar para conseguir revertir la eficiencia de ese inmueble”, señala Diana Torres.
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Ayuda profesional
En ambos casos, debes sopesar los pros y contras a nivel personal y económico y ponerte en manos de profesionales. El asesoramiento por especialistas es fundamental para entender el proyecto, optimizar las condiciones y la ubicación de tu casa y evitar sorpresas desagradables de última hora que eleven el presupuesto y tiempo de ejecución.