La silla de escritorio perfecta tiene unas características específicas que pasamos a detallarte. ¿Con o sin ruedas? ¿El modelo debe llevar reposabrazos o respaldo para la cabeza? En la era del teletrabajo, te contamos todo lo que debes pedirle a tu silla para que te proporcione comodidad y salud.
En la imagen el modelo ajustable Aeron, diseño de Bill Stumpf y Don Chadwick para la firma Herman Miller, que se ha actualizado para mejorar todavía más su ergonomía. Para muchos expertos es el Ferrari de las sillas de escritorio.
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Para uso esporádico
Muy diferente es lo que vas a pedirle a tu silla si tan solo vas a revisar puntualmente unos correos electrónicos que si tus jornadas laborales se desarrollan habitualmente en casa. En el primer caso, puedes emplear una silla con el asiento regulable en altura y reposabrazos fijo, dotada de ruedas para facilitar el movimiento. Pero ni siquiera este último aspecto es de suma importancia cuando el asiento apenas va a ser usado. Puedes ser más libre y fijarte en la estética.
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Así es una silla ergonómica
Las sillas ergonómicas solo ofrecen beneficios para tu espalda y la ventaja de que se ajustan de forma personalizada a tu altura. De este modo, te aseguran una postura recomendable durante tu jornada.
Toma nota de estos puntos clave que debe tener el modelo:
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Altura del asiento ajustable.
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Respaldo no rígido, que permita la inclinación ocasional.
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Con una suave prominencia en la parte baja del respaldo para permitir el apoyo de la zona lumbar.
Y a todo ello, también hay que sumarle que los mecanismos de ajuste resulten fácilmente manejables estando sentado.
En la imagen el estilizado modelo Markus, de Ikea, con el respaldo de malla para dejar pasar el aire.
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Unas medidas a tener en cuenta
¿Por qué es tan importante poder regular la altura del asiento? Porque no todos tenemos la misma estatura y debes tener en cuenta que cuando te sientes la espalda debe formar un ángulo recto con los fémures, los fémures deben formar un ángulo de 90° con las espinillas y los pies deben estar apoyados en el suelo.
Por cierto, una posibilidad es que incorpores en tu despacho en casa un reposapiés regulable, que posibilite mantener más fácilmente tu postura corporal correcta y te cause menos fatiga.
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¿Cómo tiene que ser el respaldo?
Por una parte, el respaldo debe tener un alto como para llegar a los hombros, porque es importante que toda la espalda mantenga el contacto con él. Asimismo, es imprescindible que permita ajustar la zona lumbar para que no quede allí un hueco incómodo que, finalmente, puede traducirse en dolores de espalda.
Más cosas. De nuevo la rigidez no es buena compañera de una jornada de 8 horas frente al ordenador, así que la silla tiene que poder desbloquear el respaldo para permitir que te inclines si en algún momento quieres descansar de tu postura habitual. Normalmente para lograr esta regulación deberás accionar una palanca situada en la zona trasera del asiento. Si es una opción que te interesa especialmente, selecciona un modelo con un amplio ángulo de inclinación hacia atrás, pues existen modelos en los que el juego es bastante mínimo.
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Apuntes acerca del asiento
Si te fijas, la terminación del asiento suele tener una forma curva, ello es para evitar que la postura de 90º respecto al suelo termine haciéndote daño en la zona de detrás de las rodillas. Pero además tienes que tener en cuenta que el asiento tenga un ancho suficiente como para no sentirte comprimido en él. Insistimos en que la silla debe procurar la máxima comodidad y estos dos puntos son realmente importantes.
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Mejor con reposabrazos
La mesa de tu despacho en casa suele quedar a unos 74 cm del suelo y se recomiendan que los antebrazos descansen sobre el escritorio sin que el borde te comprima, de este modo, otra de las exigencias casi imprescindible para tu silla de trabajo es que cuente con reposabrazos. Así no cargarás los músculos del antebrazo. Hay reposabrazos muy sencillos, que quedan fijos, los hay que simplemente permiten regular su altura, pero también existen los que además permiten ajustes de orientación y profundidad.
Como la parte superior del cuerpo no debe estar ni demasiado cerca ni demasiado lejos del escritorio, deberás estudiar bien que los reposabrazos no sean excesivamente largos para no interferir en una colocación cómoda de tu postura de trabajo.
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Reposacabezas, ¿sí o no?
¿Sabías que no resultan recomendados los reposacabezas fijos que impiden que puedas llevar la cabeza hacia atrás? El hecho es que impedir que la cabeza pueda moverse hacia atrás puede provocar dolores de cuello y de cabeza. Si el modelo de silla que quieres lo lleva, mejor que sea ajustable para que lo eleves y uses solo de vez en cuando.
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5 ruedas, ni más ni menos
Una silla para montar la oficina en casa tiene que contar necesariamente con 5 ruedas. El motivo de las ruedas es que permitir movimientos dentro del espacio de trabajo, aunque lo más interesante es que también propicia movimientos más suaves en la zona superior del cuerpo sin tener que forzar otras partes del cuerpo como el cuello. Las ruedas deben ser adecuadas al tipo de suelo de tu casa, con el fin de evitar desplazamientos involuntarios.
Y el hecho de que las sillas estén dotados de 5 puntos de apoyo en contacto con el suelo es vital para que sean consideradas ergonómicas.
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Materiales adecuados
El asiento debe contar con espuma de alta densidad; este acolchado de calidad logrará que no te hundas en él una vez acomodado o se termine deformando con el tiempo.
Y respecto al respaldo, debe ser transpirable. Es por ello por lo que una muy buena opción son los de malla. Otras posibilidades son los tejidos o las pieles o polipieles, pero lo interesante es que no resulte un material rígido como la madera o el plástico.
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