Nadie duda de que en muchos aspectos de nuestra vida hay un antes y un después tras la pandemia declarada oficialmente por la OMS en marzo de 2020. Nuestra forma de vivir ha cambiado y el coronavirus ha generado el replanteamiento incluso de nuestras casas. Un buen ejemplo de ello es esta pequeña cabaña de madera situada en pleno Parque Natural de Collserola, en Barcelona, un proyecto que propone un espacio para el confinamiento como solución arquitectónica para la pandemia de la COVID-19.
The Voxel, que así es como se llama el proyecto, es un prototipo de edificio ecológico avanzado construido con materiales naturales de km 0 por estudiantes, profesionales y expertos del Máster en Edificios Ecológicos Avanzados y Biociudades (MAEBB) del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) Valldaura Labs.
Geometría irregular
En cinco meses la cabaña estaba construida, un edificio que como vemos no presenta una forma regular para propiciar el mejor comportamiento térmico y otras ventajas. La construcción cuenta con unos paneles de madera, sobre ellos se colocó un aislamiento de corcho, y la última capa, la piel que vemos, es a base de madera quemada.
De hecho, el proyecto investiga la transformación ecológica de la madera como material estructural, térmico y constructivo procedente de la gestión forestal sostenible en su capacidad almacenar CO2 en los edificios.
¿En qué consiste la técnica Shou Sugi Ban?
Se trata de una técnica ecológica que viene del Japón para preservar la madera. La superficie de la madera se quema consiguiendo así hacerla resistente a los agentes atmosféricos, la humedad, el moho e incluso los parásitos. El resultado estético de los tablones tratados con fuego es atractivo y singular.
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Cubierta vegetal y solar
Esta imagen, como la anterior, pertenece al proceso de construcción y nos detalla cómo es el techo. Presenta tres paneles solares y el resto es una cubierta verde a base de jardineras con elaboradas juntas fresadas con maquinaria de control numérico por ordenador (sin tornillos ni pegamento), que sostienen una variedad de plantas locales y canalizan el agua de lluvia hacia un tanque de recogida situado debajo.
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Menos de 20 m² bastan
Vemos ya el interior donde la madera se emplea en todo: paredes, suelos, mobiliario y encimeras. La totalidad de la madera utilizada en el proyecto, pino carrasco (Pinus halepensis), fue extraída en un radio de menos de 1 kilómetro desde el lugar de construcción. Con el compromiso de usar materiales menos intensivos de carbono, para unir los paneles se prescindió de metal y se realizó con juntas de solapamiento y tacos de madera.
Como se trata de una cabaña de cuarentena diseñada para el autoconfinamiento de un ocupante, la planta cuenta con solo 3,6 x 3,6 m. Espacio suficiente para albergar todos los espacios de la vivienda habituales.
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Espacios flexibles
Aquí vemos los dos usos que se le puede dar al tablero junto al ventanal: por un lado puede ser una mesa de trabajo o para hacer diversas actividades y, tan solo acomodando un colchón encima, el rincón se transforma en un estar donde descansar cómodamente.
En los interiores prima la sencillez y todas las instalaciones se dejan a la vista. Respecto a la electricidad, se genera mediante los paneles solares y también hay una batería de almacenamiento independiente, diseñada específicamente para alimentar la iluminación y los dispositivos de un solo residente.
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Trasparencia absoluta
El acceso al altillo se realiza mediante una escalera en madera. Frente a este espacio vemos el inodoro, que se queda a la vista pues no se instalan puertas de interior, las únicas son las de la entrada y la que conduce a la ducha. ¿Y la intimidad? Recordemos que este proyecto está pensado para que viva una persona sola.
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¿Qué hay de la zona de aseo?
El lavabo (que también es el fregadero de cocina) se sitúa junto a un pequeño balcón exterior que configura el área donde ducharse, gracias a la grifería con el caño ultralargo y flexible.
Por cierto, el sistema de agua incorpora tanto la recogida de aguas pluviales como el reciclaje de aguas grises (procedentes de duchas, lavamanos, fregaderos…) así como el tratamiento de aguas negras (la que procede de los inodoros) dentro de un sistema de biogás autónomo que genera combustible utilizable para cocinar o calentar y abono sanitario como subproductos.
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Dormitorio en altillo
La vivienda es una caja de cerillas, pero la altura de los techos posibilita ubicar un altillo que se rentabiliza incorporando el área para dormir. Un espacio sencillo pero que la naturaleza lo hace muy especial, al contar con un mirador al verde bosque gracias a la ventana en esquina, un modelo solar pasivo.
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Los secretos de la construcción
The Voxel es un proyecto que explora el desarrollo de la Bioeconomía circular aplicada directamente al sector de la construcción. El diseño y la construcción se ha hecho en plena pandemia a lo largo del máster MAEBB 2019-2020, con el asesoramiento de un grupo de expertos formado por los directores del máster Daniel Ibáñez y Vicente Guallart, el experto en energía Oscar Aceves, el experto en agua Jochen Scheerer, y los arquitectos Elena Orte y Guillermo Sevillano, entre otros. El campus Valldaura Labs desde donde se ha desarrollado el proyecto, está orientado a la investigación y educación para el hábitat autosuficiente y esta cabaña es la materialización de un proptotipo que permite alojar a un ocupante durante 14 días, proporcionando todas las necesidades materiales.