Así es como esta casa en primera línea de mar en Murcia difumina la frontera dentro-fuera

En verano, tal vez buscas inspiración para decorar tu lugar de descanso. En San Javier (Murcia), ubicada a las orillas de la Manga del Mar Menor se construyó en la década de los 70’ esta casa amplia y situada en primera línea de mar. Una vivienda que, tras el paso de los años se había quedado anticuada. Así, se encargó su reforma a Martín Lejarraga Oficina de Arquitectura con el fin de adaptarla a los requisitos de sus nuevos usuarios y de su entorno.

“Pese a su privilegiada situación, las fachadas originales tenían una configuración muy cerrada y claustrofóbica”, cuenta el estudio. Este abrió nuevos ventanales en la fachada que vemos (con el acceso desde la calle y la puerta del garaje) y, muy especialmente en la que da a la playa.

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¿Fachada o mirador?

La vivienda tiene 228 metros² y el edificio presenta una forma piramidal. En la planta calle se encuentran todos los ambientes principales: el salón, el comedor, la cocina, el aseo de cortesía y el dormitorio principal  con el baño y el vestidor en suite. En la primera planta hay otra sala de estar, un dormitorio y dos baños, y en el nivel superior se encuentran dos terrazas. La cubierta es plana y practicable y en ella se sitúan especies vegetales para contribuir a una mejora medioambiental.

Antes veíamos la fachada oeste. Sobre estas líneas, la este, que tiene vistas a la playa y es muy abierta, pues grandes cristaleras logran fundir el interior con el exterior.

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Un blanquísimo exterior

La casa está pensada -principalmente- para un matrimonio y sus nietos, para pasar tiempo juntos en los periodos vacacionales. Por lo que las zonas comunes se diseñan holgadas.

El porche se equipa con un salón al aire libre y el comedor que estamos viendo. Todo el mobiliario se rinde al blanco para ensalzar el paisaje colindante excepcional. La mesa de comedor es de la firma Knoll y ofrece capacidad para 10 comensales. Por su parte, las livianas sillas con un leve toque de color son el modelo Highframe, de la marca Alias.

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Un jardín seco

Cactus y otras especies vegetales rústicas, que toleran las temperaturas extremas y la sequía, conforman este pequeño jardín frente al mar. Entre las plantas se incorporan unas lámparas esféricas de la firma Bega, para una mágica iluminación nocturna.

La cerca tiene la parte superior acristalada, de forma que permita gozar de las vistas a la arena, el mar y la hermosa isla Grosa, de origen volcánico. Mientras que la parte inferior del vallado es un muro de hormigón realizado in situ, cuyo aspecto texturizado se consigue gracias a un encofrado especial.

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A la buena sombra

La fachada tiene dos caracteres diferenciados: en la planta inferior, en contacto con la arena y los bañistas, el material es duro, texturizado y rugoso, mientras que el resto de la vivienda se resuelve con una fachada ventilada de piezas cerámicas de gran formato, blancas y brillantes. “Estas piezas reflejan el sol, y los diferentes tonos del mar y el cielo en cada momento, significando así su entorno”, detallan en Martín Lejarraga Oficina de Arquitectura.

Destaca también que para procurar sombra al exterior se construye una pérgola ajardinada, como la cubierta. Para ambas se apuesta por vegetación autóctona de las playas levantinas. Llama la atención que dicha pérgola se separa del volumen principal, “para potenciar el efecto de elemento externo y adicional a la vivienda, para no aumentar el volumen de la construcción original y con la intención de crear un lugar diferenciado al espacio interior que propicie otro tipo de situaciones que no se dan dentro de la vivienda”, prosiguen los responsables del proyecto.

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Paleta arena con toques coloristas

No solo las grandes cristaleras unen los interiores y los exteriores de la casa, también las cromáticas empleadas y los materiales. Como los suelos, los mismos para toda la vivienda, en un despiece XXL, teñidos en una tonalidad arena.

En el salón llama la atención el alegre color seleccionado para las tapicerías de los sofás: un verde manzana. Dichos sofás son el modelo Standard, de Edra, cuyos respaldos y reposabrazos han perdido toda la rigidez y pueden moldearse a voluntad volviéndolos bajos, altos, oblicuos o bien envolventes.

Por último, la vivienda cuenta con un sistema de aerotermia para el consumo de una forma limpia y sostenible de agua caliente sanitaria y la climatización, en régimen de calor y frío.

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Una cocina en completo orden

De nuevo la paleta arena, ahora en los muebles, hace un guiño a la situación costera de la casa. El mobiliario es de la firma Bulthaup y forma una ‘U’. La pared frontal alberga la zona de aguas y de fuegos, mientras que la península agranda la superficie de trabajo. Todos estos módulos, sumados a los de suelo a techo, hacen que la capacidad de almacenaje sea muy grande. Los interiores se equipan con organizadores y, en consecuencia, resulta fácil mantener el orden.

Las ventanas tipo ojos de buey, típicas de las embarcaciones, dan un toque marinero a la arquitectura de la casa.

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Dormitorio con el vestidor abierto

El dormitorio de los propietarios, ya abuelos, se diseña en suite, con su baño y vestidor privados. La composición de la zona de ropero es sencilla: colgadores, estante y dos módulos cajoneros con ruedas, donde todo se deja a la vista. En concreto se trata de Zenit, de la firma italiana Rimadesio.

Para vestir las ventanas se emplean dos sistemas complementarios: las cortinas ofrecen intimidad pero permiten seguir gozando de las vistas del exterior y de la luz, algo tamizada, mientras que los estores son foscurit, de modo que no entre luz durante el amanecer o la mañana cuando se duerme.

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Geometría magistral

El revestimiento de pared del baño principal tiene piezas de gresite en beige y otras rectangulares en arena de la firma Mirage. El lavabo es también de líneas rectas, pero tres elementos se rinden a las curvas con sus formas redondas: la ventana, el espejo y la lámpara tipo aplique, el modelo Passepartout diseño de Jaime Hayón para la firma &Tradition.

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El mejor sitio para la escalera

La edificación original de esta casa carecía de interés arquitectónico alguno, pero sí energético. Todo el esfuerzo empleado en su construcción inicial se aprovecha con la rehabilitación, manteniendo la estructura y gran parte de la envolvente de la casa. De esta forma, se reduce el impacto medioambiental del proyecto de reforma.

“Para conseguir la apertura de la vivienda hacia el mar, modificamos la posición de la escalera que antes se encontraba en el frente de fachada que mira a la playa obstaculizando”, afirma el equipo de Martín Lejarraga Oficina de Arquitectura. En esta zona de paso los revestimientos de suelos, columnas y paredes (modelo Mashup y Way, de la firma Mirage), con sus ricas texturas, son exclusivos protagonistas.

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Planta alta jovial y flexible

Subiendo las escaleras se accede a la primera planta, que se ha ideado como el territorio para los nietos. Cuenta con un dormitorio, dos baños y una sala de estar divertida y flexible donde se puedan dar diferentes situaciones en el mismo espacio: videojuegos, juegos de mesa, lectura o descanso.

Además, para ofrecer más capacidad para dormir cuando se junta mucha familia se apuesta por instalar dos sofás cama, el modelo Nap de Sancal en color verde y azul, así como camas abatibles (las vemos junto al sofá verde), el modelo La litera blanco, diseñado por Lievore Altherr Molina para Sellex.

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¡Un espacio que se multiplica!

La original pared de espejo agranda visualmente el espacio y también multiplica los reflejos de la luz natural. La puerta conduce a un baño con inodoro, lavamanos y un plato de ducha a ras de suelo, que da un acceso muy cómodo al no tener que salvar ninguna altura.

Nos despedimos aquí de la visita por esta vivienda que aprovecha su inmejorable situación en primera línea de playa para establecer un diálogo directo de sus habitantes con la playa y el mar. Tras la reforma, los espacios tienen un marcado carácter Mediterráneo, tanto en su aspecto último y en los materiales elegidos, como en las estrategias constructivas y sostenibles utilizadas.

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