Esta espectacular villa es una demostración del lujo moderno. En este proyecto del Estudio Muher se han combinado arte, arquitectura e ingenio, creando una vivienda única y original, que toma la forma de una escultura, sin perder funcionalidad, comodidad y encanto. Situada en Altea, uno de los pueblos más bonitos del Levante (algunos dicen que el más bonito), en la urbanización Altea Hills, la ubicación geográfica de esta villa es privilegiada, no solo por el clima, sino también por las maravillosas vistas que la ladera ofrece a sus habitantes. La complejidad de la orografía, y la estricta normativa municipal, no ha sido un inconveniente para que el estudio pudiera realizar una serie de casas esculturas que se apoyan en la montaña de un modo orgánico, adaptándose al paisaje y abriendo la arquitectura al mar.
Fachada de cristal
Su diseño contemporáneo es intemporal, pues, al ser un planteamiento escultórico, no obedece a normas ni estilos decorativos, lo que potencia la originalidad del conjunto. Con una fachada de cristal, que abre los espacios interiores al exterior, deja pasar la luz y difumina las barreras entre dentro y fuera, esta villa de lujo del Estudio Muher, cuyo restaurante Biocontrastes para Casa Decor 2021 consiguió una 2ª Mención como Mejor Proyecto, se muestra escultural y bella, integrándose en el paisaje como si siempre hubiese estado ahí.
Piscina infinita
Con 280 metros cuadrados y tres plantas, su edificación escalonada permite que las terrazas que se generan sirvan de plataformas de vegetación para camuflar la vivienda, a la vez que logran un mayor aprovechamiento de la parcela. Con vistas al mar Mediterráneo, la piscina infinita es tanto una delicia visual, parece flotar en el aire, como el lugar perfecto donde desconectar y pasar las horas, que hará que te olvides, incluso, de ir a la playa.
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Zona de estar al aire libre
Rodeada de una vegetación frondosa y exuberante que proporciona frescura y sombra, esta zona de estar es perfecta para las largas sobremesas veraniegas o para los momentos de relax y conversación. Con muebles de fibras vegetales, el típico sofá se ha sustituido por seis amplios sillones, con mullidos y confortables asientos de color blanco que ofrecen mayor comodidad.
Salón comedor exterior
Si hay un color omnipresente en este proyecto de Manuel Herrera y Francisca Muñoz, los arquitectos que ponen alma y pasión al Estudio Muher, es el blanco, ya que viste las piezas del mobiliario principal, aunque no las paredes, que son de cristal o de piedra local. En el jardín, a juego con la distribución interior, el salón y el comedor comparten espacio y estilo. Para separar ambas ‘estancias’, en el estar se ha apostado por la forma curva, mientras que en el comedor por la recta con una mesa XL y seis sillas con ruedas, que evocan a las modelos de oficina.
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Salón con vistas al mar
En el salón principal, el hormigón, la piedra local y el vidrio hacen que la estancia actúe como un mirador en la misma montaña. Situado en planta de calle, desde allí se divisa el mar que se funde con la piscina infinito, llevando el Mediterráneo hasta la misma terraza del estar. Desde esta planta, y mediante acceso interior, se conecta con las zonas más privadas de la vivienda.
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Rincón de estar
La zona de estar brinda un agradable rincón que, gracias al tabique de cristal, además de bellas vistas, conecta el interior con el exterior, mientras que el muro de piedra local aporta un plus de calidez, restando cualquier resto de frialdad del ambiente. Vestida con muebles de diseño, entre los que destaca la ‘chaise longue’ de los Eames, dos sofás blancos curvos en forma de media luna, colocados de manera que uno mira hacia la piscina y el otro hacia el muro, y una mesa de centro con tres superficies de apoyo a distintas alturas. Para mantener la sensación de unidad de toda la planta, no se ha colocado ninguna alfombra y el pavimento es el mismo para todo el espacio común.
Espacio único
Salón, comedor y cocina comparten no solo espacio sino también pavimento y un estilo decorativo moderno, donde las piezas de diseño se integran a la perfección entre tabiques de piedra de la zona. La cocina con muebles de madera y una isla con taburetes está situada junto al comedor, en el que destaca una gran mesa con pie negro con sitio para ocho comensales y las sillas con brazos. Para delimitar visualmente esta zona, se ha colocado una discreta alfombra, en los mismos colores del ambiente.
Dormitorio abierto al baño
Tan espectaculares como la parte pública, los dormitorios (la villa tiene tres) se distribuyen de un modo escalonado sin pasillos, unidos mediante distribuidores que son zonas comunes a modo de sala de lectura o televisión. Estancias que gozan de vistas maravillosas y de la luminosidad de la piscina, cuyas paredes de vidrio permiten contemplar el agua desde el dormitorio. Abierta al baño, en la habitación principal destaca una cama tapizada en color visón, a juego con la ropa de cama, y el cuadro sobre el cabecero de colores vitaminados como rojos, verdes y amarillos. Con zona de estar con sillones, el mueble bajo suspendido es el encargado de unir el dormitorio con el baño. De manera que en una de sus partes, sus amplias dimensiones lo permiten, se han situado los lavamanos sobreencimera, un espejo y dos luminarias de techo.
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