En decoración de interiores las puertas correderas aportan distinción y espacio. No siempre se colocan por falta de este sino porque en su lugar una puerta abatible quedaría demasiado visible o en una zona de paso. Vamos a repasar el uso de puertas correderas según las estancias de una casa, para conocer tipos, diseños y características concretas en cada caso. Así podrás aplicar las claves a tu hogar.
El estilo de las puertas correderas
Antes de repasar cada tipo de puerta corredera estancia por estancia de una casa, debes saber que el estilo de la puerta corredera puede ser totalmente diferente al del resto de las puertas que conforman la carpintería interior. Una puerta corredera destaca y llama la atención y puede adecuarse en estilo al resto de elementos de paso o diferenciarse. Pueden tener en ancho estándar (72-82 cm) o jugar con medidas que se salen de lo habitual para llegar a crear paneles correderos. Una puerta corredera puede ser sencilla o doble, aunque en este caso ocupará cada hoja a cada lado del vano de acceso. Y debes tenerlo en cuenta a la hora de configurar la distribución de la habitación. en este proyecto del estudio Egue y Seta, la puerta de acceso al salón-comedor es un panel corredero visto que se desliza sobre la pared de la izquierda y se diseña con una parte inferior ciega y cristalera superior con barrotillo, a juego con el cerramiento que independiza la cocina.
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De paso entre el salón y el comedor
El interiorista Anthony Chevallier jugó en esta casa con las tonalidades tierra que encajan con el color de las puertas correderas de acceso a estos ambientes. Un panel de ancho excepcional independiza o comunica el comedor de la zona de estar. Aunque es posible cerrar los ambientes para usarlos por separado, cuando la puerta está abierta hay más conexión. La hoja nunca estorba. Puede ser una buena idea si se acostumbra a trabajar en el comedor, por ejemplo, para no escuchar ruidos o la vida en el salón. Más vistoso queda el conjunto si la puerta tiene un ancho excepcional, más tipo panel, ya que se sentirá majestuoso el paso. Que la puerta quede vista o integrada dependerá del estilo, distribución y espacio disponibles. Una puerta corredera entre salón y comedor también es una posibilidad cuando este último queda junto a la cocina, totalmente abierta. Así se evitan los ruidos del cocinado en el salón.
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Una puerta corredera de acceso a la cocina
Cuando el paso a la cocina se hace desde una zona de distribución y la puerta tiene una medida convencional, una puerta corredera concederá metros al interior de la cocina. Esto se traduce en que no tendrás que "esquivar" la hoja de la puerta para acceder a los muebles que queden detrás. La comodidad aumenta. La interiorista Natalia Zubizarreta ha optado por un diseño de puerta corredera con perfilería en metal negro con cristal, combinada con el cerramiento del tabique que permite que la luz se distribuya desde el salón al pasillo-recibidor. Este tipo de puertas correderas se deslizan sobre una guía en la pared, vista, de manera que no se puede colocar ningún mueble ni objeto decorativo en la zona que ocupa la hoja abierta.
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Del recibidor a la cocina
Escoger una puerta corredera de diseño cuidado cuando esta se ve especialmente desde el acceso a la vivienda dará distinción al espacio. El estudio Sube Interiorismo (que también firma el proyecto que abre el artículo) ha decidido optar por una puerta corredera con guía vista para marcar el acceso desde el recibidor a la cocina. Es una situación similar a la que acabamos de ver y, sin embargo, el estilo de la puerta es muy diferente. Mientras la anterior usaba una guía discreta, esta destaca vista. En este caso se trata de una estructura de madera lacada, más tradicional.
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Puerta corredera entre cocina y cuarto de lavado
Sea una cocina abierta -sin puertas de acceso- o cerrada; es una buena idea instalar una puerta corredera de separación entre la cocina en sí y la zona de lavado o tendedero. Si la cocina es abierta con más razón agradecerás tener una puerta ligera para delimitar el espacio y que no se escuche ni la lavadora ni la secadora durante su uso. Es frecuente ver casos en los que el tendedero o cuarto de lavado quedan en la zona luminosa con ventana de la cocina. Así que optar por unas puertas correderas de cristal permiten que la luz alcance el resto del espacio. Es la idea que tomó el estudio Knowhaus en este proyecto. A juego con el estilo de la cocina con mobiliario en negro las puertas correderas tienen perfiles negros con barrotillo moderno. La hoja queda integrada en el tabique, lo que permite apoyar muebles en la pared a uno y otro lado. Este sistema lleva un armazón metálico -llamado casoneto- encastrado en el tabique (de mayor grosor).
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Doble puerta corredera entre salón y estudio
Si has integrado una habitación al salón o una parte de una terraza con un buen cerramiento acristalado, allí tienes u valioso espacio para crear una habitación de juegos, una zona de estudio, un lugar en el que trabajar o realizar aficiones… Una puerta corredera dará independencia a la zona para que cada ambiente pueda ser usado de manera independiente. Dwelling Designs ha optado por una doble puerta corredera con guía vista en este proyecto entre el salón y la habitación contigua. Cuida especialmente el diseño de las puertas cuando quedan en una estancia principal como es el salón. Si has hecho una reforma integral y tienes puertas originales de gran valor, es posible convertirlas en correderas.
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Puertas correderas estancias "cubo"
Si la cocina queda delimitada en una estructura cúbica es una buena idea abrirla con cerramientos acristalados. Su peso visual se reducirá sin perder la delimitación. Ruidos y olores quedarán en la misma cocina. En este caso, tanto la puerta de acceso desde la zona de entrada como la que comunica directamente con el comedor son dos diseños correderos de idéntico diseño al cerramiento. Ambas de tipo superficie, que deslizan por el exterior de la cocina, favoreciendo la colocación de muebles en ese ambiente.
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Corredera lacada en color para cualquier estancia
Sea cual sea el caso que te lleve a ubicar una puerta corredera, también funciona estéticamente que el diseño sea el mismo que el del resto de puertas de la casa pero pintar el modelo corredero en un tono diferente que le dé más presencia. Esta idea es del estudio Oat Arquitectura.
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Desde el vestidor al cuarto de baño
Si has decidido ganar espacio de armarios en tu dormitorio, restando centímetros al baño, la puerta corredera es una buena idea para no entorpecer. En este proyecto de Natalia Zubizarreta el frente de lavabos se ha sacado al vestidor mientras que la ducha y el inodoro queda en un espacio más privado detrás de una puerta corredera.
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Cuando el acceso al baño es por un pasillo
Con una puerta corredera no se resta espacio ni al propio pasillo ni al interior del baño. Lo ideal es que una puerta abatible quede pegada a una pared cuando se abre. En el caso de los baños, también puede quedar junto a la zona de la ducha o bañera (es decir, estas quedan detrás de la puerta cuando está abierta). Si la puerta queda más "en medio" de la planta, entorpece el acceso a la bañera o ducha o cubre el lavabo, no dudes, opta por una puerta corredera. Eso sí, puede que tenga que ser de superficie, que deslice -como en este proyecto de Egue y Seta- por la pared del pasillo, ya que una puerta corredera integrada evitaría poder instalar muebles en esa pared o llevar instalaciones de fontanería.
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Puerta corredera en el vestidor
Otro caso recurrente en el que se opta por la colocación de una puerta corredera es en el vestidor. Principalmente tiene sentido cuando los módulos interiores o armarios son abiertos sin frentes. En este supuesto, la puerta corredera de acceso preserva el interior (concede privacidad y evita que entre polvo). Con ella nuevamente es posible aprovechar todas las paredes con soluciones de almacenamiento o armarios roperos a medida y con la opción de disfrutar de la vista total del espacio nada más acceder. Este diseño es un modelo de suelo a techo (con guía integrada en el techo) en cristal negro.
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