El verano invita a la relajación, a parar y desconectar del estresante ritmo del año y a dejarse llevar por el murmullo de las olas, incluso cuando sigues en la ciudad y a 40ºC. Más que nunca, la casa debe ser ese lugar donde encuentras la paz y los problemas y las prisas se quedan en el recibidor. Entre la decoración ‘hygge’ y la inspiración zen, convertimos nuestro hogar en el mejor lugar del mundo, o al menos de nuestro pequeño universo. Para lograrlo, apagamos la televisión, encendemos el aire acondicionado, prolongamos el jardín o la terraza dentro de casa, buscamos el bienestar con los colores y los materiales adecuados y recuperamos el placer de no hacer nada o de realizar esa afición a la que nunca puedes dedicarle tiempo. Estas ideas de decoración te ayudarán a conseguirlo. ¡Como en casa en ningún sitio!
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Crea un rincón de pensar
Desde un rincón de lectura en el salón, hasta un gran sillón en el dormitorio, un banco y mullidos cojines delante de la ventana... Elige el sitio, busca las piezas que necesitas y rodéate de las cosas que te hacen sentir bien y te dan seguridad. ¿El secreto para que sea un éxito? Dejarse llevar, sin hacer (casi) nada. Porque una de las maneras de hacer que sea 100% tuyo, es vincular tu zona de relax a una de tus pasiones o aficiones. Para leer, para largas siestas, con caballete para pintar, con una lámpara de sobremesa para hacer punto, cerca de una ventana para practicar la manicura del verano… La clave está en delimitarlo del resto de la estancia, aunque solo sea visualmente, y darle un toque ‘chic’, muy acogedor.
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Invita a la naturaleza
Si la naturaleza no va a tu casa, haz que esta vaya a tu hogar. Porque no hay nada más relajante que las plantas y las flores. Dependiendo de tus gustos y de las limitaciones o privilegios de tu vivienda, la decoración natural puede tomar muchas formas, incluso sin un jardín, balcón o parque cerca. Para invitar al exterior a entrar dentro, abre las ventanas, deja espacio para las plantas, juega la carta de los materiales naturales, desde la madera hasta el lino o las fibras vegetales, e inspírate con ropa de cama con motivos vegetales, fotografías de paisajes y telas ‘muy verdes’, que te trasladen al campo. Presta atención a jarrones y maceteros también tienen mucho que decir.
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Colorea adecuadamente
El simbolismo de los colores no es solo un concepto, sino que su influencia en nuestro estado de ánimo está demostrada: el azul invita a la calma, mientras que el rojo te proporciona una inyección de vitalidad extra. Esto no significa que debas pintar toda la casa de azul, sino que favorezcas los tonos suaves, fríos o neutros, más relajantes, y mantengas en un segundo plano los cálidos, como rojos y naranjas. Para lograr una desconexión total: céntrate en los antiestrés (azules y verdes claros, beis, blancos y pasteles) y ten cuidado con ‘total white’, ya que puede resultar demasiado frío y causar el efecto contrario. Otra buena opción es inspirarte en paisajes lejanos y dar pinceladas terracotas, marrones o amarillas en accesorios y muebles.
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Busca la limpieza visual
Todos los estilos, desde el nórdico, hasta el ‘hygge’, el zen o la filosofía del feng shui, que ayudan a crear una decoración relajante tienen una cosa en común: el gusto por la sencillez. Y decimos sencillez y no minimalismo. Se trata de despejar, ordenar la casa, apostar por la luz y los recorridos cómodos para crear un lugar tranquilo. Un interior desordenado hará que no seas capaz de organizar tus pensamientos y lograr desconectar. Tú y tu casa necesitáis respirar, así que abre las ventanas, elige muebles bajos que no bloqueen la mirada, aligera la decoración y pon orden. Una fórmula tan sencilla como eficaz.
Apaga la televisión
Aunque te hayas quedado sin ver la segunda temporada de tu serie preferida o estés esperando cada semana el capítulo de ‘A la caza del amor’, necesitas poner la tele en ‘off’ e, incluso, esconderla si es posible. Piensa que a partir de septiembre llegan nuevas remesas y que ‘The Witcher’ no estará disponible hasta diciembre. ¡Tienes tiempo! Es (casi) imposible lograr un lugar tranquilo y relajado con la tele encendida o a la vista. Por eso, es conveniente sacarla del dormitorio (el ‘feng shui’ nunca hubiera permitido su entrada) y camuflarla en el resto de las estancias, salvo en el despacho, lo máximo posible. Para desconectar del todo, apaga el televisor y si tus espacios lo permiten, considera esconderla en un mueble, detrás de una pantalla o un panel deslizante. Una buena opción son los modelos que parecen cuadros. Al menos sacarás su lado más 'deco'.
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Apuesta por los estampados
Con el fin de traer una brisa de ligereza al interior de la casa, los estampados tienen la puerta abierta en verano. En una alfombra grande o en la ropa de cama, las flores aportan un encantador toque natural, al mismo tiempo que son una oportunidad para distribuir el color con sutileza. Los motivos étnicos también son un buen recurso, ya que nos permiten realizar escapadas lejanas sin movernos del sofá. Y ¿qué te voy a decir de los tropicales o las rayas marineras? La mejor forma de ver el mar y la playa, aunque estés a kilómetros de ellos.
Usa materiales con efecto relax
Los materiales también son una forma de añadir sensación de bienestar en cualquier estancia de la casa. Sábanas de lino, tapicerías de algodón donde da gusto sentarse y relajarse, piezas de fibras vegetales que aportan calidez y crean hogar, maderas claras que dan un toque natural… En la búsqueda de la comodidad y el lado tranquilo de las cosas, los materiales naturales y los reciclados con conciencia sostenible ocupan un lugar destacado. Recuerda que no deben faltar lámparas y cestos de fibras, son la última tendencia de decoración.
Saca partido a los textiles
¿Un consejo infalible para crear un lugar donde siempre puedas relajarte? Dar protagonismo a los textiles y realzar tanto su poder práctico, como decorativo e, incluso, terapéutico. Ropa de cama, cojines, manteles, cortinas o tapicerías evocan el espíritu ‘cocooning’ de una estancia, mientras que sus texturas proporcionan efecto y relieve a las decoraciones más minimalistas. Evidentemente, apuesta por las fibras naturales y las texturas mullidas o aterciopeladas, entre las que dan ganas de acurrucarse.
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Acepta la ayuda de los accesorios
Los accesorios, como cojines, velas, jarrones, adornos y cuadros, son el alma de tus estancias. Por eso, deben formar parte de tu retiro veraniego, ya que, además de realzar la decoración de interiores, te hacen sentir a gusto. Bien situados en el sofá, en pleno corazón del salón, o repartidos por toda la casa, baño y cocina incluidos, todos ellos contribuyen a crear un espíritu acogedor y dulce al mismo tiempo. Aunque la limpieza visual es un básico de los ambientes tranquilos, con estos secundarios 'deco' podemos hacer una excepción.
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