Sillas y butacas icónicas: preciados objetos de deseo

Seguro que reconoces estas sillas y  butacas icónicas que habrás visto en muchas de las revistas de decoración, pues son las favoritas de decoradores, interioristas y arquitectos, por su estilo atemporal capaz de adaptarse a ambientes nórdicos, actuales, más clásicos… Son unos auténticos bestsellers y están destinados a nunca pasar de moda.

Hacemos un repaso de algunos de los asientos más representativos de la historia del diseño comenzando por la silla Ant, diseñada por el danés Arne Jacobsen en 1952, y que produce la firma Fritz Hansen. Se trata de la primera silla apilable producida industrialmente y su nombre procede de su similitud con la silueta de una hormiga con la cabeza levantada. ¿Quién iba a decir que una sencilla propuesta ideada para una cantina se convertiría en un afamado diseño?  

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Reinventar un clásico

La silla modelo Wishbone es casi más conocida como CH24. Se trata de una de las creaciones más celebradas del diseñador danés Hans J. Wegner para la empresa Carl Hansen & Son. La ideó en 1949 y se lleva produciendo desde entonces, con su estructura de respaldo redondeado y su asiento de fibras. Como homenaje la diseñadora Ilse Crawford reinterpreta la obra del maestro en una paleta cuidadosamente seleccionada de cinco colores profundos en una edición limitada, por ejemplo, en esta propuesta la estructura se pinta en un elegante azul petróleo.

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La silla tubular más famosa de la Bauhaus

La silla Cesca presenta un diseño ligero, apoyado solo sobre dos patas y con asiento y respaldo de rejilla con el marco de madera. Si bien la autoría de su diseño se asigna al húngaro Marcel Breuer, de la escuela Bauhaus, lo cierto es que es incierta, aunque la firma Knoll, que la produce y tiene la licencia de comercialización, pone el sello suyo y la firma de Breuer en la pieza.

Existen un montón de versiones o copias de la silla Cesca.

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Te vas a quedar… ¡De una pieza!

La Panton Chair dibuja una silueta volada, sinuosa y ergonómica y con todo merecimiento se ha convertido en un clásico de la historia del mueble. Fue diseñada por el danés Verner Panton en 1959 y se convirtió en la primera silla de plástico fabricada en una sola pieza. Cabe destacar que por entonces era un material nuevo en su uso para mobiliario. Actualmente respaldo, asiento y base son de polipropileno teñido 100 % reciclable y puede instalarse tanto en interior como al aire libre. Es una silla que fabrica Vitra y está disponible en muchos colores, suaves o llamativos: verde manzana, verde mint, blanco, negro, rojo, azul, burdeos, rosa pálido...

Si tienes hijos pequeños te interesará saber que se fabrica la Panton Chair Junior, un 25 % más pequeña que la original.

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Cautivador efecto muaré

Diseñada en la década de los 60’ por el arquitecto americano Warren Platner, la colección Platner convierte las varillas de acero en estructura y ornamento. Consta de sillas, mesas, sillones… Todo editado por Knoll.

La silla es una pieza que destaca por su escultural pie (careciendo de patas) y sus formas redondeadas y envolventes, remarcadas con la tapicería del respaldo. La estructura es hechizante por su efecto muaré y puede elegirse en tres acabados y su precio es ascendente: níquel pulido, bronce metálico y, por último, chapado en oro de 18 kilates que vemos en la imagen.

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Comodidad y estilo

El finlandés Ilmari Tapiovaara no fue prolífico pues quería que sus piezas fueran perfectas y empleaba tiempo en mejorarlas, ese afán le llevó a hacer cuatro versiones de su Domus, que vemos sobre estas líneas y creó en 1946. Gracias a sus característicos brazos cortos, la slla Domus puede acercarse a una mesa. ¿Sabías que se la conocía como "la silla finlandesa"? Se apodaba así dado el gran éxito internacional que adquirió.
Artek la fabrica en madera que puede presentar aspecto natural, puede estar lacada o incluso combinar dos acabados. También existen versiones con el asiento y el respaldo tapizados.

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Majestuosas y escultóricas

En las cabeceras de la mesa vemos le estilizada y escultórica silla Hill House obra del escocés Charles Rennie Mackintosh, una pieza que ha cumplido más de un siglo de vida en plena forma, pues se creó en 1902. De hecho, es una obra tan importante del creador que directamente se la conoce como silla Mackintosh. Se fabrica en madera de fresno lacada en negro y destaca el respaldo tan largo y monumental. El asiento, por su parte, se tapiza en terciopelo.

El interiorista Matthew Coe, combina estas dos sillas con el resto muy en la línea estética, el modelo Coonley 2, en este caso una creación del estadounidense Frank Lloyd Wright. En ambos casos la Makintosh y la Coonley 2 las produce Cassina.

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De líneas orgánicas

La Plastic Chair es un clásico inconfundible del matrimonio estadounidense formado por Charles y Ray Eames y con la base que vemos en la imagen, se nos aparece con una intrincada y elegante construcción de cable de acero que alberga la carcasa de plástico de forma orgánica, disponible en varios colores y con opciones de acolchado. La idea de esta legendaria silla de plástico nació en 1948.

Es un modelo que en Europa produce Vitra y que cuenta con versiones de lo más variadas, por ejemplo, con ruedas, en asiento tipo mecedora, con brazos o con la carcasa de hilo de acero (es decir, formando una rejilla metálica). Como en el caso de la Panton Chair, este asiento es apto para exterior y cuenta con una versión de menor tamaño para los más pequeños de la casa.

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Una obra maestra de Alvar Aalto

Alvar Aalto es uno de los grandes maestros del diseño industrial de todos los tiempos y la butaca Paimio es su creación más conocida. La creó en 1932. El finlandés diseñó la pieza para la sala de estar de un sanatorio para tuberculosos con la intención de que el ángulo del respaldo ayudara a los usuarios a respirar más fácilmente.

De formas ligeras, destaca que pie y reposabrazos están hechos de una pieza y el asiento, que se realiza en contrachapado de abedul prensado, queda suspendido. Es una butaca producida por Artek.

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Minimalismo que cautiva

Con un elegante acolchado, Mies van der Rohe y Lilly Reich diseñaron la butaca Barcelona a base de piel y perfil metálico en forma de ‘X’, una pieza que, con el tiempo, se convirtió en un icono del diseño moderno. El nombre de la pieza se debe a que fue creada especialmente para pabellón nacional de Alemania para la Exposición Internacional que se celebró en la capital catalana en 1929. La firma Knoll produce esta pieza, así como el diván Barcelona, de la misma colección e igual o incluso más famoso que la butaca, en ambos casos piezas referente del movimiento minimalista.

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Butaca de estética geométrica

La butaca Red Blue explora los volúmenes rectilíneos y trabaja la interacción de los planos verticales y horizontales. Se trata de una pieza creada por el holandés Gerrit Rietveld hace ya más de un siglo atrás. Su nombre se debe a que su esquema cromático se basaba en los colores primarios (rojo, azul y amarillo), no obstante, como vemos, puede presentar otros coloridos.  

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Con mágica forma de mariposa

La butaca BFK (siglas de sus creadores: Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy) ha terminado denominándose popularmente Mariposa, dada la similitud de sus formas con la de este insecto. Fue creada en 1938 y la original consiste en una ligera estructura de acero y el cuerpo del asiento y el respaldo están formados por una única pieza en cuero. La produce Knoll. No obstante, también existen reversiones como esta de Portobello Street, en tela de loneta, haciéndola apta para su uso en exterior.

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