Muchas familias compran agua embotellada porque la del grifo, a pesar de ser potable, no es pura y en ocasiones ni siquiera ofrece un buen sabor, debido a los tratamientos a los que son sometidas. Si quieres beber agua pura en casa, existen varias formas de conseguirla: algunos sistemas sofisticados como el de ósmosis inversa y otros, tan sencillos como pequeños dispositivos que se acoplan al grifo de la cocina o emplear una jarra purificadora. Te descubrimos cada solución para que puedas comprobar cuál encaja mejor en tu hogar. Si optas por cualquiera de ellas el medio ambiente lo agradecerá pues son opciones más sostenibles que comprar aguas en botellas de plástico o cristal o en garrafas. Si bien hay que admitir que el agua filtrada también genera residuos: el de los filtros que emplean y deben ser renovados periódicamente.
Sistemas de ósmosis inversa
Si quieres agua de calidad para beber y cocinar, este tratamiento te puede interesar y proporciona agua osmotizada en la que se ha eliminado un elevado porcentaje de impurezas, como calcio, sodio, sulfatos, cloruros, plomo… Tras el proceso también se reduce eficazmente la dureza del agua y esta tiene un nivel de mineralización bajo. El sistema de ósmosis inversa se coloca bajo el fregadero y su instalación es sencilla e incorpora el grifo por el que sale el agua purificada. También tiene un excelente funcionamiento y facilidad de uso y mantenimiento.
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¿Qué proceso sigue el agua osmotizada?
En los equipos de ósmosis inversa el agua sigue varios procesos hasta conseguir el agua purificada. Normalmente pasa por estas cinco etapas, aunque en ocasiones puede incorporar alguna más:
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Prefiltros de sedimentos, con los que se retienen las pequeñas partículas en suspensión, lodos y arenillas.
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Prefiltros de carbón activo, capaces de reducir la presencia de cientos de sustancias, como contaminantes (cloro, pesticidas) y otros productos químicos.
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Membrana semipermeable, que reduce la concentración de nitratos y elevados porcentajes de metales, como el plomo.
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Depósito, que es el lugar que acumula el agua ya filtrada.
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Postfiltro de carbón de coco que, junto al carbón activo, contribuye a mejorar el sabor del agua.
Como vemos el agua resultante no solo tiene un gusto más agradable, sino que es más segura. Eso sí, generalmente para obtener 1 litro de agua osmotizada, se necesitan entre 3 y 11 litros de agua. Así que si vas a adquirir este equipo te recomendamos seleccionar un modelo con bajo rechazo de agua como Total Depure, de Alkanatur, que vemos en la propuesta, que rechaza solo medio litro de agua por cada litro osmotizado.
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¿Qué ocurre si tengo baja presión de agua?
Según las recomendaciones de los fabricantes de equipos de ósmosis, la presión mínima requerida para un buen funcionamiento del equipo es de 3 bares (3 kg/cm²), pero en ocasiones los hogares tienen la presión de agua baja. En esos casos, deberás apostar por un sistema que lleve una bomba incorporada.
La baja presión de entrada provoca que el equipo de ósmosis produzca más agua de desecho, menos agua potable y llene el depósito de almacenamiento más lentamente y produzca agua de menor calidad. Con la bomba todo ello queda solucionado y el funcionamiento será correcto.
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Equipos de ultrafiltración
Una alternativa a la ósmosis inversa está en los equipos de ultrafiltración. Ofrece varias ventajas aunque, el agua resultante no alcanza el grado de pureza de la osmotizada En este caso también el agua pasa por varios filtros, pero sale directamente del grifo, sin ser almacenada previamente y no hay agua de rechazo, toda sale purificada. Al no contar con depósito ocuparán menos espacio bajo el fregadero, siendo la solución ideal en cocinas pequeñas.
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Más alternativas en grifos
Si lo prefieres, un sistema económico y que resulta muy sencillo de instalar son los aparatos filtrantes que se acoplan al grifo. En ese caso, vale la pena invertir en un modelo con indicador de los litros filtrados, una información muy útil a la hora de tener que cambiar el filtro que incorpora. Además, los hay que disponen de un interruptor para poder elegir si quieres que salga el agua purificada o no, por ejemplo, en el caso que tan solo llenes el cubo para fregar el suelo.
Una idea muy práctica y más sofisticada es que el grifo dispense agua filtrada fría y en ebullición, como hace el modelo de la imagen. 4N1, disponible en Dake, ofrece muchas comodidades al proporcionar tanto agua normal como filtrada fría y caliente.
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Dispensadores conectados a la red de suministro de agua
Los vemos en las oficinas y algunos hogares, hay dispensadores de agua que dependen de una garrafa que se vacía y debe renovarse. Nosotros hablamos aquí de dispensadores que purifican el agua corriente y la suministran en diferentes temperaturas (natural, fría y, también a veces, caliente para infusiones).
En esta propuesta se trata del sistema empotrado I-Wall de Dake, que hasta permite beber agua fría con gas.
Jarras filtrantes
Los filtros de agua que se usan con mayor frecuencia en los hogares son los aparatos de ósmosis inversa, los equipos de ultrafiltración, los dispensadores de agua o los dispositivos filtrantes para el grifo, además de las jarras purificadoras de agua, una solución económica e igualmente eficaz (la inversión se hace en la jarra inicial y los cartuchos que deben irse reemplazando). ¿Cómo funcionan? Casi todos los modelos domésticos funcionan con el agua pasando por un cartucho filtrante y otro que contiene materiales granulares para retener compuestos no deseados. Cuida que la jarra esté siempre muy limpia, de este modo evitarás la proliferación de microbios.
Para que resulten cómodas de usar las jarras tienen una capacidad de entre 2 y 3,5 litros, algo a tener en cuenta si la familia es numerosa. En la propuesta estamos viendo el modelo Drops de Alkanatur que depura y también ioniza el agua. La capacidad de la jarra es de 3,5 litros, y la capacidad de filtrado de 2 litros. Y gracias al indicador electrónico podrás saber cuándo es necesario cambiar el filtro (aproximadamente cada 400 litros).
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¿Qué ventajas ofrece purificar el agua doméstica?
Para comenzar, la comodidad de contar con un agua pura sin tener que acarrear botellas o garrafas que, aparte, ocupan espacio y se tienen que almacenar. Además, resulta más económico beber agua del grifo con cualquiera de los sistemas relatados que comprar agua mineral y, de paso, se hace un bien al medio ambiente al no generar tantos residuos. Y decimos que no tantos porque sí tendremos que ir cambiando los filtros con la frecuencia que indique el fabricante y estos, por regla general, no son reciclables.