Todos sabemos, más o menos, lo que hay que hacer para tener una casa ordenada y acogedora. Sin embargo, ¿por qué resulta tan difícil?
Podemos trabajar mucho para conseguir que todo esté limpio y recogido, y en cuanto pasa un tiempo (generalmente corto) las cosas vuelven a las andadas y volvemos a vivir en el caos.
Hoy vamos a tratar de poner remedio al problema con estos consejos para que ordenar la casa sea coser y cantar.
1. El orden es necesario... ¡no te resistas!
No hay otra opción posible: si quieres estar a gusto en casa, en ella ha de reinar el orden. Después hay diferentes grados, pero es imprescindible que exista un orden mínimo para podernos sentir bien.
Ten en cuenta que una casa ordenada es una casa fácil de limpiar, y que la casa esté limpia es una condición imprescindible para lograr una casa sana. Esta es la gran importancia que el orden tiene en nuestros hogares… y en nuestras vidas.
Además, vivir en un entorno ordenado es más agradable, nos sentiremos mejor en ella y perderemos mucho menos tiempo buscando cosas perdidas por casa.
2. Si vives en el caos, haz examen de conciencia
Si en tu casa impera un desorden constante, endémico, de esos que no hay forma de quitarse en encima; si, además, nunca encuentras nada de lo que buscas; si siempre hay objetos rodando por ahí… tienes un problema que solucionar.
Comienza por pararte a pensar en qué cosas quieres cambiar, qué cosas no te gustan de tu casa. Ten en cuenta que acabar con una situación como esta y cambiarlo todo para mejorar depende de nosotros. Plantéate cuáles son tus necesidades, qué cosas sobran y qué cosas son imprescindibles en tu hogar y, una vez hecha esta reflexión, organízate en función de las conclusiones que saques.
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3. No dejes para mañana…
Uno de los peores enemigos del orden en casa es la procrastinación, es decir, aplazar o retrasar una obligación o trabajo que hemos de hacer. Vamos buscando cosas que hacer para no acometer esa tarea de orden que nos asusta y nos preocupa.
Esa, sin duda, no es la manera de atajar el problema, y además contribuirá a hacerlo más grande. Todo lo que no recojas hoy se sumará al desorden de mañana. Por eso es importante plantar cara al trabajo: divide la tarea en otras más pequeñas, ve fijándote objetivos sencillos para ir avanzando y lo conseguirás.
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4. Dedica al orden un tiempo concreto
Sobre todo al principio, el trabajo de ordenar la casa parece no tener fin. Por eso es clave fijarse tiempos concretos y no querer hacerlo todo en el mismo día: solo conseguirás desmotivarte.
Para recoger, limpiar a fondo y ordenar una habitación necesitarás una jornada completa, mientras que te hará falta una semana como mínimo si quieres ordenar la casa completa (depende de las dimensiones de tu casa y del grado de desorden imperante).
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5. Muebles a medida: cambia problemas por soluciones
Ahora que ya has detectado cuáles son los problemas de orden que tiene tu casa, estás en disposición de solucionarlos. Si crees que la falta de espacio es un inconveniente a la hora de mantener el orden en tu hogar, tendrás que buscar alternativas que te ayuden a aprovecharlo al máximo, como los muebles a medida.
Puede que sean más caros y que tengas que hacer una inversión inicial, pero te ayudarán a sacarle partido a cada centímetro. Encarga módulos para instalar en rincones, pequeñas estanterías colocadas en huecos, un armario extra en un rincón, etc.
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6. Objetivo principal: no abarrotar
En la mayoría de las ocasiones nuestros problemas de orden se originan porque queremos tener y guardar más cosas de las que podemos, por limitaciones lógicas de espacio.
Por eso, apuesta por la ligereza, por los espacios diáfanos y nada abarrotados. No llenes tu casa de muebles, no llenes de libros las baldas de la librería, no pongas demasiados adornos en la estantería… Verás como notas el resultado.
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7. Organiza el interior
Establecer compartimentos en el interior de armarios y cajones es fundamental si quieres organizar mejor el espacio y rentabilizarlo al máximo.
En caso de que no los traigan, puedes colocar más baldas interiores, cajas o cestas que te ayuden a compartimentar el espacio de almacenaje, y organizadores de cajón para dividir el interior. Así las cosas más pequeñas no se mezclarán ni se desordenarán, y sabrás exactamente donde tienes cada cosa.
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8. ¿Cuánto sitio tienes para guardar?
Si tu casa es pequeña y no cuentas con mucho espacio de almacenaje no pretendas guardar miles de cosas, al menos sin sacar otras antes. Y esta regla sirve para toda la casa, desde los alimentos de la cocina hasta la ropa en el armario o los zapatos.
Si no hay espacio, cuando algo entre otra cosa deberá salir. No te engañes: es la única manera de mantener el equilibrio.
9. Rutinas que ayudan
Si no eres una persona ordenada por naturaleza, necesitarás unas rutinas que te marquen el camino. Puede que al principio te cueste un esfuerzo seguirlas, pero al final las irás interiorizando como un hábito y las llevarás a cabo sin apenas darte cuenta.
Establece una rutina para seguir por las mañanas: ventilar, hacer la cama, recoger las cosas del desayuno, y colocar los cojines del sofá (puede parecer un gesto tonto, pero le dará a tu salón un aspecto totalmente diferente, mucho más ordenado).
También necesitarás una rutina para las noches: antes de acostarte, como mínimo, recoge la cocina y gestiona la ropa que has llevado ese día (recógela y ponla en el cesto de la ropa sucia). Preparar la ropa y aquello que vas a necesitar a la mañana siguiente es otro nivel, de sobresaliente.
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