Lleva más de media vida trabajando en el mundo de la moda, y es algo que no cambiaría por nada. Laura Sánchez, una de nuestras modelos más conocidas, no solo por su belleza, sino también por su simpatía y alegre personalidad, acaba de cumplir cuarenta años y se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida. Y, ahora, nos abre las puertas de la casa donde disfruta de sus vacaciones para hablarnos del verano y de su faceta como directora creativa de Bloomers, la marca de baño que tiene desde hace nueve años y que acaba de relanzar con muchas novedades.
—¿Desde cuándo veraneas en esta casa?
—En esta casa llevamos tres veranos, aunque yo conocí esta zona hace más de veinte años. Tras un tiempo de idas y venidas a esta costa, encontramos la casa de nuestros sueños para disfrutar de nuestras vacaciones y, ahora, este veraneo no lo cambio por nada del mundo.
—¿Qué es lo que más te gusta de este lugar?
—Lo que más me gusta de esta casa y del entorno es la luz. Es pura magia, es muy parecida a la de Huelva. Los atardeceres son increíbles, es maravilloso ver el sol ocultándose bajo el mar. También me encanta que todavía es una zona muy virgen, muy salvaje, y lo mejor que podemos tener aquí es el lujo de poder ir andando a la playa.
—¿Cómo es tu día a día aquí?
—Nuestros días aquí son muy largos, los días son eternos y eso me encanta. Somos madrugadores y, aunque estemos de vacaciones, a las nueve como tarde estamos todos despiertos. Desayunamos con mucha tranquilidad y hacemos deporte. Después, solemos bajar a la playa con los perros. Nos gusta disfrutar del mar. Es una playa maravillosa y hay días que nos quedamos hasta la puesta de sol. Por la noche, es un ambiente tan relajado que para salir a cenar basta con ponerte un vestidito, sin maquillaje, sin tacones, sin complementos… y ¡a disfrutar de la gastronomía de la zona!
“Tras un tiempo de idas y venidas encontramos la casa de nuestros sueños para disfrutar de nuestras vacaciones y, ahora, este veraneo no lo cambio por nada del mundo”
—¿Soléis recibir a amigos?
—¡Muchísimos! Tenemos amigos en casa todo el rato. Tanto David como yo disfrutamos con la casa llena de gente, somos de los que pensamos que las vacaciones, aparte de para descansar, también están para compartirlas con la gente que quieres. Son muy pocos los días que estamos los dos solos. Hay una semana que vienen todos los amigos de Madrid, cuando está Naia también invita a amigas suyas de Bilbao… La verdad, es muy divertido.
—¿Te consideras buena anfitriona?
—¡Superbuena anfitriona! En mi casa, el frigorífico siempre está lleno. Aparte de los que estamos en casa, nunca sabes quién puede aparecer a comer. Siempre hay una ensaladilla, un gazpacho, cosas fresquitas de verano. David es igual de anfitrión que yo. Uno de nuestros planes favoritos del verano es ir por la mañana al mercado de Barbate o Conil a hacer la compra, hay unos productos maravillosos. El atún en escabeche es mi especialidad, compro el atún en Barbate y eso es una maravilla.
“Los cuarenta me han traído este ‘regalo’ (diabetes tipo 1). Hace poco me han dicho que la llame amiga y me gusta mucho llamarla así porque va a vivir conmigo toda la vida y me tengo que llevar bien con ella”
—Además de modelo, eres la directora creativa de tu firma de baño y lencería, que acabas de relanzar, háblanos de ella.
—Bloomers lleva nueve años en nuestras vidas, pero este año ha entrado un nuevo socio, Hugo Ogea, que es un profesional del sector de baño y lencería y entra como distribuidor de Bloomers nacional e internacional. Además, ya no solo nos centramos en el baño, sino que también vamos a hacer mitad baño y mitad íntimo. Y aparte, como novedad, contarte que en la próxima colección de baño va a haber muchos tejidos reciclados, algo de lo que me siento totalmente orgullosa.
“Yo siempre tengo una libreta y un lápiz a mano para dibujar, y David, su guitarra para componer. Es una casa superinspiradora, nos ayuda muchísimo a crear”
—Supongo que lugares como esta casa te ayudarán a inspirarte a la hora de diseñar.
—¡Por supuesto! Los días son tan largos y maravillosos que siempre conseguimos cosas bonitas. Aquí yo siempre tengo una libreta y un lápiz a mano para dibujar, y David, su guitarra para componer. Es una casa superinspiradora, nos ayuda muchísimo a crear. Una de las cosas que más nos inspira de esta casa es su luz, es maravillosa a todas horas. Además, también me ayudan a buscar inspiración mis viajes, hago fotos de todo. Y por la noche, me despierto con ideas y las apunto en la libreta que tengo en la mesilla.
—¿Qué te han aportado tus años como modelo a la hora de crear tu propia firma de ropa?
—Cuando trabajas tantos años como modelo, al final te vas dando cuenta de que te vas empapando de todos los sectores de la moda desde el diseño, la fotografía, la producción… y al arrancar un proyecto te das cuenta de que tienes en el subconsciente mucha información que no sabías que tenías. Pero, sobre todo, he aprendido a valorar la calidad de los tejidos, eso para mí es lo más importante.
—¿Cómo definirías tus diseños?
—Divertidos, desenfadados, cómodos y muy optimistas. Son muy yo. No hago nada que yo no me pondría, es una forma de llevar la guía de estilo de la marca muy personalizada. No puedo diseñar algo que a mí no me guste.
“Tanto David como yo disfrutamos con la casa llena de gente, somos de los que pensamos que las vacaciones, aparte de para descansar, también están para compartirlas con la gente que quieres”
—Acabas de cumplir cuarenta años y luces una figura estupenda, ¿cuál es tu secreto?
—Lo primero de todo, tengo que darle las gracias a la genética. Hay que ser consciente cada uno de lo que tiene, no lo he pedido yo ni lo he trabajado yo, es lo que me ha tocado. Después, muy buena alimentación desde siempre, como una dieta mediterránea equilibrada; no hago régimen, pero como bien. Y, por último, algo a lo que me he enganchado hace cuatro años: deporte. Me sienta genial hacer deporte y no lo hago por mi físico, sino por mi cabeza.
“Mis diseños son divertidos, desenfadados, cómodos y muy optimistas. Son muy yo, no hago nada que no me pondría, es una forma de llevar la guía de estilo de la firma muy personalizada”
—Recientemente, has debutado en diabetes tipo uno. ¿Cómo lo llevas?
—Sí, los cuarenta me han traído este regalo. Hace poco que me han dicho que la llame amiga y me gusta mucho llamarla así porque va a vivir conmigo toda la vida y me tengo que llevar bien con ella. Gracias a la tecnología, a los médicos y a los educadores es todo mucho más fácil; tengo un sensor en el brazo que está conectado a mi móvil y me avisa de las subidas y bajadas de azúcar. Realmente es llevar la misma vida que llevaba con un control continuo y una vida muy en equilibrio.
—¿Echas de menos tus años de pasarelas?
—Subirse a una pasarela es un subidón de adrenalina, es el gran momento de una modelo y esos años los recuerdo con una sonrisa, los he disfrutado mucho. Pero todo tiene su momento, para llevar el ritmo que se lleva en el circuito tienes que tener esa edad porque, si no, tu cuerpo no lo aguanta. Aun así, de vez en cuando, hago algún desfile para quitarme ese gusanillo que todavía me puede quedar.
“Uno de nuestros planes favoritos del verano es ir por la mañana al mercado de Barbate o Conil a hacer la compra, hay unos productos maravillosos. El atún en escabeche es mi especialidad”
—Y por último, ¿cómo te gustaría verte de aquí a un futuro?
—Me encantaría seguir trabajando, ya no por un tema económico, sino porque mi vida laboral me llena y me gusta todo lo que hago. Aun así, me gustaría bajar el ritmo y vivir a caballo entre Madrid y el sur. Esta casita al lado de la playa podría ser un sitio ideal o también el campo, la sierra de Huelva es otro lugar maravilloso que me encanta.