En la decoración de los jardines, prestamos atención en gozar de unas vistas exteriores siempre perfectas y, en ocasiones, si el mantenimiento es alto es difícil que eso sea así, porque nos obliga a dedicarle el tiempo que no tenemos o a llamar a profesionales a menudo para que cuiden de él: poden, corten el césped, cuiden de las flores, etc. Por todo ello, los jardines de bajo mantenimiento son una muy buena elección. Pero, antes de todo veamos en qué consisten de la mano de dos expertos, Jordi Sánchez San Miguel, director creativo de la empresa de paisajismo Simbiosi Estudi y Verónica Nebreda Prieto, especialista en productos y ventas en Amagard.com, una plataforma online que vende artículos de construcción para el jardín. Junto a ellos descubrirás que este tipos de jardines ofrecen muchas ventajas y ahorros, en el empleo de agua y de tiempo.
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¿Qué es un jardín de bajo mantenimiento?
Un jardín de bajo mantenimiento requerirá poca agua y también mantenimiento. Verónica nos detalla que “hay que tener en cuenta que la necesidad hídrica sea baja y para eso podemos utilizar áridos (como grava o cantos rodados) en combinación de vegetación que requiera poco riego y mantenimiento”. Jordi insiste en los beneficios de “hacer un uso racional del agua, porque a su vez, conlleva una reducción importante de gastos de mano de obra, agua, fertilizante, productos fitosanitarios...”.
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¿Cómo se diseña?
Ambos expertos coinciden en que para empezar, deberemos conocer detalles básicos del terreno: el clima, suelo y disponibilidad de agua, para realizar una selección adecuada en función de estos casos.
Simbiosi Estudi nos detalla que, en general, los principales pasos a seguir una vez tenemos la información necesaria son:
-Diseñar el jardín, reduciendo al máximo las zonas con césped, disponiendo espacios atractivos y funcionales.
-Si procede, acondicionar el suelo existente con mejoras físicas, químicas y biológicas para beneficiar la implantación de la futura selección botánica.
- Utilizar vegetación especialmente escogida por sus bajas necesidades hídricas, fomentando el uso de nativas para favorecer la biodiversidad.
- Agrupar las plantas en base a sus demandas de agua, y realizar un sistema de riego eficiente, para no malgastar este recurso regando más de lo necesario estas especies, habituadas de forma natural a la sequedad estacional.
-Efectuar acolchados, tanto minerales como orgánicos, para reducir la evaporación del suelo y limitar la aparición de malas hierbas.
-Planificar un mantenimiento del jardín sostenible, intentando intervenir lo mínimo posible, permitiendo una evolución más natural de todos los elementos que componen el jardín e informando convenientemente a los futuros usurarios de los pasos a seguir.
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¿Hay que renunciar al césped y a algunas plantas?
Desde Amagard.com explican que “no hay por qué renunciar al verde en el jardín. Sí que es verdad que recomendamos en ese caso plantas de bajo mantenimiento que serían las plantas que no requieran un riego frecuente como cactus, lavanda o geranios, entre otras”. Por ejemplo, el césped requiere un riego continuo y un mantenimiento alto, por lo que si se quiere instalar césped se puede hacer en superficies pequeñas del jardín a modo de decoración o para crear contraste de color”. En la misma línea Jordi aconseja bien reducir las zonas de césped o bien eliminarlas totalmente. “Además, hay que restringir al máximo el uso de especies botánicas con elevadas exigencias hídricas o que requieran podas regulares, fertilizaciones químicas o productos fitosanitarios, para mantener una apariencia y estructura general del jardín atractiva”, afirma.
¿El bajo mantenimiento se refiere solo a las necesidades hídricas?
Es uno de los puntos clave, pero también sugiere otros conceptos, que relata Jordi: "la economización de energía, disminución de la contaminación (restricción del uso de maquinaria y productos químicos), ahorro de tiempo, y en general este tipo de jardines ayudan a crear hábitats que favorecen el incremento de la fauna circundante”.
Verónica señala otro aspecto: “estos jardines no requieren gran parte de nuestro tiempo para poder mantenerlo en un buen estado. Y esto incluye, por ejemplo, evitar eficazmente que crezcan malas hierbas empleando mallas geotextiles”.
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¿En qué consiste el método grava?
Consiste en utilizar este recurso mineral como acolchado para optimizar el agua de riego. Simbiosi Estudi nos cuenta que “de este modo, se crea una barrera que retiene la humedad del suelo, y a la vez lo mantiene permeable al agua procedente de la lluvia. Lo que también disminuye la aparición de malas hierbas (o plantas adventicias no deseadas), reduce la posible erosión del terreno, y nos ayuda a crear un ambiente de carácter naturalista, que dota de un atractivo especial a todo el diseño”.
Amagard.com también considera que “utilizar áridos en nuestro jardín, como grava o canto rodado, es una alternativa muy buena si queremos un jardín duradero en el tiempo y de bajo mantenimiento. Son muy resistentes, por lo que no se estropean y se conservan mucho más tiempo que otro tipo de materiales”. Y prosigue, “otra ventaja es que existen muchos modelos de piedras, en diferentes formas, tamaños y colores, por lo que siempre se puede encontrar la que más se ajuste a nuestras necesidades y espacios. La grava o los cantos rodados son opciones que se ajustan a todo tipo de estilos, desde jardines modernos, a otros minimalistas o de estética más rústica”.
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¿Conviene emplear estabilizadores de grava?
Los estabilizadores de grava son unas placas que se colocan en el terreno y sobre las que se coloca la grava o el canto rodado. Tienen unas celdas (similar a un panal de abeja) en las que se colocan los áridos. “Este sistema permite que las piedras se mantengan en su sitio y crean una superficie lisa y sin huellas, por lo que el jardín tendrá mejor aspecto. Esto por consecuencia también disminuirá mucho el tempo de mantenimiento, ya que al no crearse huellas no habrá que pasar el rastrillo por el terreno para que vuelva a quedar liso. Nosotros recomendamos emplear el estabilizador cuando se va a transitar mucho sobre el terreno, ya sea andando o con vehículos debido a que no solo tiene una función estética pero también funcional. Al no hundirse la piedra es mucho más fácil transitar sobre ella”, comentan desde Amagard.com.
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¿Qué tal emplear acolchados orgánicos en lugar de grava?
Cubrir el suelo con acolchados es siempre una buena idea para mejorar el jardín y reducir el trabajo. Hemos hablado de los minerales, pero también los hay orgánicos, como los de a base de corteza de ciprés, de pino o virutas de madera. “La diferencia de los segundos radica en que con el paso del tiempo van degradándose e incorporándose al sustrato, lo que obliga cada cierto tiempo a su renovación”, explica Jordi.
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¿Con qué tipo de borduras podemos separar zonas?
El uso de borduras es ideal para separar diferentes materiales en el jardín, como en esta propuesta que combina marmolina blanca de Amagard.com y césped. Verónica explica que “si queremos una opción decorativa, siempre recomendamos las borduras metálicas, ya que son muy duraderas y resistentes. La bordura en acero corten, que parece oxidado, es una de las más populares porque suele ser un color que se mimetiza muy bien con el resto de elementos del jardín y queda muy bonito”.
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