La distribución en paralelo, a modo pasillo con dos zonas de armarios enfrentados son habituales en casas de pocos metros, especialmente en aquellas cocinas largas y estrechas, ya que permiten aprovechar al máximo el espacio horizontal y no pierden ni un centímetro en las esquinas, al no tener módulos esquineros. Sin embargo, ese ajuste al milímetro puede contribuir al efecto tubo y provocar cierta claustrofobia, que debe compensarse con zonas altas despejadas, encimeras en orden y otros trucos que compensen su planta con buenas ideas de decoración, como las que te proponemos aquí. En este proyecto del estudio Knowhaus, la iluminación artificial y la natural que entra por las ventanas amplía las dimensiones y permite, además, el uso de muebles negros, cuyas 'oscuridad' se ha compensado con una encimera clara y vitrinas superiores.
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Ábrela en uno de sus laterales
Para evitar el efecto tubo, una buena opción es abrirla en uno de sus laterales, atenuando esa sensación de encierro. Puedes abrir solo la esquina y agregar algunas estanterías sin puertas para 'romper ' el pasillo y aumentar, al mismo tiempo, la capacidad de almacenaje. O puedes ir mucho más allá y hacer que forme parte del salón o el comedor, lo que la conectará con un espacio mayor, aumentando al instante sus dimensiones. Como ocurre en esta propuesta de Aran Cucine, donde la estantería abierta actúa también como tabique separador.
Ilumina adecuadamente
El proyecto lumínico juega también un papel importante a la hora de sacar partido y metros a una cocina estrecha y alargada. Haz que, además de una función puramente práctica, cumpla un 'papel joya', brillante y sofisticada. A la iluminación en el techo, que puede incluir una lámpara de suspensión, le puedes añadir apliques estratégicamente situados y jugar con la luz de la campana y los armarios. Es importante evitar las sombras y las zonas oscuras, que opaquen el brillo de la estancia. En este ambiente de Ballingslöv, donde uno de frentes de armarios se ha sustituido por una isla con capacidad de almacenaje inferior, cada zona cuenta con su propia luminaria.
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Reduce e integra los electrodomésticos
La sensación de unidad es clave para aumentar visualmente los metros de tu cocina. Por este motivo, no abuses de la 'rotura' (mezclar dos que choquen o jugar con los fondos) de los materiales y mantén siempre las mismas líneas en el mobiliario. De manera, que tanto muebles como electrodomésticos formen un panel, que parezca un solo paño de pared, como en esta propuesta de Arclinea, donde quedan totalmente integrados. Otra buena idea es elegir electrodomésticos más pequeños. Aunque adores los frigoríficos americanos o los XL aquí no tienen cabida ni por espacio ni por consumo. Adquiere el modelo que te ofrezca lo que necesitas sin ocupar toda la cocina.
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Di sí a las superficies brillantes
La luz es una buena aliada de las cocinas pequeñas. Por eso, una buena de conseguirla, además de corriendo las cortinas, es usar un suelo brillante, cerámico o de mármol, que ilumine el espacio, logrando de esta manera que el sol rebote en el interior. Además de con el pavimento, puedes hacer especial hincapié en la encimera. Otra superficie con gran protagonismo y normalmente de generosas dimensiones, que puede jugar también a favor de la luz. Evita los pavimentos de lamas, que contribuyen al efecto tubo, y opta mejor por revestimientos continuos o baldosas cuadradas. En esta propuesta de Mugarri Decoración, los muebles blancos lacados de Saitra refuerzan el brillo del espacio. ¡Copia la idea del 'office'!
Huye de los muebles altos
El objetivo a la hora de diseñar una cocina pequeña y alargada es evitar la sensación asfixiante de tubo. Para ello, es importante reducir la cantidad de armarios altos y centrar todo el almacenamiento en altura en un solo lugar. Una buena distribución consiste en colocar la nevera y la despensa en un área y mantener el almacenamiento ahí, completando el conjunto con estantes abiertos o módulos superiores que no lleguen al techo, como en esta propuesta de Carrillo Proyectos. Otra opción es colocarlos a ambos lados de la entrada de la cocina y dejar la zona de trabajo, al final, despejada en altura, para evitar la sensación de asfixia.
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Despeja la encimera
Se trata de maximizar el espacio y hacer que reine el orden, una de las reglas para crear amplitud. Para ello, haz todos los elementos empotrados que puedas y prioriza la superficie de la encimera, de manera que esté siempre libre y limpia de cosas, como en esta propuesat de Kvik. Puedes colgar el microondas, y guardar todos aquellos pequeños electrodomésticos que no usas a diario o son demasiado voluminosos, como la licuadora o la máquina para hacer pasta que te regalaron y aún no has estrenado, en los armarios altos.
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Ajusta bien las medidas
Para una mayor funcionalidad es recomendable que en la misma línea se ubique tanto la zona de cocción como la de fregadero y que el espacio central sea como mínimo de 80 cm, para poder abrir bien los muebles, aunque 120 cm es lo idóneo, y poder moverte con comodidad. Lo habitual es colocar dos frentes con módulos de 60 cm, pero si tu cocina es realmente estrecha, puedes jugar también con los de 40 cm.
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Mezcla materiales
Otra forma de reducir la sensación de cocinar en un pasillo es contraponer materiales que contrasten. Así, se pueden combinar los muebles de cocina inferiores en un material más pesado y en colores oscuros y los superiores en tonos más claros para conectarlos hacia el techo. Los frentes de cristal tipo vitrina también dan mucho juego en estas composiciones.
Respecto a los colores, seguimos la norma de los espacios de pocos metros con tonalidades claras que no saturen ni recarguen, desde el todopoderoso blanco (las cocinas blancas son siempre bien recibidas) hasta el crema, el gris suave o los pasteles. Si prefieres madera, mejor las claras como pino, haya o abedul. En esta cocina de Ikea, donde uno de los frentes se ha sustituido por una isla con cajones y armarios, se ha combinado con acierto madera y blanco.
Déjate seducir por la madera
Otra opción para hacer crecer los metros de una cocina ‘pasillo’ es usando la madera como una forma de conectarla al resto de la casa, sin necesidad de que esté abierta. Opta por armarios inferiores de madera, si el suelo es de parqué la conexión será total, que parezcan más un mueble de salón que los típicos modelos de cocina, como el de esta propuesta de Listone Giordano. Para los módulos superiores, elige algo más neutral, ligero y de tonos fríos. Si quieres que sean también de madera, mejor de especies de tonalidades claras y que no lleguen hasta el techo. Puedes intercalar módulos vitrinas o estantes para aligerar el conjunto.
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