¿Qué fregadero necesitas para tu cocina?

Las cocinas, de un tiempo a esta parte, no solo ganan protagonismo en la casa sino que se convierten, junto al salón y el comedor, en el epicentro de la vida social familiar y cuando vienen invitados. La tendencia es que las cocinas cada vez sean de mayor tamaño, para permitir trabajar en ellas con comodidad. Pero, ¿también el fregadero de la cocina es cada vez más grande? Y, además, ¿hay un fregadero ideal a la hora de diseñar una cocina para una persona sola, una pareja o un matrimonio con hijos? Tres expertos nos dan todas las respuestas: Lucía Bustelo, del Departamento de Producto de Santos, Alberto Porras, dueño de Bulthaup Madrid O’Donnell y el interiorista Luis Sanandrés.

Cuestión de estilo

Los fregaderos de cocina en acabado cerámico y frontal visto, como esta propuesta de Dake, que hemos descubierto en muchos proyectos de cocina en Gran Bretaña y Estados Unidos, pisan cada vez con más fuerza también aquí.

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El fregadero perfecto en un piso de soltero (o soltera)

Como en estos casos suele tratarse de una cocina de tamaño algo reducido, como suele serlo todo el piso también, y el uso no es compartido entre usuarios, bastará con un modelo de fregadero también de dimensiones contenidas de una sola cubeta o, a lo sumo, de un seno y medio. “En todo caso recomendamos que tenga un mínimo de 45-55 cm de largo”, apuntan desde Bulthaup Madrid O’Donnell.

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El modelo aconsejado para una pareja

“Suponiendo que en la cocina trabaja simultáneamente más de una persona, los fregaderos de una cubeta y meida o incluso dos cubetas, resultan idóneos”, nos cuentan desde Santos. El interiorista Luis Sanandrés, añade, “el tamaño de las picas, habitualmente está condicionado por la distribución y medidas de la cocina, pero por lo general el cliente siempre que sea posible, demanda un fregadero de gran formato, ya que hace más cómoda su utilización”.

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¿Cómo debe ser el fregadero para una familia con uno o dos hijos?

En estos casos en el proyecto de cocina es necesario contar con un amplio espacio, para que varias personas puedan trabajan simultáneamente en las distintas áreas. Y Lucía considera imprescindible que “la zona de fregado ideal cuente con un fregadero de dos cubetas, además del lavavajillas”. Y prosigue: “las áreas de escurridor, si se cuenta con espacio suficiente, añaden un plus de comodidad”. Aparte, Alberto recomienda “utilizar esta zona de aguas como lugar también de trabajo, gracias a tablas de corte adaptables”.

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En familias de cinco o más miembros

Los tres expertos coinciden en que cuando la familia es numerosa, lo ideal es contar con dos fregaderos, el principal y uno auxiliar. Lucía detalla qué uso dar a cada uno: “el fregadero principal sirve para aclarar platos antes de ponerlos en el lavavajillas, limpiar cazuelas y ollas grandes, etc.; mientras que la zona de fregado secundaria permite su uso puntual por otros miembros que están trabajando en la cocina, por ejemplo, para limpiar alimentos o llenar de agua ollas”.

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¿Qué medidas debe tener un fregadero de apoyo?

Luis detalla que: “cuando contamos con cocinas de generosas dimensiones, que por ejemplo equipada con una gran isla central o una península con barra de desayunos, me encanta diferenciar dos zonas de aguas. En este caso bastará con instalar un fregadero auxiliar de un tamaño mínimo de 30 cm de largo”.

Los fregaderos ‘crecen’

A pesar de que la mayoría de las cocinas están equipadas con lavavajillas, no por ello los tamaños de los fregaderos ha disminuido, al contrario, si los metros de la cocina lo permiten, cada vez son mayores. Luis explica que el largo de estas piezas va de “45 cm, pasando por los 50, 60, 70, 80 e incluso llegando a los módulos de 90 cm de gran capacidad, denominados tipo bañera de un seno, pues nos permite trabajar con más comodidad”.

El dueño de Bulthaup Madrid O’Donnell, por su parte, afirma que “nos gusta añadir zonas funcionales junto al fregadero, como escurridores y tablas de corte. Y siempre que el proyecto lo permita también utilizamos medidas grandes de 75 cm, donde se pueden poner escurridores añadidos en el interior de la cubeta, permitiendo tener el equivalente a varios senos en uno solo”.

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La encimera mínima

Lucía nos cuenta que “la distancia entre el fregadero y la placa de cocción nunca debería de ser inferior a 60 cm, salvo en casos donde no sea posible. La zona de fregado tampoco debería de estar pegada a un columna o pared, ya que resulta incómodo no tener espacio suficiente para la movilidad de uno de los brazo a la hora de trabajar en el fregadero. Deben dejarse por lo menos 15 cm lateralmente desde el borde del fregadero. Contando con estos márgenes, a la hora de diseñar una cocina lo ideal es contar con al menos 2-2,20 metros de superficie de trabajo”. Así, hay que tener este dato en cuenta para elegir el tamaño del fregadero. Los requerimientos del espacio determinarán si optar por uno pequeño, grande o incluso uno XXL tipo bañera.

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¿Qué materiales son los idóneos para el fregadero?

Existen una buena cantidad de propuestas en el mercado. Alberto recomienda los fregaderos de cocina de acero inoxidable. Son varios los motivos: “tienen un muy buen mantenimiento, aguantan altas temperaturas, también aguantan impactos y son muy higiénicos”.

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Si buscamos una estética integrada del fregadero

La nueva generación de materiales sintéticos, como Neolith o Silestone, también son resistentes e higiénicos y, en los casos en los que la encimera y el fregadero están hechos en el mismo material, sin bordes ni juntas, no solo se garantiza una estética muy armoniosa sino también una limpieza muy fácil.

En concreto en la propuesta vemos una cocina diseñada por el interiorista Luis San Andrés de 70 x 40 cm de seno y 20 cm de fondo de poza. Se fabrica en el mismo material que la encimera y el aplacado de la cocina, el modelo Nero Zimbabwe, de Neolith. “De este modo, el fregadero aporta a la cocina un aspecto integrado”, detalla el profesional.

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