Su nombre procede del griego Iris y significa "de bellos colores". El lirio común o lirio azul (Iris germánica) es una planta herbácea que llega dispuesta a darte muchas alegrías. Gracias a sus magníficas y bellísimas flores y a su cultivo sencillo puede convertirse en la reina de tu jardín.
Fácil de cultivar
Una de las cualidades del lirio común es su facilidad para desarrollarse en el exterior, lo que implica que no te demandará complejos cuidados ni te dará quebraderos de cabeza. Bastará con que la plantes en tu jardín y le prestes un poco de atención para que ella te regale una floración de impresionante colorido y belleza.
El lirio, una planta procedente de Europa, puede alcanzar los 50 cm de altura. Pertenece a la familia de las Iridáceas, que incluye más de 200 especies botánicas, que pueden ser bulbosas o rizomatosas. El lirio común (Iris germánica) pertenece al segundo grupo.
Leer: 10 plantas de exterior espectaculares capaces de resistirlo todo
Una floración espectacular
Las flores son el mayor aliciente para cultivar lirios en el jardín. Sus bellos colores, su forma original y su perfume agradable son un tesoro del que podrás disfrutar desde la primavera y hasta finales del verano.
Aunque el color predominante de las flores de lirio común es el azul, en un amplio repertorio de matices que van desde el lavanda al azul intenso, también pueden ser blancas, amarillas, moradas e incluso rojas.
Leer: Cala, una planta elegante, bella y muy fácil de cultivar
Plantación: claves para tener éxito
Para sembrar los rizomas de los lirios debes escoger el mejor momento, a finales del verano. Comienza por elegir el emplazamiento y riega previamente para que el suelo esté húmedo.
Después haz un pequeño montículo de tierra y planta el rizoma a ras de suelo. Más que una raíz, el rizoma es un tallo del que después saldrán las raíces, por lo que no debe estar muy profundo. Termina regando abundantemente.
Leer: Todos los cuidados que debes darle a tu jardín en primavera
La pauta de riego
El riego es un capítulo importante en el cuidado del lirio. Las primeras tres semanas desde la plantación los riegos deben ser cortos y frecuentes, para no encharcar el terreno.
Después puedes establecer una pauta de riego moderado, de unos 3 o 4 aportes por semana. Ten en cuenta que el suelo debe estar húmedo, pero no en exceso, para evitar que las raíces se pudran.
Leer: ¿Sabes cuál es el mejor sistema de riego para tu jardín?
La temperatura ideal
Los lirios están de maravilla cuando no hace ni mucho frío ni mucho calor. La temperatura ideal para ellos oscila entre 12 y 18ºC, y no debe superar los 25 ºC. En cualquier caso, lo que verdaderamente les perjudica son los cambios bruscos de temperatura, que provocan que los tallos de las plantas sean más cortos y las flores aparezcan más tarde.
En invierno los lirios son muy sensibles a las heladas, por lo que es aconsejable acolchar el terreno con corteza de pino, paja o cualquier otro material adecuado.
¿Sabes cómo propagar tus lirios?
No tendrás problemas para multiplicar el lirio. Lo conseguirás de forma sencilla dividiendo el rizoma a finales de verano, una tarea que debes hacer cada tres o cuatro años, ya que ayuda a renovar la planta.
El proceso es sencillo:
- Saca el rizoma del terreno y retira la tierra.
- Separa con un cuchillo limpio los rizomas nuevos, cortándolos en el punto en el que nacen.
- Plántalos a ras de suelo y riega de manera abundante.
Leer: Estos son los cuidados que debes darle a la jara, un arbusto perfecto para el jardín
Un aporte de energía
Como siempre es preferible elegir la alternativa natural, puedes fertilizar tus lirios con una buena dosis de materia orgánica (compost, por ejemplo) en otoño.
Sin embargo, puede que las plantas necesiten energía extra durante la época de floración. En ese caso les irá bien que les proporciones un abono mineral granulado de liberación lenta. Este tipo de productos van nutriendo poco a poco a la planta, por lo que son seguros y eficaces.
Leer: Elige los mejores fertilizantes para tus plantas y revitaliza tu jardín
Plagas y enfermedades que acechan al lirio
No es que sea una planta demasiado delicada, pero sí puede verse afectada por diferentes plagas y enfermedades que amenazarán su desarrollo.
- En el caso de las plagas, algunas pueden ser habituales como el pulgón, que provoca deformaciones en los tallos. Además, puede transmitir a la planta numerosos virus que la deterioren. Los trips son otra plaga que afecta habitualmente al lirio común. Lo detectarás porque aparecen manchas pardas en las hojas y la planta se debilita. Para combatir las plagas deberás utilizar un insecticida adecuado.
- En cuanto a las enfermedades, la mayoría están provocadas por hongos. La más común es la heterosporosis, que se manifiesta con la aparición de unos puntos redondos y ovalados en las hojas. Es necesario eliminar las que estén afectadas.
Leer: Mantén las plantas de tu jardín o terraza libres de plagas y enfermedades
El mejor emplazamiento en el jardín
No es complicado encontrar un buen sitio en el jardín para los lirios, ya que sus magníficas flores son perfectas para crear macizos de color, para bordear senderos o en rocallas.
Sin embargo, hay ciertas condiciones que debes tener en cuenta. Búscale un lugar con buena exposición solar, a pleno sol o ligeramente en semisombra.
También debes asegurarte de que el terreno presente un buen drenaje. El lirio no tolera los encharcamientos. Un sustrato con suficiente materia orgánica, turba y arena puede ser perfecto para este planta.
Leer: Cómo elegir las mejores plantas para un jardín mediterráneo