La pintura a la tiza o chalk paint abre ante nosotros todo un universo de posibilidades decorativas. Es un producto tan versátil y posee tantas cualidades, que igual sirve para recuperar un mueble viejo y darle una segunda oportunidad que para decorar las paredes de tu casa.
Uno de los muchos soportes sobre los que se puede utilizar la chalk paint es la tela: descubre cómo puedes pintar tejidos empleando esta particular pintura acrílica.
¿Por qué emplear chalk paint sobre tela?
Si te gusta el mundo de las manualidades y te apasiona realizar proyectos DIY seguro que estás acostumbrada a reutilizar y reciclar materiales y objetos. Es la forma más lógica de tratar de sacarles el máximo rendimiento. Por eso tratar de evitar comprar materiales específicos para cada proyecto, siempre que sea posible, no deja de ser una gran idea para no caer en el despilfarro.
En el caso de la técnica de pintar sobre tela, no necesitas productos especiales. Puedes emplear, con resultados óptimos, una pintura acrílica, especialmente si vas a decorar elementos que no necesiten demasiados lavados después como tapicerías de sillas. Es la excusa perfecta para aprovechar esos restos de chalk paint que te han sobrado de algún proyecto anterior.
Para todo tipo de tejidos
En general, puedes pintar con chalk paint sobre cualquier tipo de tela, aunque la técnica y los resultados varian de unos a otros. Los tejidos naturales como el algodón, el lino o las lonetas son muy apropiados para este tipo de proyectos y admiten perfectamente la pintura de tiza, pero también podrás utilizar telas de poliéster, terciopelo, etc.
La clave está en hacer algunas pruebas sobre el tejido que quieras decorar para comprobar el resultado.
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Los materiales necesarios
Como se trata de una técnica sencilla no necesitarás materiales o herramientas complejos para tus trabajos. Además de pintura de tiza en los colores que más te gusten, tendrás que reunir pinceles y brochas de diversos tamaños, pinceles de estarcir, rodillos de espuma pequeños, etc. También necesitarás cinta de carrocero y plantillas de estarcido, y cera incolora para algunos acabados.
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Preparar el soporte
Antes de comenzar a trabajar, lo primero que debes hacer es preparar adecuadamente la tela que vas a decorar con pintura de tiza. Ten en cuenta que los tejidos deben estar limpios y libres de polvo para que la pintura se adhiera sin problemas.
En caso de decorar tapicerías de sillas o butacas con pintura de tiza, conviene pulverizarlas con agua antes de pintar para que la tela esté húmeda y la pintura penetre mejor en las fibras del tejido.
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Diluir la pintura
Una de las características esenciales, si no la más importante, de la pintura de tiza es su alto poder de cubrición. Se trata de una pintura densa, gruesa, que no necesita aplicarse sobre una imprimación previa porque se adhiere perfectamente a cualquier soporte.
Esta característica no es adecuada a la hora de pintar tela, ya que dificulta que la pintura impregne las fibras textiles. Para solucionar este problema solo tienes que diluir ligeramente la pintura añadiendo un poco de agua y removiendo hasta mezclar totalmente hasta lograr la densidad adecuada.
Un truco: si le añades a la pintura unas gotas de suavizante de la ropa conseguirás que quede más flexible y evitarás que quede muy gruesa sobre los tejidos y se cuartee una vez seca.
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Elige la técnica
A la hora de desarrollar proyectos creativos con pintura las posibilidades son infinitas y dependen mucho del trabajo que quieras realizar. Puedes, por ejemplo, pintar motivos sobre una tela con un pincel a mano alzada. Elige la herramienta adecuada y coloca debajo de la tela un cartón para evitar que la pintura traspase.
Otra idea consiste en pintar franjas con ayuda de una brocha ancha utilizando la técnica de las reservas, poniendo cinta de carrocero para evitar que determinadas zonas se impregnen de pintura. O puedes usar rodillos pequeños para un acabado más uniforme.
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Decora con estarcido
Igual que puedes decorar las paredes o los muebles mediante la técnica del estarcido, también puedes aplicarla para pintar tejidos con ayuda de una plantilla. Solo tienes que elegir un diseño que te guste, colocar la plantilla y fijarla sobre la tela, e ir aplicando la pintura de tiza.
Utiliza un pincel de estarcido de cerdas duras. También puedes cortar un pincel viejo para lograr una terminación recta adecuada para este tipo de trabajos.
A la hora de aplicar la pintura no te excedas con la cantidad. Es mejor que descargues un poco el pincel y vayas pintando poco a poco, de fuera hacia dentro, para evitar que la pintura se cuele por debajo de la plantilla.
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El toque final
Los tejidos pintados con pintura de tiza, una vez se han secado por completo, presentan una permanencia adecuada a los lavados. Conviene, en cualquier caso, lava estas telas en agua fría. Para fijar la pintura a la tela hay que plancharla. Una vez hecho esto presentará una resistencia adecuada a los lavados.
En el caso de las tapicerías de sillas o butacas hay una forma de proteger la pintura: aplicar cera incolora sobre el tejido pintado. Espera a que se seque por completo y aplica una segunda capa, retirando el exceso de producto. Es una manera efectiva de impermeabilizar la tela y fijar los colores.
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Teñir telas con chalk paint
Otra de las técnicas que puedes explorar a la hora de pintar tela con chalk paint es el teñido por inmersión. Consiste en teñir un tejido sumergiéndolo en pintura.
A la hora de elegir el color debes tener en cuenta que el resultado será un poco más claro. Elige tejidos de algodón o lino que absorberán mejor la pintura que los de poliéster. El procedimiento es sencillo:
- Pon agua en un barreño en cantidad suficiente para sumergir la tela.
- Añade chalk paint: una cucharada por litro de agua.
- Remueve hasta diluir la pintura.
- Sumerge la tela en el tinte y muévela para que se vaya coloreando.
- No dejes la tela en remojo. Sácala y sécala al aire libre.
- Plancha la tela para fijar el color.
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