Ágatha Ruiz de la Prada nos ha abierto de par en par las puertas de un lugar muy especial para ella, su piso parisino. La capital francesa forma parte de su historia y este apartamento, que compró cerca de 2011, nos cuenta, es “su casa soñada”. “No puede ser más ideal y tiene unas vistas buenísimas”, añade.
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Aunque cada rincón desprende ese inconfundible aire très chic ,lo cierto es que, en este espacio, la diseñadora ha logrado plasmar su propio estilo. Todas “esas obras” que, según nos revela, tuvo que llevar a cabo, merecieron la pena, puesto que a la vista queda que ha conseguido dotarlo de una personalidad tan arrolladora como la suya.
En la entrada de su ‘pied-à-terre’
El refugio de Ágatha, situado en una de las mejores zonas de París, tiene más de cien metros cuadrados, como ella misma nos ha detallado.
El poder del rosa
Ágatha es única y su recibidor también. De ahí que la diseñadora haya apostado por un color tan poco convencional (y dulce) como el rosa para adornar las paredes de esta estancia. Como contraste, destaca un suelo ‘de ajedrez’, con baldosas que juegan con el blanco y el negro.
El salón, su rincón preferido
“El salón es de morirse, pero me dio mucho la lata porque tenía unas vigas de madera antigua y parecía un mesón de carretera. Hasta que conseguí quitar esas vigas… Fue un movidón porque tuve que quitar el techo y poner luego una viga de hierro para que aguantara todo”. A pesar de estas dificultades iniciales, el resultado fue inmejorable: un original espacio lleno de color y arte, ya que entre las piezas de mobiliario, destaca el retrato de la célebre artista Mireille Suzanne Francette Porte, más conocida como ‘Orlan’.
‘Superparisino y superfemenino’
Son las dos palabras que utiliza Ágatha para referirse al estilo de su piso en la capital francesa. Un ambiente que ha potenciado con los dos colores que predominan su salón: el azul celeste (similar al del mar) y el rosa (casi magenta). Tonalidades que combinan a la perfección y que dan vitalidad al apartamento.
La librería
En su salón también se encuentra esta librería, compuesta por varias estanterías altas, donde la baronesa de Santa Pau guarda esos libros que “le encanta ordenar y limpiar”. De hecho, nos cuenta que tiene “una colección de treinta años de la revista ‘Connexions Des Arts’... De vez en cuando la ordeno, es divertidísimo”.
Un pequeño comedor ‘agathizado’
En otra de las habitaciones de la vivienda, nos encontramos con este rincón, que bien podría tratarse de un café parisino. Está compuesto por una divertida mesa y dos sillas, en color celeste, que tienen un diseño muy ‘agathizado’. Y es que el respaldo de estas dos últimas tienen la forma de una luna y una nube, dos elementos muy presentes en las creaciones de la diseñadora. Aquí tampoco ha dudado en volver a combinar llamativos colores a los que se suma, también, el amarillo de la mesa.
Un dormitorio con charme
El dormitorio de Ágatha no puede resumir mejor la esencia parisina. Especialmente gracias a su chimenea inequívocamente francesa, en mármol, que ha completado con un gran espejo de marco dorado, de estilo antiguo, que potencia ese lado vintage de la estancia. De nuevo, conectando con el resto de la vivienda, vuelve a confiar en los colores de la pared y el suelo, con el que combina a la perfección con el banco aterciopelado, situado a un lado de la cama.
Armarios ‘al descubierto’
Al entrar en el dormitorio, nos encontramos con una cama, decorada con ropa de Ágatha, en colores naranja y rosa (a juego con el resto de elementos decorativos), y con un cabecero en un intenso color rojo. Tras él, llaman la atención los armarios que dejan las prendas ‘al descubierto’ y en su parte superior, diferentes accesorios.
El espejo, un gran aliado
A tan sólo un paso de la habitación se encuentra el cuarto de baño. Este rincón también sigue el estilo decorativo del piso, con paredes muy originales y divertidas, donde se dibujan estrellas, corazones, lunas... al más puro estilo de Ágatha (de hecho, la mampara que protege la bañera también está decorada con estas formas). Pero si hay algo que llama la atención de esta estancia, además de su luminosidad, es el juego de espejos, ubicados en el mueble principal. De esta forma, la diseñadora ha logrado aumentar la sensación de amplitud. También destacan pequeños detalles que lo diferencian de otras casas, como el jarrón con forma de bombilla que guarda una rosa amarilla.