La iluminación es uno de los recursos más poderosos que tenemos para crear ambiente en nuestra casa. Pero también puede convertirse en un arma de doble filo: si no lo empleamos bien el efecto puede ser devastador.
Si necesitas algunos consejos y trucos para iluminar tu casa de la manera correcta y convertirla en un espacio cómodo y acogedor estás de suerte. Aquí tienes todas las claves.
Cómo acertar con la iluminación general
Este es el primer objetivo que debes proponerte: conseguir una buena iluminación general que aporte la luz necesaria cuando se ponga el sol.
Por regla general, consiste en puntos de luz en el techo de cada habitación que se han de complementar con luces auxiliares (lámparas de pie, de sobremesa, etc.).
No debes caer en el error de dejar una iluminación escasa o excesiva, ni equivocarte en el tono o la temperatura de color de la luz.
Leer: Errores que solemos cometer al planificar la iluminación de casa. ¿Te suena alguno?
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La cantidad de luz, a examen
¿Cuál es la cantidad justa de luz que necesitas en casa? ¿Cómo saber si estás pecando por exceso o por defecto? En realidad no hay una regla establecida para determinar cuánta iluminación requiere un espacio.
De hecho, no todas las habitaciones de la casa necesitan la misma cantidad de luz. El salón, por ejemplo, ha de ser más luminoso que los dormitorios. Y la cocina, el espacio de estudio o trabajo o la zona del lavabo en el cuarto de baño deben contar con más luz todavía.
Emplea tu intuición y asegúrate de que cada espacio está lo suficientemente iluminado (incluso un poco más) para las actividades que se realizan en él.
Leer: Todas las claves para multiplicar la luz natural en casa
¿Luz cálida o fría?
Este es otro de los aspectos a tener en cuenta si quieres que la iluminación te ayuda a hacer de tu casa un lugar más confortable. La temperatura de color de la luz influye en las sensaciones que nos provoca. De hecho, la luz natural no es la misma en todos los momentos del día, sino que va cambiando: por la mañana y a la atardecer es rojiza y en las horas centrales es más neutra.
Las luces artificiales presentan tres tipos de temperatura de color:
- Luz amarilla, cálida y acogedora. La más recomendable para zonas de estar y de descanso, como el salón y los dormitorios. También para el recibidor y las zonas de paso.
- Luz neutra, similar a la luz del día. Para la cocina y los cuartos de baño.
- Luz blanca, fría. Favorece la concentración y es adecuada para lámparas puntuales en zonas de estudio y trabajo.
Un truco interesante: utiliza lámparas con LED integrado que tengan la opción de regular el color o temperatura de la luz. Así podrás decidir cuál te conviene en cada caso.
Acaba con las zonas de sombra
Si te limitas a crear una iluminación general con lámparas de techo, seguramente se producirán zonas de sombra, especialmente en las esquinas y rincones de las habitaciones.
Para evitarlo has de completar el esquema de iluminación con lámparas auxiliares de mesa, de pie o apliques en la pared. Hay un amplísimo repertorio de soluciones lumínicas para elegir. El resultado será un ambiente mucho más acogedor.
Leer: Tubos solares: luz natural en cualquier espacio de la casa
Utiliza sensores de presencia
Hay zonas de la casa en las que no se requiere una iluminación constante, sino que solo se necesita luz en momentos breves y puntuales.
Es el caso de pasillos, recibidores y otras zonas de paso. Una opción interesante para estos casos es la de instalar sensores de presencia que enciendan la luz de manera automática cuando detectan que te acercas y la apaguen cuando te vas.
El recibidor puede ser un buen ejemplo: la luz se encendería al entrar en casa, lo que te vendría genial cuando llegas con bolsas y las manos ocupadas, ¿verdad?
O los pasillos, donde ya no tendrías que preocuparte de si te has dejado la luz encendida, con el ahorro que ello supone.
Leer: Todas las claves para conseguir una iluminación sostenible en casa
Instala reguladores de intensidad
Hay momentos en los que necesitas una iluminación potente en el salón y otros, más íntimos y relajados, en los que prefieres luces tenues y muy suaves.
Para tenerlo todo, nada como instalar unos reguladores de intensidad en los interruptores de la luz. La tarea es muy sencilla y puedes realizarla tú mismo si tener que llamar a un electricista.
Leer: Formas de iluminar la zona de la cama, incluso para leer bien
Coloca guías de luz en zonas puntuales de las paredes
Este tipo de tiras de luz LED resultan muy prácticas en determinados espacios como, por ejemplo, la escalera. Además de evitar posibles caídas y accidentes, aportan un efecto de lo más vanguardista.
Así no te hará falta encender y apagar las luces cuando tengas que subir al piso de arriba. Existe una gran variedad de modelos y alternativas para elegir.
Un armario bien iluminado
Seguramente te haya ocurrido en numerosas ocasiones: quieres localizar una prenda en tu armario pero no la encuentras. Y no es solamente un problema de orden ni de distribución interior, es que no se ve el contenido. Necesitas una luz en tu armario.
La solución es fácil: bastará con que acoples una luz específica para tal fin. No necesitan instalación eléctrica, ya que funcionan con pilas y apenas gastan energía.
Apuesta por soluciones domóticas
Lejos de ser un asunto de ciencia ficción, la domótica está hoy a la orden del día. Implementar instalaciones en casa para regular la iluminación no es complicado ni excesivamente caro.
Podrás programar el encendido y apagado de las luces, configurar patrones de iluminación en función de las necesidades de cada momento y aplicarlos cuando lo desees, o encender luces de forma puntual cuando no estás en casa para aumentar la seguridad, entre otras muchas posibilidades.
Luces solares para el exterior
Las lámparas solares no son lo que eran. Hoy son capaces de aportar una solución muy adecuada para las zonas de exterior, ya que resultan más potentes e iluminan más y mejor.
Son la alternativa perfecta para todos aquellos espacios en los que no es posible realizar una instalación eléctrica convencional.
Las lámparas solares se cargan por el día y emiten la luz por la noche. Además de ser más sostenibles, ya que consumen menos energía, suponen un ahorro considerable para tu bolsillo.