sofa 8t© Coblonal Interiorismo

Decoración de salones

Salones donde el sofá no se apoya en la pared

Casos y formas de resolver el espacio con sofás exentos


3 de junio de 2021 - 14:28 CEST
© Prue Ruscoe para Lisa Buxton

¿Qué pasa con esas decoraciones del salón en las que el sofá no se apoya en una pared? Nos referimos a los casos en los que el sofá, una pieza clave en la organización del estar no queda con la trasera pegada a la pared. Puede ocurrir que por distribución y tamaño del espacio solo sea una parte la que lo hace o nada, que quede el sofá totalmente exento. Vamos a ver diferentes casos y cómo se resuelve la situación.

 

Sofá exento delante de un vano

En este caso la interiorista Lisa Buxton ha optado por abrir un vano en el tabique que delimita el salón y el recibidor. De esta manera, se favorece la entrada de luz y la sensación de continuidad y espacio es mayor. El sofá queda apoyado justo delante del vano de manera que hay una zona exenta. Lo que se ha hecho es colocar un aparador en la trasera de manera que esta no se vea desde la entrada a la casa.

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© Pia Capdevila Interiorismo

Una vitrina detrás del sofá

Cuando el sofá queda separado de la pared y entre este y el tabique se crea un pasillo, es posible adosar un mueble a la pared. En función del ancho de ese espacio podrá ser de poco fondo (como una librería de 30 cm) o más voluminoso, como una vitrina de 40 cm, la opción escogida en este proyecto de Pia Capdevila. Lo que debes tener en cuenta en este caso es que la apertura de las puertas sea posible sin que "den" en la trasera del sofá. Para ello, escoge un mueble de cajones o varias puertas estrechas.

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© Femont Galvan Designers

Sofás exentos en paralelo

Las distribuciones de salón de este tipo, con dos sofás en paralelo enfrentados, pueden darse en espacios pequeños son sofás adosados a las paredes o, en salones más amplios, con los dos asientos separados de la pared de manera que queden exentos. Es una buena solución -como aquí ha puesto en práctica Femont Galvan Designers- cuando se quiere acotar el estar y que quede "recogido" en ambientes especialmente amplios. En este caso, uno de los sofás marca también una zona de paso en un lateral. Se ha optado por dejar despejada la trasera, sin muebles.

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© Jack Lovel para DIMPAT

Con espacio de almacenaje discreto

Este proyecto de DIMPAT ha ubicado el sofá separado de la pared. Lo enmarca un mueble a medida que se integra en la pared y en la decoración en general. Se han escogido líneas sencillas y simétricas para el diseño a medida de una estantería revestida en madera en la parte superior de la pared y muebles con puertas lisas lacadas en color blanco -todo a juego con la escalera- para guardar lo que no se quiere que quede a la vista.

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© Ikea

Estanterías detrás del sofá

Una idea que funciona es colocar estanterías con libros detrás del sofá cuando este está exento. Los motivos por los que un sofá no queda pegado a la pared pueden ser múltiples. Según la forma de la planta, adosar un sofá a la pared puede hacer que quede demasiado separado del mueble de los audiovisuales y que la distancia sea demasiado grande. Entonces, es conveniente acercar el sofá, aunque quede exento, para ver correctamente una película y llegar a la mesa de centro. Aunque sean 30 centímetros, lo suficiente para colocar allí una librería, son suficientes.

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© Tinda's Project

Sofá exento junto a un pilar

En las distribuciones en las que se derriba un tabique separador es frecuente encontrar columnas o pilares en el medio de la estancia. Antes quedaba integrado en un tabique y ahora no. Es entonces cuando colocar un sofá exento puede ayudar a dar sentido a ese pilar y que no se quede "perdido" en el espacio. Es la solución por la que ha optado en este salón la interiorista Eva Mesa de Tinda's Project. Incluso, se puede realizar un sofá a medida que lo integre o jugar con dos módulos de asientos, ubicados uno a cada lado del pilar, con una mesita auxiliar o puf entre medias.

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© Bonet Fotografía

Casi exento, delante de una ventana

Aunque en este caso el sofá no está completamente exento, tampoco apoya en la pared. Es el caso de los sofás que quedan delante de ventanales. Bien porque el acceso a una terraza se realiza por ahí y es conveniente dejar un pasillo para entrar y salir; bien porque se pretende que las cortinas luzcan con cuerpo y entonces deben caer con libertad sin rozar la trasera del sofá. Es la opción que propone la interiorista Laura Martínez.

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© Tips Artchitect

Sofá exento con comedor detrás

Esta es una de las situaciones más habituales: el sofá queda exento y tras él se ubica el comedor. Ocurre cuando la planta es alargada y estrecha o cuando en el estar se opta por una distribución en L de dos sofás, por ejemplo. El que queda exento marca la transición de los espacios. Una buena idea si hay espacio entre la mesa y el sofá es colocar en la trasera un aparador que apoye el almacenaje del comedor.

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© Alessio Mei para Bouhaya Architecte

Un mueble a la medida del sofá exento

Bouhaya Architecte firma este proyecto en el que el salón, de generosas dimensiones, cuenta con dos sofás enfrentados. En ambos, hay una parte que queda exenta. La solución que nos sirve de inspiración en este caso es la del sofá que queda en primer plano en la imagen, al que se ha adosado un mueble bajo a medida que sirve de apoyo como mesa auxiliar y cuenta además con estantes abiertos para almacenar. Esta solución es perfecta en espacios en el que el recibidor y el salón se funden porque se marca el paso a la vivienda desde la entrada sin perder la continuidad visual pero se cuenta con un mueble en el que dejar las llaves o colocar una lamparita de sobremesa. Si no tienes un enchufe cerca, recuerda que las lámparas recargables con batería son una buena opción.

© Helena Martín

Cuando tras el sofá queda una puerta

Entonces hay que dejar el sofá exento. Lo mejor es que la puerta sea corredera para evitar ver las hojas abiertas en mitad de la estancia, justo detrás del sofá. O bien que tengan una apertura ampliada para que queden pegadas a la pared. En este caso conviene que la distancia entre la puerta y la trasera del sofá sea de al menos 80-90 cm. Así al entrar habrá hueco suficiente para moverse sin sentir que el sofá se viene encima. La arquitecta Helena Martín ha decorado el espacio con una ligera lámpara de pie en la esquina.

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© Ikea

Y si el sofá es rinconera y queda exento…

Como en este salón, con un diseño que no apoya ninguno de sus laterales en una pared. No tienes que decorar las dos traseras, puedes hacerlo solo en un extremo. Aquí se ha optado por una consola, que es un mueble idóneo por su ligereza. Lo más importante es que el mueble no supere nunca la altura del respaldo del sofá (es fundamental respetar las distancias mínimas). No pasa nada si los complementos que lo decoren asoman ligeramente. Lo que más se debe ver es una lámpara de sobremesa en caso de haberla.

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