El salón es el epicentro de la vivienda, el lugar en el que después de un largo día de trabajo o colegio o durante el fin de semana toda la familia se reúne para disfrutar de unos momentos de relax, tarde de manualidades, maratón de series o para ponerse al día sobre lo acontecido en la jornada. Los más pequeños de la casa, incluso cuando tienen una habitación infantil amplia y bien equipada, suelen trasladarse e 'invadir' el espacio con pinturas, peluches o juguetes, que muy pocas veces vuelven al lugar del que proceden.
Estas ideas de decoración lograrán que el estar sea una estancia inclusiva donde todos os sintáis a gusto y a salvo de accidentes: pisar descalza un cochecito metálico también cuenta como tal. Como en esta propuesta de Zara Home donde se ha destinado el espacio tras el sofá a zona infantil, de manera que el resto puede mantener su vocación natural.
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Una decoración con poder de adaptación
No se trata de cambiar la decoración de interiores de arriba abajo, sino de hacer que sus cosas formen parte de ella, bien integrándose en el conjunto bien destacando con su propia personalidad. Para ello, debes limitar el número de muebles, para que tu salón no parezca el camarote de los hermanos Marx en ‘Un día en la ópera’, y apostar por un mobiliario 'todoterreno', cómodo, seguro y versátil, como la trona Tripp Trapp de Stokke, que gracias a sus ajustes es apta para bebés de seis meses y adultos.
Conoce el terreno
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que, durante el primer año, el salón es la estancia más concurrida de la vivienda porque a los niños, especialmente a los más pequeños, les gusta jugar en la sala de estar, ya que, incluso, cuando tienen su propio dormitorio o sala de juegos, quieren estar acompañados. Una dinámica que se invierte en la adolescencia, cuando (casi) tienes que obligarles a que se sienten en el sofá contigo.
Esta ‘transformación’ de tu salón comienza en sus primeros meses de vida, cuando los artículos para bebés pueden ocupar mucho y convertir tu salón de diseño en una guardería, con juguetes desperdigados por el suelo, la alfombra de actividades en una esquina, el corralito junto al comedor... Una manera de evitar que esto ocurra es analizando el espacio disponible y estableciendo zonas independientes, como en esta propuesta de Vitra.
Crea su propio espacio
Tanto si se trata de un salón pequeño o XL, es importante destinarles en exclusiva un lugar, de tamaño proporcional a los metros de tu sala de estar, con un espacio de juego y almacenamiento para evitar los viajes de ida y vuelta a su cuarto. Para que funcione, es importante definirlo y delimitarlo claramente, para que no haya equívocos ni ‘luchas’ de territorio. Esta zona no es estática, sino que debe evolucionar (que no crecer) con el tiempo, adaptándose a la edad del niño. Además, considera instalar cestas, cajas o estantes, como los que propone Ikea, que faciliten la tarea de recoger, una vez hayan terminado de jugar.
Aprovecha un rincón
A la hora de adaptar el salón a los niños, debes tener en cuenta la edad, sus centros de interés, la superficie disponible... Se puede por ejemplo configurar un rincón de lectura, con sillones pequeños, pufs, cojines de pisos o un 'tipi' (el deseo de muchos niños), como el de esta propuesta de Ferm Living. La ventaja de este rincón de lectura modular es que puedes ponerlo temporalmente en el salón y moverlo fácilmente a la habitación de los niños o incluso al jardín cuando llega el buen tiempo.
En cuanto a los libros de tus hijos, existen varias soluciones para guardarlos: enganchar tacos o cestas a la pared a la altura de los niños o simplemente instalar una pequeña librería. Asegúrate de que el rincón de lectura sea lo suficientemente ‘brillante’ y tenga luz.
Haz que sea un lugar seguro
Si tus hijos se han hecho los dueños del salón, como en este proyecto de Pia Capdevila, este debe ser seguro para evitar, en la medida de lo posible, pequeños accidentes domésticos. Por eso, es convenientes que coloques tapas en los enchufes y pongas fuera de su alcance todos los objetos ‘peligrosos’, como jarrones o lámparas, que puedan coger y tirarse encima. Si hay una escalera cerca, instala una puerta de seguridad para bebés y asegúrate de que siempre está cerrada, ya que, al menor despiste, ellos intentarán subir peldaños y conquistar la cima. Y no te olvides de quitar las sillas cerca de las ventanas. Aunque es bueno que estén en contacto con la naturaleza y miren la calle, siempre debes estar tú presente.
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Muebles a prueba de niños
En una casa con niños el sofá debe ser lo más grande posible, para que pueda echarse una siesta o tumbarse a lo largo mientras ve la televisión; resistente, para soportar estoicamente un trote diario, que suele incluir saltos; y con una tapicería que pueda lavarse o que incorpore algún tratamiento antimanchas. Requisitos que cumple este modelo de Sancal. Respecto al resto de muebles del estar, lo ideal es que puedan limpiarse con una bayeta si se derrama algo y a ser posible con esquinas redondeadas, que eviten golpes o caídas cuando dan sus primeros pasos. Otra buena idea es comprar protectores para las esquinas de la mesa de centro o el mueble de televisión.
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Con una alfombra que vale para todo
Una alfombra te ayudará a delimitar su rincón dentro del salón, brinda un espacio más confortable tanto para jugar, como en esta propuesta de Lilliputiens, como para leer un cuento o dormir la siesta y, por supuesto reducir el ruido de los vecinos de la planta baja, si vives en un piso. Lo ideal es que sea mullida y de materiales naturales, que no den alergia y sea suave al tacto.
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Con ‘mesa de trabajo’
La mejor manera de evitar ‘turbulencias’ en el ambiente y un deseo de sacar todo y no jugar con nada es mantener la atención del niño en una ocupación, como ver un libro, colorear o jugar con la plastilina. Y en esta tarea necesitas contar con una superficie de apoyo, donde pueda hacer todas sus actividades. Si tienes espacio, puedes trasladar la mesa de la habitación infantil al salón, usar una mesita auxiliar o la propia mesa de comedor (esta es de Bakhome), siempre que la protejas bien con un mantel de plástico o de resina.
Con sitio para guardar
Lo más importante es proporcionar un almacenamiento adecuado para que tus hijos puedan coger y guardar juguetes sin tu ayuda. Existen diferentes soluciones de almacenaje: baúl para juguetes, carrito, cestas colgadas o este sistema de Leroy Merlin, que con sus múltiples cajones permite almacenar por tamaño y categorías y encontrar todo a la primera. Para que sea más fácil, puedes pegar pegatinas, para que sepan cuál es el compartimento destinado a cada cosa.