El termómetro empieza su escalada y, a pesar de que faltan algunos días para la entrada del verano, las temperaturas empiezan a subir. Aunque no puedes evitar que haga calor fuera, estas ideas de decoración te ayudarán a que tu casa se mantenga fresca, sin necesidad de encender el aire acondicionado.
1. Telas ligeras
Empieza por guardar las alfombras de lana que dan calor solo con su sola presencia, las cortinas de terciopelo o en tejidos pesados o colores ‘calurosos’, los cojines del sofá que te abrigan cuando los abrazas y todas esas telas de la casa, incluidas tapicerías y manteles, que dan calidez y calor. Es el momento de algodones, linos y fibras vegetales y en general tejidos poco pesados, como estos de la colección Mindanao de Pepe Peñalver, que ayudan a regular la temperatura y transmiten frescura. ¿Un ejemplo? Unos ligeros visillos y una alfombra de ratán.
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Una buena ventilación
Hacer que el aire pase de una habitación a otra, no solo rebajará la temperatura, sino que también reduce la concentración de CO2, se acaba con el polvo, ya que las partículas en suspensión se van con el aire, y se regula la humedad. Eso sí debes ventilar cuando el aire exterior es más fresco, es decir, por la mañana y al caer el sol. Y hacerlo adecuadamente: abrir las ventanas por completo (no valen las medias tintas) durante tres minutos si hace viento y 10 minutos, si no lo hace. En este proyecto de Tinda's Project resulta más fácil, ya que cuenta con ventanales correderos con salida directa al jardín. La ventilación cruzada, dos aberturas en la misma estancia en paredes opuestas, es otra buena alternativa para refrescar la casa.
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Colores claros
De la misma manera que relegas a un segundo lugar, al menos en una parte importante, el negro y los marrones de tu ropa veraniega, tu casa debe hacer lo mismo y vestirse con colores claros que no atraigan la luz y con ella el calor. El blanco se sitúa a la cabeza de esta lista cromática veraniega, seguido de cerca por el beis y los crudos, como en esta propuesta de Zara Home. Los pasteles y los tonos fríos claros como el infalible azul claro, que refresca las estancias más soleadas, o algunos oscuros como el verde musgo son también buenas alternativas para la temporada estival. Respecto a los estampados, preferiblemente de pequeño tamaño, poco recargado y a rayas o con flores.
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Ventiladores de techo
Son una manera sencilla de crear corriente que contribuye, al mismo tiempo, a que la sensación térmica disminuya, al estar el aire en movimiento, y evitan el recalentamiento, ya que su movimiento continuado ayuda a disipar el calor. Además, los nuevos modelos, como los Smart Fan de Faro Barcelona, son eficientes y reducen hasta 8ºC la temperatura ambiental. Sin olvidar, que resultan tremendamente decorativos y que poseen el encanto de las piezas de siempre.
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Ropa de cama veraniega
Para dormir bien, o al menos intentarlo, durante las noches de verano, es conveniente que tu casa esté vestida con su ropa más fresca. Para ello, nada mejor que las sábanas de tejidos 100% naturales como el algodón (mejor egipcio), que regula la temperatura corporal, evitan que transpires y absorben la humedad; o el lino, como el de esta propuesta de Las Hilanderas, otro tejido que se autoenfría, ya que no retiene el calor y elimina la humedad de forma natural. Las de percal, realizadas en algodón y tejidas entrelazando hilos a lo ancho y alto, son también una buena opción, junto con las de satén, de acabado suave y brillante.
Además, es importante que mantengas en el dormitorio una temperatura entre 18-22ºC, te deshagas de todo lo que pueda darte calor: cuanta menos ropa (fundas, edredones o colcha) haya, más frescura lograrás; y cambies las sábanas al menos dos veces a la semana, ya que ‘estrenar’ cama siempre da sensación de frescura.
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Una humedad elevada
Haz del agua una aliada y no nos referimos únicamente como bebida sino como un método para reducir un par de grados la temperatura de estancias como el salón (este de La Oca) o el dormitorio. Para ello, basta con colocar recipientes con agua en las estancias más calurosas de la vivienda, de manera que al evaporarse enfríen el aire. Otra buena idea es humedecer las cortinas por la mañana o por la noche o regar las trepadoras de la fachada.
Iluminación LED
Está demostrado que la luz emite calor. Por eso, dado que no es posible apagar ciertos electrodomésticos como la nevera, lo que sí podemos hacer es evitar encender muchas luces, ya que, en las bombillas incandescentes, el 80% de la energía se transforma en calor. Una buena alternativa es la iluminación LED, como la lámpara de sobremesa Siro de Oluce, tanto por su ahorro energético como por su ‘frialdad’.
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Cambiando los muebles de lugar
A pesar de todas las precauciones que puedas tomar, el sol que entra por las ventanas calienta los muebles y estos irradiarán calor durante todo el día. Por eso, una buena idea es alejar las piezas que reciban más sol directo e, incluso, retirar alguna y guardarla hasta el invierno. Vigila especialmente la situación de la cama, ya que influye directamente en el descanso. Por otro lado, un espacio más diáfano transmite mayor sensación de frescor, ya que el aire circula libremente como demuestra este ambiente de Sasha Bikoff.
Plantas estratégicamente situadas
Las plantas son reguladores térmicos naturales, por lo que, además de transmitir frescor por su color verde, reducen la temperatura de la estancia y, por supuesto, purifican el aire, como en este ambiente de Marazzi. Aunque todas cumplen bien esta función, hay especies que son verdaderos ‘ventiladores’ naturales. Así, el ficus reduce rápidamente la temperatura, al llenar el aire de oxígeno; el aloe vera es conocido, además de por sus propiedades curativas, por ser una excelente reguladora de la temperatura; la sanseviera produce una gran cantidad de oxigeno durante la noche, refresca el espacio, humidifica y neutraliza los vapores tóxicos; y el espatifilo absorbe el exceso de humedad, lo que le convierte en un buen aliado para decorar el baño.
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Bajando las persianas
Si no quieres que tu casa se recaliente durante las horas más intensas de sol, cierra las ventanas, baja las persianas y crea una penumbra más fresca. Si tienes, baja el toldo para que la radiación solar no entre en casa. Recuerda que en fachadas orientadas al sur debes colocar modelos horizontales y en la este y oeste, verticales. No vuelvas a abrir ni a subir las persianas hasta que el sol no haya caído. Otra buena idea para combatir el calor es cerrar la puerta de las habitaciones más calurosas, para que su temperatura no incida en la del resto de la casa.