¿Estás buscando una planta de interior decorativa y que no te de muchos quebraderos de cabeza? La calatea (Calathea) puede ser una inmejorable opción.
No solo es muy bella, gracias a sus hojas originales, sino que requiere cuidados sencillos que podrás darle sin problemas, aunque seas principiante en el cultivo de plantas de interior.
Una gran variedad
Una de las cualidades más interesantes de la calatea es la gran variedad de especies que engloba, que se diferencian en la forma de sus hojas y en sus tonalidades.
Sin embargo, necesitan cuidados similares, por lo que podrás elegir tu favorita sin tener en cuenta otra cuestión más que la de su apariencia. Tan solo se distinguen por el diseño de sus hojas, que pueden ser más o menos oscuras y tener los nervios más o menos marcados.
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Las hojas, su mayor atractivo
Con sus diferentes matices de verde, las hojas de la calatea se convierten en su mayor encanto y el aliciente que nos impulsa a cultivarla como planta de interior para decorar nuestra casa.
No hace gala de una floración interesante, ni lo necesita, porque sus hojas suplen la belleza de cualquier flor. Se reparten de forma perpendicular a lo largo del tallo principal de la planta.
Elige la variedad de calatea que más te guste: con las hojas más o menos oscuras y los nervios de color blanco o amarillento.
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El riego, la clave del éxito
Ya sabes que la calatea es una planta que podrás cuidar sin complicaciones. Sin embargo, sí existe una cuestión que debes tener en cuenta para conseguir que se desarrolle en perfectas condiciones: el riego. Dale a tu calatea el agua que necesita, y de la manera que ella prefiere, y crecerá sana y feliz.
La calatea tiene unas necesidades de riego específicas que hay que observar. Nunca debes pasarte con el agua ni encharcar el sustrato. Este debe estar siempre ligeramente húmedo, especialmente en los meses más calurosos del año. En invierno conviene que esperes a que se seque entre riego y riego.
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Una planta que ama la penumbra
La calatea es un buen ejemplo de planta que no necesita demasiada luz para crecer, sino que prefiere estar en un lugar con una iluminación moderada. No soporta el sol directo, por lo que debes buscarle un emplazamiento alejado de las ventanas.
Esta característica viene determinada por su origen: en las selvas tropicales de las que procede la luz queda tamizada por los árboles enormes y la vegetación frondosa.
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La humedad ambiental
Como buena especie tropical que es, a la calatea le encantan los ambientes húmedos para vivir. De hecho, en entornos demasiado secos no se desarrolla correctamente. Por eso es importante que, en los meses de primavera y verano, pulverices sus hojas con frecuencia.
Un buen sitio para cultivar tu calatea puede ser, por ejemplo, el cuarto de baño: podrá disfrutar de un entorno húmedo y protegido de la luz.
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Que no le falte alimento
Si quieres que tu calatea esté esplendorosa deberás cuidar de que obtenga del sustrato los nutrientes que necesita. Como esto no siempre se puede garantizar con la propia tierra de la maceta, sobre todo a medida que pasa el tiempo, se hace necesario un buen aporte de alimento en forma de abono.
Proporciónaselo, sobre todo en primavera y verano, una vez cada dos semanas (aunque también puedes hacerlo en invierno, de vez en cuando). Utiliza un fertilizante líquido para plantas de hoja verde disuelto en el agua de riego.
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La temperatura ideal
A la calatea no le gusta nada pasar frío, por lo que cuando llegue el otoño debes centrar tus esfuerzos en evitarlo. Esta planta se desarrolla de maravilla en espacios con temperaturas cálidas, entre 18 y 25 grados.
Si la expones a menos de 18 grados, comenzará a sufrir, por lo que debes tenerlo en cuenta para buscarle un buen sitio al abrigo de los fríos invernales. A pesar de ello, no debes colocarla cerca de radiadores u otras fuentes de calor.
La hora del trasplante
Aunque no es una planta que tolere demasiado los cambios, la calatea necesitará que la trasplantes cuando llegue el momento para poder seguir desarrollándose correctamente. A pesar del sufrimiento que esto pueda ocasionarle, es necesario para su crecimiento.
Cuando veas que las raíces asoman por el agujero de drenaje de la maceta y que están comprimidas en el tiesto, pasa a tu calatea a un tiesto mayor con un nuevo sustrato rico en materia orgánica. La época ideal para el trasplante es la primavera.
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¿Qué le pasa a mi calatea?
A pesar de la facilidad de cultivo que presenta, a tu calatea pueden afectarle diferentes problemas, desde ciertas plagas más o menos dañinas hasta los errores que podemos cometer a la hora de cuidarla.
- Si las hojas se arrugan puede ser por un exceso de luz. Cámbiala a un emplazamiento más oscuro y mejorará.
- ¿Los bordes de las hojas se están poniendo de color marrón? Eso indica que el entorno en el que está la planta es demasiado seco para ella. Coloca la maceta sobre un recipiente con grava y agua, y pulverízala con frecuencia.
- Cuando las hojas se ven deslucidas y la planta crece muy poco puede ser porque necesite que la abones.
- Las hojas que amarillean pueden indicar que tu planta está siendo atacada por ácaros o araña roja. Pulverízala porque la falta de humedad favorece la aparición de esta plaga, y si el problema persiste puedes limpiar la planta con agua jabonosa, aclarando muy bien las hojas después.
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