El nombre de esta casa es Warterfront y hace referencia a su ubicación frente al mar. Todo un lujo. Pesa a encontrarse en una situación privilegiada con el azul del océano de frente y una terraza que parece suspendida sobre él; la decoración de interiores no se basa en el típico estilo marinero o navy. Dentro, los ambientes se impregnan de la luminosidad del entorno y juegan con una gama muy natural de tonalidades que convierte esta vivienda en una cabaña frente al mar, de la mano del estudio Chango & Co.
A modo de cabaña frente al mar
Así es como Chango & Co. (www.chango.co), el estudio responsable de este proyecto, concibió la casa: como una cabaña frente al mar. Se encuentra en la ciudad de Laurel, en Nueva York, y su distribución e interiorismo responde a una renovación integral para adaptar una casa antigua a la vida de una familia joven de cinco miembros. Aunque se partía de una vivienda tradicional, finalmente el proyecto se basó en el rediseño de cada pieza y elemento. La luz jugó un papel fundamental. El objetivo era aprovecharla al máximo y hacer que todos los espacios se llenasen de ella. La luminosidad es posible gracias a una paleta cromática basada en los tonos neutros y naturales.
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La zona de estar
El salón se organiza con un sofá rinconera tapizado en blanco y un par de butacas, que cierran el espacio para diferenciarlo del comedor que se instala a continuación. Los asientos del estar miran hacia la chimenea que se convierte en el centro focal del ambiente por su ubicación y por el revestimiento en ladrillo que aporta textura (de manera discreta), siendo el único detalle que rompe la linealidad predominante.
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Con las vistas del mar al fondo
Esta imagen es otra de las que nos hacen sentir la sensación de los propietarios desde su salón. Una amplísima cristalera recorre la fachada de lado a lado y enmarca con sus perfiles las vistas hacia el horizonte. Se aprecia la terraza mirador que comunica con la casa a través de un sendero.
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La terraza que da sentido al proyecto
Estas son las vistas que se cuelan en el interior de la casa. Uno de los mayores atractivos de esta vivienda es esta terraza mirador. A través de un camino de losetas de piedra que aparecen entre la hierba se llega a un espacio privilegiado que parece suspendido sobre el océano. Una estructura de madera con ligera barandilla abierta es el lugar perfecto para crear un espacio de estar al aire libre junto al mar.
Un comedor o zona de relax, juego y tertulia
Junto al ventanal, Chango & Co. creó una zona multifuncional con un banco adosado a la pared, una mesa redonda y un par de sillas. Esta puede ser un comedor cuando se necesita, pero también una zona de reunión para charlar o jugar a juegos de mesa. Completan el ambiente dos butacas de fibra y diseño redondeado con una mesita auxiliar como apoyo. El blanco y los tonos naturales siguen siendo aquí el hilo conductor aunque las tonalidades marrones suave de la fibra y madera caldean. Otro acierto del estudio fue dinamizar el conjunto con materiales entrelazados como son el cuerpo de las butacas, el pie de la mesita auxiliar o el de la mesa de comedor.
Una cocina bien organizada
La cocina de esta cabaña con vistas al mar disfruta también de la luz natural de la que goza toda la casa. Y, por supuesto, de las vistas. Los ventanales continúan en la fachada, abriéndola por completo. Los muebles en forma de L delimitan la zona de trabajo y es en esta zona de la vivienda donde la decoración se acerca más al navy actualizado con el azul como guiño. Este se encuentra en los muebles bajos de la cocina y en el sofá del office que se adosa a la cristalera. Pero de manera discreta, ya que queda casi eclipsado por el blanco de la encimera y de las paredes y techos. Los módulos bajos en L integran el pilar para que no se sienta "exento" en mitad de la planta. Al derribar paredes, la cocina gana en amplitud. La encimera vuela en uno de los laterales para convertirse en barra con taburetes. La calidez llega de la mano de los detalles en fibra natural de las lámparas de techo y asientos.
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Más que un 'office'
Se trata de un comedor que puede usarse a diario o solo para las ocasiones especiales en la que la familia se reúna. Cumple ambas funciones y con total practicidad por su ubicación junto a la cocina. Además, el estudio Chango & Co. ideó una estética que no desencajara pero que al mismo tiempo fuera original y confortable. Llama la atención el sofá rinconera en azul, de respaldo bajo para no entorpecer la entrada de luz natural. La mesa ovalada de madera natural es perfecta para ganar capacidad sin perder las forma orgánica del óvalo. Varias sillas de fibra y estructura metálica en negro completan el comedor.
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El dormitorio principal orientado al mar
Aprovechando las vistas, la cama en el dormitorio principal mira hacia el ventanal. Para ello se ha creado un cabecero exento en forma de murete bajo. En él se apoya la cama y así esta queda enmarcada en el espacio. Este acoge las mesitas de noche a cada lado de la cama y los apliques de luz. Está rematado por una repisa en madera y decorado con una franja en color azul, de nuevo, un guiño al estilo marinero por la ubicación frente al mar de la casa, aunque muy moderado. Predominan las tonalidades suaves en azul y gris azulado en paredes, suelos y ropa de cama. En un extremo de la habitación, se ha decorado el espacio con un banco y un cuadro en la pared de estilo moderno.
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El dormitorio de invitados
La decoración de esta habitación es bastante diferente a la del dormitorio principal. Y en general, distinta a la línea predominante en toda la vivienda. Aunque los tonos naturales siguen presentes, están más reservados a los textiles de la cama porque en las paredes se ha optado por una confortable tonalidad crema suave. La mesita de noche en madera y la alfombra de fibra añaden intensidad en la gama de los tonos tierra. Y es la vitrina en verde, de diseño en rematado en arco, la que personaliza y genera contraste.
Habitación infantil para cuatro niños
Este cuarto se ha diseñado de tal manera que pudiera ser compartido por hasta cuatro niños gracias a las literas a medida ideadas por el estudio. Se trata de dos módulos con dos camas cada uno, de estructura lacada en blanco con escalera y barandilla en madera. Estos elementos aportan contraste y calidez. Se ubican en paredes que cuentan con ventanas horizontales en la parte alta. Custodiando las literas, se han adaptado módulos de almacenaje, bien con estantes abiertos; bien con puertas, para que todo esté organizado y recogido. El papel pintado de la pared aporta color junto al toque rosa de los plaids de las camas.
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