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Decoración de jardines

Todas las claves para diseñar un jardín zen

Un espacio de serenidad creado para la contemplación


24 de mayo de 2021 - 15:10 CEST
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Calma, serenidad, relax, paz… Estas son las emociones que transmite un jardín zen a aquellos que lo contemplan. Un conjunto de sensaciones plácidas y relajantes que se convierten en un bálsamo eficaz para combatir el estrés de la vida cotidiana.

Puede que sea por esta razón por lo que los jardines de estilo zen están en alza. Descubre todas las claves para diseñar el tuyo y dar en la diana.

 

¿Qué es un jardín zen?

Su nombre nos trae recuerdos orientales de ambientes serenos y en calma. Se trata de un tipo de jardines de estilo japonés (o Karesansui) que se definen por su sencillez, sus elementos decorativos y por reunir una cantidad moderada de plantas.

Los jardines de estilo zen huyen del exceso en cualquiera de sus versiones. Su objetivo es recrear, en cierto modo, el paisaje japonés o, al menos, su esencia: valles, montañas rocosas, ríos y lagos.

Una de las características que definen a los jardines zen son las extensiones de arena, las rocas colocadas de forma armoniosa y la grava.

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Un refugio de paz en tu propia casa

¿Estás pensando en crear un jardín zen en casa? En ese caso lo primero que tienes que pensar es qué tipo de espacio quieres conseguir.

Los jardines japoneses llevan implícito el objetivo de crear espacios serenos, pensados para la contemplación, y no tanto para transitar por ellos. El origen de los jardines zen está en aquellos espacios que creaban los monjes budistas con el objetivo de favorecer la meditación.

Por eso, si tienes niños pequeños que van a jugar en el jardín y a corretear por todos su rincones, puede que un jardín zen no sea el estilo de paisajismo más adecuado en tu caso.

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El tamaño no es lo importante

La cantidad de metros cuadrados que tenga tu jardín no es en absoluto una cuestión prioiritaria para elegir o no el paisajismo de estilo zen. De hecho, un jardín pequeño puede ser más propicio que uno muy grande para este estilo de paisajismo.

Comienza por establecer los límites que tendrá tu jardín zen. Puedes dejar fuera algunos rincones para crear zonas de estar con muebles de exterior, o la zona de la piscina.

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En busca del espacio perfecto

Ahora que ya tienes clara la zona que va a ocupar tu jardín zen en es momento de definir en qué parte irán los diferentes elementos.

Delimita, por ejemplo, el lugar en el que vas a poner la arena. Puedes limitar el perímetro con madera o con piedras, para evitar que la arena se desparrame por el espacio.

A continuación es conveniente que cubras el suelo con una malla antimaleza. Puede resultar muy molesto ver cómo afloran las malas hierbas rompiendo la armonía de la superficie de arena de tu jardín zen.

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Perseguir la armonía

Una vez hayas preparado el terreno en el que se va a convertir en el centro de tu jardín zen, llega el momento de poner una buena capa de arena que cubra el suelo.

Esta superficie ha de ir rastrillada de forma que se creen ondulaciones y curvas sinuosas que evoquen las olas del mar y transmitan sensación de calma tan propia de los jardines zen. Te dará la sensación de que todo fluye.

Además, podrás modificar las líneas y crear otras diferentes con ayuda del rastrillo.

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Los elementos complementarios

La arena no es el único componente de un jardín zen. Existen otros elementos, además de las propias plantas, que son importantes para recrear el diseño, como las rocas, la grava, el musgo o la hierba.

Gracias a las rocas se crean interesantes contrastes que aportarán dinamismo al paisaje. Una de las claves es no caer en la simetría y crear grupos de rocas de número impar.

También se pueden incluir en el diseño troncos y piezas de madera, crear senderos sencillos y componer una combinación propia de vegetación.

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Una apuesta por la simplicidad

Una de las cosas que debes tener en cuenta al diseñar el jardín zen es no recargar el espacio. Debes incorporar los diferentes elementos (rocas, plantas, troncos etc.) sin abarrotarlo.

Colocar una pequeña fuente o un estanque es una buena idea para incluir un elemento de agua.

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© Ilona Ilyés en Pixabay

La mejor selección de plantas

Aunque los jardines de estilo zen no llevan una gran cantidad de plantas, sí es importante elegir bien las especies, en especial los colores.

Para este tipo de jardines van bien las plantas de tonos verdes, marrones, grises, blanco o negro.

Opta por plantas de fácil mantenimiento que no sean exigentes en su cuidado como el bambú (Phyllostachys aurea), el musgo, los helechos (Cyrtomium falcatum), la azalea (Azalea japonica), el cerezo ornamental japonés, el arce rojo (Acer rubrum), etc. También pudes cultivar bonsais.

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La iluminación adecuada

Es otro recurso que puedes emplear para crear una atmósfera serena en tu jardín. Utiliza pra ello luces led, velas, farolillos, balizas para delimitar los senderos, etc. Lo importante es que la luz sea indirecta y tenue.

Elige una iluminación ambiental suave y crea también luces y sombras para aportar misterio al jardín. También es buena idea utilizar focos para resaltar elementos puntuales.

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