Cuando nos enfrentamos al cambio de armario cada temporada, el momento de cambiar los zapatos nos ocupa casi tanto tiempo como todo el armario y no sabemos por dónde empezar. A continuación os quiero dar una guía para que este año hagas un buen cambio de zapatos de temporada:
1. Revisa cada par de zapatos y decide qué hacer con él para la próxima temporada
Tenemos cuatro opciones
- Lo seguirás usando
- Necesitan una reparación, fíjate bien en las suelas y tacones, y déjalos en un sitio visible para llevarlos al zapatero.
- Ya no me gustan, no me resultan cómodos…los voy a donar, entérate cuál es la mejor opción cerca de casa para donarlos!
- Están demasiado viejos, los voy a reciclar: llévalo a un punto limpio o contenedor de reciclaje de ropa y calzado en una bolsa cerrada
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2. Limpieza de los zapatos
Antes de guardarlos hay que limpiar cada par, el primer paso que os voy a indicar es válido para todos los materiales:
- Coge una esponja suave y humedece en un recipiente con agua tibia y amoniaco, limpia el exterior e interior del zapato y dejarlos secar.
- A los zapatos de piel aplicaremos crema del color que corresponda o una crema incolora para hidratarlos, poniendo especial atención en las rozaduras y marcas
- Los zapatos de ante debemos cepillarlos para levantar la piel y aplicar un espray de piel de ante para reavivar el color.
Las zapatillas de lona debemos sacarles las plantillas, quitarles los cordones, meterlas en agua con un poco de detergente y cepillar para quitarles la mayor suciedad, misma operación con las plantillas y después todo a la lavadora dentro de una bolsa especial para lavadoras, de esta forma evitaras que las más delicadas se deterioren en el lavado. Ojo, con la temperatura del agua, no puede ser muy alta o algunas encogerán demasiado, 30º es suficiente y centrifugado corto. Se pueden secar colgadas en una percha de pinzas.
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3. Guardar
Este es el punto del que nadie se libra y donde cada año nos decimos: ¿qué haría yo para ahorrar espacio quedando todos accesibles y ordenados? Atención: olvídate de las cajas originales de los zapatos, lo único que hacemos así es almacenar mucho cartón y mucho aire. Por eso vamos a hacerlo bien:
1. Divide los zapatos por tipos: botas y botines, botas de agua, campo o nieve, zapatones de salón, zapatillas de deporte.
2. Ponles la horma original o hazle una con papel seda para que no se deformen.
3. Mételos en una bolsa donde se pueda ver el interior, si el clima de vuestra ciudad y el sitio elegido para guardarlos es seco, puedes utilizar bolsas de plástico transparentes, si no es así deberás meterlos en bolsas que puedan transpirar o hacerles algunos agujeros a las bolsas de plástico.
4. Usa cajas de almacenamiento de ropa para meter cada tipo de zapato en las categorías en los que las ha dividido.
5. Etiqueta las cajas.
De esta forma, cuando acabe la temporada y en sucesivas, podrás ir sacando cada categoría de zapatos según la necesites; primero, los de salón quizás y, por último, las botas de agua o montaña y en cualquier momento tendrás localizado el par que buscas sin tener que abrir cada una de las cajas.
Un truco para que guardar los zapatos no sea tan engorroso
Si las bolsas de plástico te parecen una complicación, otra opción es ponerles en las suelas gorros de ducha desechables, así proteges las suelas y los puedes poner unos al lado de los otros.
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4. Limpieza del espacio
Y ya tenemos nuestro espacio vacío y listo para los zapatos de temporada. Este espacio, ya sean cajas, baldas o las dos, hay que limpiarlo con agua, bayeta y detergente, dejar airear y secar un buen rato mientras vamos preparando el calzado de temporada. En el caso de ser madera tendremos que hidratarla con un reparador de madera.
El toque final es poner unas gotitas de aceite de cedro en palitos u hormas cedro para neutralizar los olores.