Contra todo pronóstico, durante la pandemia volvimos nuestras esperanzas y nuestros deseos a los libros, con permiso de las series y las plataformas audiovisuales. De manera que de los 47 minutos diarios que se dedicaba a la lectura antes del confinamiento, se pasaron a 71 y, aunque casi la mitad fue en formato digital, el libro de papel siguió en nuestras casas.
1. Elige el momento idóneo
Dado que, además de una función de almacenaje, las librerías cumplen también una labor una decorativa y teniendo en cuenta la cercanía de Sant Jordi, es un buen momento para hacer una limpieza general. Estos trucos te ayudarán no solo a limpiarla y organizarla fácilmente y en cuestión de minutos, sino también a mantenerla igual de perfecta por más tiempo.
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2. Vacía la estantería de arriba abajo
Una vez al año, limpia a fondo tu estantería. Para ello, debes quitar todos los libros y adornos. Ve estante a estante, colocando todo en el suelo en el mismo orden en el que lo quitaste, para que luego sea más fácil devolver todo a su lugar original. Luego quita el polvo de arriba abajo (nunca al revés), con un paño de microfibra que no dañe los muebles. Recuerde aspirar para capturar cualquier partícula de polvo que haya caído al suelo.
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3. Limpia según el material
Si las baldas son de madera, utiliza un producto adecuado que nutra el mueble mientras lo limpia a fondo. Si se trata de melamina, pasa un trapo humedecido solo con agua y seca con otro. Para los estantes de vidrio, puedes usar un limpiacristales, una bayeta especial cristales o el viejo truco del periódico que empleas en las ventanas, teniendo cuidado de no dejar marcas al frotar. Si ocurre, un trapo empapado en agua y amoníaco las eliminará. Para las metálicas, nada mejor que una esponja empapada en agua tibia y jabón de Marsella o lavavajillas.
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4. Si quieres ganar tiempo…
¡Nada mejor que un truco de abuela! Recicla tus calcetines y medias viejas en improvisados trapos. Póntelos a modo de guantes y limpia con ellos cada rincón y parte del estante sin ninguna dificultad. Esto evitará levantar nubes de polvo y depositar más en otros estantes o en el suelo. Esta técnica se puede aplicar a todos los muebles de tu salón, para una limpieza rápida pero eficaz.
5. Los libros (siempre) con cuidado
Antes de colocar cada libro a su sitio, debes limpiarlos uno a uno. Una simple bayeta de microfibra será suficiente. Limpia con un cepillo de cerdas suaves las páginas: el que se usa para peinar a los bebés es perfecto. Hazlo con el libro cerrado, para que no se meta dentro el polvo o se doble alguna. No frotes y realízala de dentro hacia fuera. Una vez terminado, solo tienes que volver a poner todo en su lugar hasta la próxima sesión de limpieza en profundidad.
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6. Limpieza de mantenimiento
Para una biblioteca impecable, debes limpiar ‘por encima’ tus libros cada tres días o, al menos, una vez a la semana, para evitar que el polvo campe a sus anchas por tus estantes. Hazlo con un atrapapolvo o un paño de microfibras, porque el plumero lo único que consigue es moverlo de sitio.
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7. Medidas de protección
Para evitar que estés siempre bayeta en mano, ventila bien, al menos 10 minutos, el salón o la estancia donde esté ubicada y continúa con la costumbre que hemos instaurado durante la pandemia de dejar los zapatos en el recibidor. Para crear una película protectora contra el polvo, además de nutrir y dar brillo, en tus estantes de madera barnizados, prepara una mezcla de dos partes de aceite de oliva, tres partes de esencia de trementina (aguarrás) y cuatro partes de vinagre.
Para proteger tus libros, procura colocar la estantería alejada del sol y en un sitio seco (la humedad es su principal enemigo). Otra buena idea es cerrarla con puertas de vidrio.
8. Aprovecha y haz la otra ‘limpieza’
Al igual que hacemos con el cambio de armario, la limpieza en profundidad de tus libros y estanterías es un buen momento para deshacerte de algunos ejemplares de tu biblioteca. Con todos los libros en el suelo, clasifica tus favoritos de los que no imaginas vivir separados. Ellos son el corazón de tu biblioteca. Después, revisa todos los libros dañados u obsoletos, los libros infantiles y juveniles no pueden llenar la librería del salón, y termina eligiendo qué obras deben seguir contigo.
Para ayudarte en esta difícil tarea, puedes recurrir al método Marie Kondo (ella considera que 30 es el número ideal) y preguntarte si el ejemplar que tienes en tus manos te provoca algún sentimiento, lo tienes duplicado o no sabes cómo ha llegado a tu estantería. Regala o dona estos, siempre hay un libro para cada persona. Así hemos realizado una primera clasificación ‘natural’.
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9. Métodos de organización
La manera de ordenar los libros depende tanto de tus gustos (eres una ávida lectora de un solo género y apenas tienes ejemplares que se salgan de esta temática) como de tu forma de entender el orden para que sea más sencilla la búsqueda: por orden alfabético de autores, por temas (poesía, ficción, novela negra…) o por categorías (clásicos, lectura general, diseño…). Para las que buscan que la librería sea también un elemento principal de la decoración, ordenarla por colores y tamaños será su mejor opción.
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10. ¿Cómo evitar volver a abarrotarla?
Como todo lector que se precie, va a seguir comprando libros, es necesario que evites que vuelva a estar abarrotada con dos filas por estante, que te impide ver lo que tienes. Puedes aplicar la regla de ‘uno que entra por uno que sale’, lo que implica que, por cada ejemplar nuevo, debes deshacerte de uno antiguo. Un método bastante rígido, pero impecable. Aunque si prefieres otras soluciones menos extremas, puedes tomar prestados ciertos libros de la biblioteca y comprar únicamente los que realmente te interesan o pasarte al libro electrónico.