Apostar por las aromáticas es una gran idea para completar las plantaciones de tu jardín y, dentro de ese amplio grupo, la lavanda se dibuja como la opción más atractiva, gracias a su bonito color y al rico perfume que destilan sus flores.
Aquí tienes todas las preguntas (y sus respuestas) para conocer de primera mano cómo cuidarla.
¿Es una planta sencilla de cultivar?
La lavanda (Lavandula officinalis) es una de las aromáticas más habituales en los jardines españoles. Y no es de extrañar, debido a su facilidad de cultivo y a sus muchas cualidades: ¿qué otra planta nos regala este precioso color entre azulado y violeta? ¿Cuál destila ese perfume especial que nos inunda sin embriagarnos?
Este arbusto leñoso perenne, que puede llegar a alcanzar el metro y medio de altura, presenta en su época de floración unas flores pequeñas y con forma de espiga del maravilloso color azulado que todos conocemos.
Su esencia rústica hace que pueda subsistir en casi cualquier espacio, y que resulte de lo más sencillo de cultivar, aunque para tenerla perfecta tendrás que buscarle el lugar idóneo.
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¿Cómo elegir su ubicación en el jardín?
Si quieres saber cuál es el mejor lugar de tu jardín para plantar la lavanda tendrás que conocerla un poco. Saber que, a pesar de ser una planta fuerte y resistente, necesita estar en un espacio soleado para crecer feliz.
Le vendrán bien unas 6 horas de sol al día, por lo que no debes plantarla cerca de árboles de sombra que le puedan robar los rayos directos del astro rey.
Las plantas de lavanda necesitan espacio para estar aireadas y crecer en todo su esplendor. Sepáralas de otros ejemplares.
Además del jardín, el huerto puede ser un escenario perfecto para plantar lavanda, ya que atrae a insectos polinizadores como las abejas. Al aumentar la cantidad de flores polinizadas, crece también la producción del huerto.
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¿Cuál es el suelo que le conviene?
Aunque cualquier sustrato puede ser adecuado para la lavanda, prefiere los suelos alcalinos que presentan un pH elevado. Por eso, si tu suelo es ácido no estará de más que apliques cal para aumentar su pH, o un sustrato específico. Tendrás que hacer esta operación de vez en cuando para mejorar el desarrollo de la lavanda.
Por otro lado, es fundamental que el sustrato drene de forma adecuada para evitar el encharcamiento a la hora de regar, algo que la lavanda no va a tolerar. Para lograrlo conviene que el suelo sea bastante arenoso.
¿Cuándo es el mejor momento para plantarla?
¿Se puede plantar la lavanda en cualquier época del año? ¿Conviene hacerlo en un momento específico? La respuesta es sí: el otoño es la estación perfecta para plantar lavanda en el jardín, debido a las temperaturas frescas, a las lluvias todavía moderadas y a que no hace tanto sol.
Colócala en tu jardín en otoño y la tendrás preciosa y florecida la siguiente primavera. Es importante preparar el terreno antes de plantar, añadiendo turba para que tenga un buen drenaje.
Si es demasiado pobre en nutrientes, enriquécelo con un poco de abono adecuado. Ya solo tienes que cavar un buen agujero, colocar la raíz de tu planta, rellenar, presionar y regar de forma abundante.
¿Cómo ha de ser el riego?
Una de los rasgos de la lavanda que la convierten en una planta tan resistente es que necesita poco agua para crecer y desarrollarse. Soporta bien la sequía y no le importa que el riego sea escaso.
Y no solo eso, sino que un exceso de agua puede perjudicarla seriamente. Por tanto, debes darle a tus lavandas un riego moderado especialmente en invierno.
Durante los meses más calurosos del año debes regar una vez a la semana, más o menos, comprobando que el sustrato está seco antes de aportar agua.
¿Es conveniente abonar la lavanda?
No es recomendable aplicar fertilizante a las plantas de lavanda, ya que se trata de una especie rústica que no lo necesita. Más bien al contrario, un exceso de abono puede ser contraproducente y tener consecuencias negativas, como que las flores pierdan su clásico y agradable aroma.
El único caso en el que merece la pena emplear abono es cuando queremos plantarla en un suelo pobre en nutrientes. Entonces sí habría que añadir una pequeña cantidad de abono para enriquecerlo antes de plantar las lavandas.
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¿Hay que podarla?
Una poda le vendrá de maravilla a las plantas de lavanda, siempre que la realices en el momento adecuado, antes o después de la floración. A principios de la primavera o a principios del otoño son los momentos propicios para cortar las ramas.
Hazlo de forma moderada, para estimular el crecimiento de ramas nuevas y flores. Tendrás que podar las plantas en altura y, si quieres, también por la parte baja para mejorar la forma.
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¿Qué tipo de enfermedades pueden atacarla?
Aunque la lavanda sea una planta extremadamente fuerte, eso no la libra de sufrir ciertas enfermedades.
En general, los males que la acechan están relacionados con un exceso de riego. Cuando el calor aprieta y, además, existe una alta humedad, aparecen los temidos hongos. Como el moho negro, por ejemplo, que se ve favorecido si la planta no recibe suficiente luz solar o tiene otros ejemplares demasiado cerca. Para combatirlo tendrás que utilizar un fungicida específico.
Otra enfermedad que puede atacar a la lavanda es la pudrición de la raíz. Sospecha si las hojas se marchitan y se ponen amarillas. Para solucionar el problema evita regar en exceso y procura que el sustrato drene el agua de manera correcta. Además, no debes mojar las hojas y flores al regar.
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¿Cuándo es el mejor momento de recolectar las flores?
El verano es la época en la que las flores de la lavanda están en todo su esplendor y, por tanto, el mejor momento para recogerlas.
Además de crear bellos y decorativos ramos que perfumen el interior de tu casa, puedes secar las flores colocándolas boca abajo en un lugar seco y oscuro. Después, eliminando los tallos, podrás rellenar con ellas saquitos de tela para hacer ambientadores naturales para perfumar armarios y cajones. O puedes hacer jabón casero con ellas. Las posibilidades son muchas y muy interesantes.
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