Si hay una estancia donde los azulejos son los reyes esa es, sin duda, la cocina, basta con ver esta propuesta de Terratinta. Empleados como pavimento y revestimiento, sus muchas ventajas los convierten en uno de los materiales más usados (y más queridos), ya que soportan estoicamente los ‘ataques’ diarios de salpicaduras de comida, manchas o grasa, para limpiarlos basta con pasar la bayeta o la fregona y son muy higiénicos, un factor muy importante, especialmente en esta época. Además, hace años que se deshicieron de su imagen de antiguos o aburridos y son capaces de integrarse en todos los estilos, incluso en cocinas modernas y sofisticadas.
Pueden triunfar en solitario o combinarse con papel pintado y pintura, demostrando que siempre tienen algo de decir. Descubre qué debes tener en cuenta para su elección, cómo combinarlos y cuáles son los modelos con más tirón ‘deco’.
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En paredes
Las paredes, especialmente el espacio entre la encimera y los muebles altos o la campana, es su hábitat natural, como muestra esta cocina de Villeroy & Boch. A la hora de elegirlos, debes tener en cuenta si vas a colocarlos cerca del fregadero, expuestos al agua, o en el antepecho tras la placa de cocción, en contacto con grasa, otros alimentos y altas temperaturas. Como las baldosas de la pared se pueden cambiar más fácilmente que las del suelo, puedes ser más atrevida y dejarte llevar. Además, si te cansas, solo tendrás que pintarlos o cubrirlos con tiras adhesivas.
En el suelo
Al convertirse en uno de los lugares preferidos de la casa, el tránsito en la cocina se ha equiparado al del salón. Por lo tanto, las baldosas, como las de esta propuesta de Roca, deben ser resistentes al paso del tiempo y al trote diario, minimizar el efecto de la caída de objetos y aceptar el uso de detergentes para una limpieza y desinfección en profundidad, cualidades que cumple el porcelánico, lo que ha favorecido su entrada en esta estancia de la casa por la puerta grande. Si tras unos años estás cansada de ver siempre el mismo pavimento, puedes cubrirlo con un diseño de PVC o vinilo, renovando su imagen fácilmente y en tiempo exprés.
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Formas de colocación
Además del formato, el color y el diseño del azulejo, la forma de colocación también influye en el ambiente. Así, las que van en línea recta horizontal de manera simétrica dan sensación de orden y armonía; las de junta corrida (en filas horizontales asimétricas), como las metro de esta propuesta de Ikea, aportan dinamismo y un toque de actualidad; y la desplazada (parecida a la anterior, pero sin partir del centro de la baldosa) es la rebelde del grupo. Mientras que cruzadas, que combina verticales y horizontales buscando un efecto decorativo impactante; en vertical, para dar altura a los techos; y en espiga, para un aire retro, son menos usuales, pero igual de efectivas.
Con papel pintado
El aterrizaje del papel pintado a la cocina supuso un cambio por todo lo alto en el universo de los revestimientos, que vino a aportar un plus de estilo a esta estancia, como el que otorga en esta propuesta de Alvhem. Para que la combinación de papel pintado y azulejos funcione tanto a nivel estético como práctico, la mejor opción son los vinílicos, por su resistencia a la humedad. Después, todo es cuestión de gustos: mezclas discretas que se complementen o en contraste, en busca de la originalidad y el carácter.
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Con pintura
Es una de las combinaciones que mejores resultados ofrecen, ya que protegen la pared sin perder encanto decorativo. Puedes hacer que baldosas y pintura sean del mismo color, logrando un conjunto lleno de armonía, o jugar con el contraste, como en esta cocina de Entrance, buscando sacar todo el potencial decorativo de dos materiales estrellas en la casa.
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Diseños geométricos
La geometría es una de las tendencias de decoración de esta temporada, presente no solo en textiles sino en azulejos, muebles y objetos de decoración. Efectivos y llenos de magnetismo, los diseños geométricos, como estos de Ceramiche Refin, son una buena opción en cocinas modernas donde la mezcla es siempre bien recibida. Para que destaquen aún más, mejor brillantes y con textura.
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Un clásico: el metro
Un clásico de 7,5 x 15 cm, que no pasa de moda y se reinventa sin perder nunca su esencia, ni su aire moderno, como en esta propuesta de Affari. Rectangular, blanco, esmaltado y biselado, toma su nombre de la baldosa empleada en la primera línea de metro de Nueva York en 1904. Resulta ideal en cocinas nórdicas, pero también en clásicas o en las de estilo industrial.
Con aire ‘vintage’
Las baldosas hidráulicas de gres tienen el encanto del pasado, con su aire señorial y su impactante belleza, y las cualidades técnicas del presente. Combinan colores y motivos de flores, geométricos o arabescos creando cocinas realmente especiales, como esta diseñada por Knowhaus. Aunque te parezca que son muy clásicas, ofrecen un abanico de posibilidades en cocinas modernas o eclécticas, donde pueden brillar sin complejos de edad.
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A juego
Puedes optar por revestimientos que combinen a la perfección con tu pavimento, como en esta cocina de Ballinsglöv, una opción 100% segura, ideal para una decoración minimalista, que busca la sencillez decorativa. Aunque también puedes elegir un mosaico colorido u original para el antepecho y un suelo liso, que lo realce y le ceda el protagonismo. ¡Tú decides!
Efecto ‘patchwork’
Al unir piezas diferentes que comparten, normalmente un color, se crea una composición llena de personalidad, capaz de realzar y embellecer cualquier cocina, por sosa que sea. Normalmente suele ir acompañado de un pavimento liso y discreto que potencia su efecto, aunque, si quieres ser realmente original, también lo puedes acompañar de un suelo de damero o con las mismas baldosas de la pared, como en esta propuesta de Arthur Bonnet.
A todo color
Aunque las cocinas blancas lideran el top de tendencias, lo cierto es que el color se ha colado a través de los azulejos, dispuestos a dar un toque alegre, vitalista y contemporáneo a esta estancia. Azules, como el de esta propuesta de Terratinta, verdes, rosas y amarillos se codean de tú a tú con los clásicos blanco, negro y gris. Si no te atreves, da una pincelada de color únicamente en el antepecho.
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En cocinas abiertas
Las cocinas abiertas al salón y al comedor son cada vez más frecuentes en las casas actuales y este hecho ha planteado un pequeño problema con un ’total look’ alicatado. Si este es tu caso, es recomendable elegir el mismo alicatado que el del salón, como en esta propuesta de Ceramiche Refin, para asegurar la armonía entre ambas estancias. Si no has optado por baldosas en el estar, puedes crear una separación, creando una composición de contraste que delimite visualmente ambas.
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