Tierra, agua y calor. Estos tres elementos configuran la esencia del barro cocido, un material de construcción cuyo origen es muy antiguo. En el siglo XXI aún continúa utilizándose en multitud de aplicaciones, entre las que destaca la fabricación de ladrillos para pavimentos, tanto para espacios interiores como para zonas al aire libre. Descubre cómo limpiar y mantener tu suelo de exterior de barro cocido.
Una explosión de sabor artesanal
El barro cocido es un material fantástico para los suelos de toda la casa. En las zonas de exterior resulta especialmente atractivo por su apariencia auténtica, su sabor rústico y su textura irregular.
Sin embargo, debido a su gran porosidad y a su capacidad para absorber agua y otros líquidos, resulta esencial saber cómo protegerlo y mantenerlo en perfecto estado. Si tienes en cuenta ciertas tareas de mantenimiento, los pavimentos de ladrillo conservarán su belleza durante años y años.
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Todo ventajas… y algún inconveniente
Conocer las características reales de los pavimentos de ladrillo, así como sus pros y sus contras, es la clave para elegirlos o descartarlos.
Para empezar, si te decides por instalar baldosas o ladrillos de fabricación manual, conseguirás un pavimento artesanal de gran belleza, cálido y atemporal, y con un sabor tradicional muy especial. Cada pieza será única y mostrará sus propias irregularidades.
Además, los suelos de ladrillo son resistentes y duraderos, y te darán buen resultado a lo largo del tiempo.
Por otro lado, el inconveniente más importante a tener en cuenta es el mantenimiento que hay que realizar. Para lograr que sea resistente y se mantenga en buenas condiciones, el barro cocido requiere de una protección y mantenimiento que tendrás que realizar cada cierto tiempo.
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Un material poroso
El barro cocido es un material poroso. Debido a esta alta porosidad, absorbe con facilidad el agua y otro tipo de líquidos y sustancias, lo que le hace muy vulnerable a las manchas.
Esta es la razón por la que se hace más que necesaria una limpieza correcta y una protección completa. Solamente protegiéndolo de la manera adecuada, conseguirás que su porosidad disminuya de forma radical para mantenerlo limpio y sin manchas que lo afeen.
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La primera limpieza de un suelo nuevo
Tanto si tu suelo de ladrillo es nuevo y te lo acaban de instalar, como si se trata de un suelo antiguo, es importante conseguir que esté muy limpio antes de darle la capa de protección que necesita. Por eso el primer paso del proceso consiste en dejarlo impecable.
En el caso de que se trate de un pavimento nuevo seguramente tendrá manchas de cemento, yeso o pintura. Además de suciedad y polvo, también puede mostrar restos blanquecinos que no son otra cosa que eflorescencias salinas provocadas por la humedad.
El tratamiento apropiado en este caso consiste en limpiarlo en profundidad con productos específicos siempre diluidos en agua. Se aplica la mezcla con una fregona y se retira después con agua. Puedes frotar las manchas más difíciles con un cepillo de raíces.
Es importante emplear este tipo de limpiadores específicos para suelos de barro cocido, ya que no contienen disolventes agresivos que puedan deteriorar el suelo.
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¿Y si mi suelo de barro es antiguo?
Cuando el suelo de barro ya tiene sus años suele necesitar otro tipo de tratamiento. Por regla general, las manchas ya han hecho mella en él y seguramente tendrá restos de otros productos y tratamientos anteriores que es necesario eliminar.
En este caso lo mejor es aplicar un tratamiento profesional de decapado y limpieza capaz de eliminar la suciedad incrustada y los restos de grasa.
También hay que retirar restos de barnices o aceites que se hayan aplicado al suelo con anterioridad, así como manchas de moho o de verdín.
Aunque puedes realizar tú mismo este proceso de limpieza y decapado, si la zona a tratar es muy extensa o el suelo es muy viejo y está muy sucio, lo más recomendable es recurrir a ayuda profesional, con el objetivo de recuperarlo de la mejor manera posible.
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Hazlo tú mismo
Si te has decidido a realizar tú mismo la limpieza profunda y decapado de tu suelo de barro, comienza por barrerlo para eliminar la suciedad y el polvo superficial. El suelo debe estar totalmente seco.
- Aplica el producto decapante para barro cocido y deja que actúe el tiempo recomendado por el fabricante.
- A continuación tendrás que fregar el suelo con un limpiador para neutralizar la acción del decapante, frotando con un cepillo y secando con fregona para evitar que el barro absorba los líquidos y la suciedad. Sigue las instrucciones del fabricante en cuanto a la dosificación de los productos y el modo de empleo.
- Cuando tu suelo de barro esté limpio has de esperar a que se seque totalmente antes de aplicar el tratamiento protector. Los expertos de Todobarro, empresa especialista en suelos de barro cocido artesanal, recomiendan esperar entre 5 y 10 días, en función de la estación del año y del clima de la zona.
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Apuesta por la mejor protección
Si quieres que tu suelo de ladrillo se mantenga perfecto como el primer día durante mucho tiempo, debes protegerlo de la manera adecuada. Ahora que está limpio es el momento de aplicarle un tratamiento que reduzca su porosidad, evitando en gran medida las manchas y las eflorescencias blanquecinas propias de este tipo de pavimentos.
Como tu suelo es de exterior has de utilizar un protector capaz de resistir la acción del sol, la lluvia y las bajas temperaturas. Aplícalo de manera uniforme por toda la superficie a tratar, sin dejar exceso de producto en ninguna zona. Una vez aplicado el protector debes esperar el tiempo de secado recomendado, que suele ser de entre 24 y 48 horas. Es conveniente no pisar el suelo en este tiempo.
Este tipo de protectores se convierten en el mejor tratamiento para los suelos de barro de exterior. Penetran en el poro del barro y lo protegen desde el interior, impermeabilizándolo, evitando el deterioro que causa la humedad, y previniendo la aparición de moho.
Cómo tratar las manchas de moho y verdín
Cuando el problema a tratar es la aparición de restos de verdín o moho en los ladrillos de barro se hace necesario recurrir a un producto fungicida y algicida que, además de limpiar, te ayude a prevenir la aparición de este tipo de manchas en el futuro.
Las manchas de verdín se producen debido a una humedad excesiva en el ambiente, por lo que son algo recurrente en climas fríos y húmedos, y suele ser más habituales en determinadas zonas de orientación norte que reciben menos horas de sol al día.
El uso de este tipo de limpiadores algicidas y la aplicación posterior de un protector en tu suelos de exterior te ayudará a acabar con el problema.
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El mantenimiento más adecuado
Ahora que ya tienes tu magnífico suelo de ladrillo limpio y protegido, ¿sabes cómo debes cuidarlo en el futuro? Dado que la protección que ahora tiene no es eterna, es importante mantenerla fregando el suelo una vez a la semana con un producto de mantenimiento para suelos de barro.
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Consejos que te ayudan a cuidarlo
Aprender a tratar los pavimentos de ladrillo es fundamental para conseguir que te duren años y años.
- Para empezar, debes procurar que se manche lo menos posible y limpia los restos de suciedad cuanto antes.
- No utilices en ningún caso productos o elementos que resulten agresivos para el suelo. Abandona los detergentes químicos, así como los limpiadores con alcohol, amoniaco o lejía, ya que deterioran la capa protectora del pavimento.
- Para limpiar el barro cocido de forma cotidiana puedes utilizar ceras de origen vegetal diluidas en agua y, de forma semanal, un producto de mantenimiento adecuado.
Con estos cuidados la belleza de tu suelo de ladrillo perdurará durante mucho tiempo.
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