Pamela Anderson pone a la venta su fabulosa mansión de Malibú

Tras sorprender al mundo con su boda secreta (se dio el 'sí, quiero' la pasada Navidad con su guardaespaldas, Dan Hayhurst, del que se enamoró durante el confinamiento), ahora Pamela Anderson vuelve a ser noticia. En esta ocasión, por razones que atañen al mercado inmobiliario. Al parecer, la actriz ha tomado la decisión de regresar a su pueblo natal, Ladysmith, en la isla de Vancouver, Canadá, y convertir la misma vivienda donde celebró su enlace con Hayhurst en su nuevo hogar (que ya está renovando).

Pero antes de mudarse al país vecino, la 'vigilante de la playa' ha sacado a la venta su espectacular mansión de Malibú. Una casa que, según nos informan desde The Fridman Group, thefridmangroup.com, la agencia encargada de su venta (una misión que ha recaído en Tomer Fridman) se ubica en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, Malibu Colony. Conocida como la 'Malibú original', este enclave de lujo es un desfile de propiedades a pie de playa, cuya historia se remonta a la época dorada de Hollywood.

La de Pamela es una de esas fabulosas casas, que cuenta con 4 dormitorios, 5 baños, una piscina rodeada de naturaleza... además de una decoración que mezcla lo vintage y lo moderno.

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Espacios abiertos y llenos de luz

En la vivienda de la actriz, todas las estancias se conectan entre sí, sin puertas o paredes que los separen. Así, nada más entrar en la casa, nos encontramos con una cocina y un salón abiertos entre sí, separados tan sólo por una escalera que conduce al piso superior. De este modo, la planta baja gana en espacio (da la sensación de ser mucho más amplio), y en luz, ya que los grandes ventanales permiten su paso, sin barreras.

A la derecha, se ha creado la zona del salón, compuesto por piezas de mobiliario en color blanco: desde la mesa de centro hasta los sofás y los detalles decorativos. Una majestuosa lámpara, acristalada, que cae en cascada, 'rompe' con esta estética moderna, marcada, también, por la calidez de la madera del suelo. 

Al fondo, se divisa otra habitación, reservada para ver la televisión cómodamente.

El blanco, el color estrella

En la cocina, abierta al salón, como se comentaba anteriormente, se ha apostado sobre seguro, dando al color blanco un papel protagonista. Tanto el mobiliario como la vajilla, que se ha colocado en unas baldas que quedan al descubierto, son de esta tonalidad, que combina, a su vez, con el gris de la encimera que protege los muebles, y también con algunos detalles de materiales naturales. Ejemplo de ello es la cesta que se encuentra encima de la barra, así como los taburetes, con asiento de enea, en forma cuadrada, y patas de madera pintadas en blanco, que la acompañan.

Por útlimo, cabe destacar que mientras que algunos electrodomésticos guardan su color metalizado original, otros, como la campana extractora, se han integrado en la decoración, con una estructura en blanco.

Habitaciones con carácter señorial

El hasta ahora hogar de Pamela Anderson puede presumir, sin lugar a dudas, de una decoración muy moderna que, sin embargo, incorpora detalles que evocan a otras épocas. 

Un claro ejemplo es esta habitación, presidida por una cama casi señorial, muy vintage, con un cabecero tallado, y de color gris. Para mantener esta tonalidad neutra, la ropa es de color blanco, y a su lado, se ha dejado una mesa auxiliar alta, de color blanco.

El suelo, una vez más, es de madera, para darle calidez a la estancia, que cuenta con una privilegiada luz natural.

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Un dormitorio con todo incorporado

Otro de los dormitorios de la vivienda que la actriz pone ahora a la venta es éste. Una estancia que, siguiendo una de las últimas tendencias decorativas, trae todo incorporado: hasta un cuarto de baño en uno de sus rincones. 

A un lado, se ha instalado una elegante chimenea con una pantalla, y, sobre la misma, un espejo con un marco un tanto rococó, ovalado y de motivos florales. A un paso, se abre la cama, el elemento principal de todo cuarto de setas características, que cuenta con un dosel de cortinas blancas para conseguir más intimidad. 

El espacio conecta directamente con el frondoso exterior a través de un balcón, separado tan sólo por unos ventanales, y con dos hamacas, de madera, que permitían a la intérprete tomar el sol sin salir prácticamente de su habitación.

Aire 'retro'

En este dormitorio también destacan detalles vintage, como esta cómoda, enmarcada por unas líneas finas, doradas, y decorada con motivos florales. Una incorporación que 'rebaja' ese aire contemporáneo que se respira en el ambiente, y, al mismo tiempo, le da personalidad.

Sobre la misma, una fotografía enmarcada de todo un icono del cine, Marilyn Monroe que, por cierto, está envuelta entre las sábanas (una pose muy apropiada para un dormitorio).

El pasillo que guía hacia las siguientes estancias es de madera, que casi se funde con el propio suelo.

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El cuarto de baño, dentro de la propia habitación

Como se adelanta en otras líneas, el cuarto de baño no se separa del cuarto, sino que se sitúa dentro del mismo, en uno de sus rincones. 

Allí, nos topamos con estos muebles de diseño, como la bañera exenta. Un elemento altamente decorativo que, aunque está más de moda que nunca, es cierto que evoca a épocas pasadas. La grifería es a suelo, y le acompaña un taburete, con cojín blanco.

Al lado, un mueble para guardar las toallas, de madera, con encimera gris. 

Un oasis protegido por la naturaleza

La casa está dividida en tres plantas que conectan con el exterior, gracias a unas grandes ventanas que dejan que la luz inunde cada metro.

En la parte trasera, descubrimos una preciosa piscina de aguas cristalinas, con unas escaleras que se sumergen bajo sus aguas. Y, a sus orillas, una pasarela, de madera, donde la actriz contaba con dos hamacas para disfrutar al sol.

Esta zona se torna en un auténtico refugio, todo un oasis protegido por una frondosa vegetación.

Al aire libre

Antes de tomar las escaleras que llevan a la piscina, se halla una zona 'intermedia'. Una planta en la que se ha instalado lo que, desde The Fridman Group llaman 'laguna', una pequeña piscina a ras de suelo, protegida por una barandilla de cristal (desde la que se divisan unas sillas y una mesa de exterior, en blanco).

Al lado, se encuentra un fogón de piedra, y, más allá, un sofá cubierto por una tela blanca.

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Con casa de invitados incluida

Otra de las sorpresas de la mansión de Pamela Anderson es que incluye una casa de invitados, totalmente acristalada, que mira hacia la principal. El lugar perfecto para alojar a los huéspedes de una forma cómoda, y proporcionándoles el espacio que necesiten.

En la azotea, además de una chimenea exterior para dar calor en las noches de invierno, hay dos bancos, de madera, con colchones blancos, desde los que poder disfrutar de las excepcionales vistas a 'Malibu Colony'.

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Una sauna ideal para relajarse

A la vivienda no le falta detalle ni siquiera una sauna como ésta, en madera, que incluso trae su cubo a juego.

Un espacio en el que, probablemente, la actriz se tomó algún que otro descanso en más de una ocasión.

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