Una casa puede enamorar a su inquilino por muchos motivos. A Marta Sánchez el hogar en el que vive desde hace ya veintiséis años la cautivó por su luz. “Fue por medio de un conocido relacionado con inmobiliarias, me gustó su luz, algo fundamental para mí en un hogar, su amplitud, su orientación, su tranquilidad y su pequeño jardín. Está cerca del centro y del aeropuerto, algo vital para mí, ¡Ja, ja!”, explica a ¡HOLA! en un exclusivo reportaje en el que posa con su hija, Paula.
Marta nos cuenta que su casa está hecha “de pedacitos”, esos que se lleva de cada uno de sus viajes. “Me gustan los pequeños detalles… Una buena cubertería, un cuadro alegre… Cambio detalles pequeños para variar de color: unos cojines, un tapizado…”. Recorremos junto a ella todas las estancias de su hogar en Madrid y descubrimos por qué el porche es el lugar favorito de sus invitados.
—¿Qué tiene de especial y único tu hogar?
—Es una casa fácil, cómoda, acogedora. El porche es el lugar favorito de mis invitados. Por las tardes, al caer el sol, hay una luz preciosa ¡y no te quieres ir hasta que se va el sol! En días de invierno, la chimenea es mi lugar y momento más apreciado… El magnolio es un ejemplar espectacular… y está junto a mi preciosa escultura de Ernesto Knorr; ese árbol simboliza la presencia de mi padre en la casa. Él me lo regaló con apenas medio metro de altura cuando estrené la casa, ahora mide más de quince metros. Cuando quiero que me ayude con alguna incógnita e inquietud, miro las ramas desde la ventana de mi habitación; si las ramas se mueven hacia abajo, me aconseja que “sí”; si se mueven hacia los lados, su respuesta a mis dudas, es un “no”.
“Es una casa con una decoración ecléctica, tiene un poco de aquí y de allá, de mis viajes y de las compras que he ido haciendo. Es una casa alegre y yo me quiero sentir ahora con mucho optimismo”
—En cuanto a la decoración de la casa, ¿has sido muy caprichosa?
—Me gusta llevarme “pedacitos” de los lugares que visito en mis viajes… Me gustan los pequeños detalles… Una buena cubertería, un cuadro alegre… Cambio detalles pequeños para variar de color: unos cojines, un tapizado…
—¿Crees que refleja tu personalidad?
—Es una casa con una decoración ecléctica, tiene un poco de aquí y de allá, de mis viajes y de las compras que he ido haciendo que me han gustado en arte y en decoración. Es una casa alegre y yo me quiero sentir ahora con mucho optimismo.
—Alguna pieza a la que tengas especial apego.
—A mis fotos de Sam Haskins y la de Marilyn Monroe (Stern), que compré en una galería del Soho en Nueva York. Y un mueble largo de cuatro metros de madera antiguo que fue un mostrador de farmacia.
—Hoy en día, ¿eres muy casera o prefieres estar fuera?
—Cada día soy más casera. Me encanta llegar a casa y ponerme cómoda, mi cama o mis cosas en el baño, que son muchas… Pero me sigue apasionando viajar.