'Tsundoku' o cómo llenar tu casa de libros (sin perder orden)

El término japonés tsundoku hace referencia al hábito que muchas personas tienen de rodearse de libros por el placer de tenerlos en casa y de verlos cada día, además de por el gusto de leerlos. Este amor por los libros puede ser interesante, aunque también conlleva un riesgo. Tener muchos libros plantea un reto de almacenaje para las casas de hoy, muchas de las cuales adolecen de falta de espacio. Por eso, si tú también eres un ratón de biblioteca necesitarás algunas claves para organizar los libros sin que te inunde el desorden.

Acumular es un reto para el orden

No importa si se trata de libros o de otro tipo de objetos. Cuando las cosas se acumulan en un gran número, tienden a desordenarse, a amontonarse por todas partes, atraen el polvo y se convierten en un quebradero de cabeza si lo que quieres es disfrutar de un hogar recogido y ordenado.

Por eso, se hacen necesarias ciertas tácticas que resulten efectivas a la hora de organizar los libros en casa. La clave del éxito está en encontrar el sistema que a ti te funcione.

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Que no falten espacios para ellos

Si el tsundoku domina tu vida doméstica, has de estar preparada. Es decir, debes contar con espacios adecuados y suficientes para guardar todos tus libros, bien organizados y clasificados para poder encontrarlos cuando lo necesites.

El mueble más adecuado es, sin duda, la estantería o librería, que adquiere formas muy diversas en cuanto a tamaños y diseños. Puedes colocarla en el salón, el dormitorio o, incluso en un pasillo. Lo importante es que no te falte hueco para todos tus ejemplares.

Un consejo: procura que desde el principio queden huecos libres en la estantería. Tú sabes bien que terminarás por llenarlos.

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No hay reglas de oro

No existe un único método adecuado para ordenar los libros en casa. Todo depende de cada persona, del espacio que tengamos disponible y de la cantidad de libros a guardar.

Lo más importante es pararse a pensar qué método de clasificación te va mejor a ti: por temática, por autor siguiendo un orden alfabético, por la frecuencia de uso, etc.

No es lo mismo organizar las novelas que ya has leído que los libros que consultas si teletrabajas en casa.

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Seleccionar merece la pena

Puede que, en materia de libros, no te apetezca mucho seguir al pie de la letra las recomendaciones de la gurú del orden Marie Kondo. Según su criterio, nadie debería tener en casa más de 30 libros.

Sin llegar a ese extremo, sí que parece positivo y necesario hacer una selección de los títulos que de verdad quieres guardar. Reconócelo: no todos los libros que posees merecen tanto la pena, ¿a que no?

Haz una buena limpieza y aparta los que sabes que nunca vas a releer. Quédate con los que te parezcan útiles y con aquellos que signifiquen algo para ti. El resto puedes donarlos a alguna biblioteca que los acepte.

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Una estantería de pared a pared

Si los libros son tu mayor tesoro, trátalos como tal. Puedes encargar una librería a medida que ocupe la pared más grande de tu salón, o elegir un sistema modular que puedas ir ampliando según vaya creciendo tu colección.

Los materiales son muy diversos: desde librerías de madera hasta estanterías metálicas como las de la foto, que aportan originalidad al salón.

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En horizontal y vertical

Una vez hayas decidido qué tipo de estantería te va mejor en cada espacio de la casa llega el momento de colocar los libros. Puedes hacerlo por tamaño y por altura (comenzando por los más altos hasta los más pequeños), por colores, etc.

¿Qué tal si combinas los libros en vertical con otros colocados en horizontal? Así crearás una composición dinámica que resulte más heterogénea y menos aburrida.

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¿Y si los ordenas por colores?

Colocar los libros en una estantería atendiendo a los colores de la portada puede no ser la mejor idea si necesitas tenerlos muy controlados, y saber dónde está cada uno.

Sin embargo, es una táctica que transmite orden, ya que visualmente la estantería resulta agradable aunque esté abarrotada de libros. Prueba el sistema y decide si te funciona o no. Te servirá si tienes memoria fotográfica y recuerdas cómo son las portadas de tus libros favoritos.

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Crea un rincón de lectura junto a una ventana

Cuando se trata de almacenar libros y libros, cada centímetro cuenta. Por eso una buena alternativa es aprovechar el espacio que existe en torno a las ventanas, como en la imagen. Para hacerlo puedes optar por estanterías y baldas abiertas o por un sistema que combine estas con huecos cerrados con puertas.

Además, si tienes la opción de construir un pequeño banco en la propia ventana y equiparlo con una colchoneta y cojines tendrás un magnífico rincón de lectura.

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Una idea rompedora

Aquí tienes una forma de colocar tus libros de lo más original: todos al revés, con el lomo hacia la pared. Puede que no sea la mejor alternativa si quieres tenerlos bien localizados, peor no se puede negar que transmite una agradable sensación de paz visual y orden.

Aunque te resulte poco práctica, se trata de un método que puede tener su razón de ser cuando los libros a guardar son viejos y no comparten forma ni tamaño, y tampoco los colores de las portadas o el diseño de las mismas. Esta curiosa forma de disponerlos puede servir para aportar uniformidad al conjunto.

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