¿Sabes cuál es la mejor manera de enfrentarse a las tareas domésticas cotidianas? Hazlo desde el convencimiento de que realizarlas bien y rápido es posible.
Para conseguir este objetivo es fundamental aprender a distinguir aquellos mitos de limpieza que se han ido transmitiendo de generación en generación y que no son del todo ciertos. A continuación desmontamos algunos.
Cuestión de experiencia
La mayoría de nosotros hemos aprendido a realizar las tareas domésticas siguiendo los consejos de nuestras madres y abuelas. Ellas, con su experiencia y sabiduría, nos guiaban en el aprendizaje y nos recomendaban técnicas y estrategias de limpieza que han funcionado años y años… ¿o no?
Pero, además, hemos de prestar atención a lo que a nosotros mismos nos funciona, a lo que comprobamos que más nos ayuda. Y lo cierto es que existen determinados presupuestos que, a pesar de ser tomados como verdades inamovibles, son solo mitos y conviene descubrirlos cuanto antes.
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1. “La lejía es el limpiador más eficaz”
Por su fuerza, por su intenso olor, por su agresividad… Sea por lo que sea todos hemos llegado a pensar en algún momento que la lejía puede limpiarlo todo. Pero, ¿es esto realmente así? La respuesta es no.
La lejía no es un buen limpiador, sino un inmejorable desinfectante. Según explica la conocida farmacéutica y divulgadora Boticaria García, la lejía es el mejor producto para desinfectar, pero debes aplicarlo sobre una superficie que previamente hayas limpiado con agua y jabón.
En los tiempos del coronavirus, desinfectar nuestra casa con lejía es una buena idea y, tal como Boticaria García indica, ha de hacerse de la manera correcta: disolviendo dos cucharadas soperas de lejía por cada litro de agua, siempre en agua fría. Si utilizas agua caliente esta neutralizará el hipoclorito de sodio y la lejía perderá parte de su poder desinfectante.
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2. “Los limpiadores ecológicos son menos eficaces contra la suciedad”
Son muchos los que piensan que este tipo de productos de limpieza son más respetuosos con el medioambiente, pero también menos potentes y eficaces.
Esto es un mito que debemos desterrar cuanto antes, ya que los limpiadores ecológicos te ayudan a eliminar la suciedad de toda la casa: de las superficies de azulejos, de los muebles, suelos, puertas, cristales, etc.
Resultan igual de efectivos que los convencionales y, además, son inocuos para la salud y para el ecosistema. Son una opción muy válida.
3. “Cuanta más cantidad de producto, mayor limpieza”
Es un error muy habitual. Nos parece que, si somos generosos con la cantidad de producto limpiador, todo nos va a quedar mucho más limpio. En absoluto.
Lo mejor es seguir las recomendaciones de dosificación del fabricante. De no hacerlo, solo conseguiremos gastar más producto de lo necesario, con el consiguiente derroche de dinero.
En algunas ocasiones, además, los resultados de la limpieza serán peores. Es lo que ocurre, por ejemplo, si nos pasamos con el detergente de la lavadora: pueden quedar restos de jabón en la ropa.
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4. “Los suelos de madera quedan perfectos si los limpias con vinagre”
Esta es una idea muy extendida y controvertida, ya que aunque hay expertos que sí recomiendan este producto natural para limpiar los pavimentos de madera, otros profesionales lo desaconsejan totalmente.
Estos últimos aseguran que el ácido acético que contiene el vinagre elimina la suciedad, pero también puede dañar la capa protectora de la madera y, con ella, su brillo y lustre natural.
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5. "Es bueno utilizar a menudo un abrillantador para tus muebles de madera"
Si quieres que tus muebles estén bonitos tendrás que limpiarlos con frecuencia para eliminar el polvo. Para ello bastará con que pases un paño ligeramente humedecido, mejor si es de microfibra para que atrape todas las partículas de suciedad.
No siempre es necesario utilizar un producto para abrillantarlos. De hecho, utilizarlo demasiado a menudo (o elegir uno que no sea adecuado) puede resultar perjudicial para la madera. Asegúrate de que escoges un limpiador sin siliconas ni componentes agresivos.
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6. “Limpiar los cristales con papel de periódico los deja impecables”
Este es un truco casero muy extendido que realmente puede considerarse un mito. Puede que sea porque antiguamente el papel que se utilizaba para imprimir los diarios era más grueso, o porque no existían limpiacristales tan avanzados como hoy día.
El caso es que actualmente usar papel de periódico para limpiar los cristales de toda la casa no es la mejor opción: al mojarse se convierte en una pasta difícil de manejar que deja restos y manchas de tinta en las manos y en los cristales.
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7. “No hace falta limpiar el lavavajillas ni la lavadora”
Aunque ambos electrodomésticos nos sirven para limpiar (los platos y la ropa), de vez en cuando es necesario que les hagamos un buen mantenimiento.
Día tras día, ciclo tras ciclo, la suciedad se va acumulando en los recovecos y, si no los repasamos al menos una vez al mes, funcionarán peor.
- Para mantener el lavavajillas en perfecto estado tendrás que pulverizar el interior con un producto quitagrasa y programar un lavado vacío y a alta temperatura. No te olvides de limpiar el filtro.
- La lavadora queda perfecta si repasas y secas la goma de la puerta después de cada uso. También tienes que limpiar el cajetín del detergente y el filtro cada dos o tres meses.
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8. “Es mejor lavar la ropa con agua fría”
Aunque elegir un ciclo de lavado en frío para hacer la colada parece lo mejor a la hora de proteger la ropa y evitar que esta se estropee, no siempre es lo más efectivo si quieres que tus prendas queden perfectamente limpias.
Puede que sea la mejor opción para ahorrar energía y preservar la intensidad de los colores de la ropa. Sin embargo, hay prendas que no quedarán lo suficientemente limpias si no las lavas con agua más caliente (30 o 40ºC suelen ser suficientes para eliminar la mayoría de las manchas del día a día, incluso las de grasa, que suelen ser de las peores).
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