Hay muchas razones por las que elegir el brezo común (Calluna vulgaris) para sembrar en tu jardín: es una planta que decora por sí misma, con sus bonitas flores púrpura y rosadas. Además, resulta muy sencilla de cuidar, ya que es fuerte y resistente.
Es perfecta para setos pero también para formar macizos o, incluso, para plantar en grandes macetones. Aprende a cultivarla y verás cuánta belleza y color te regala.
Un arbusto de gran belleza
El brezo común (Calluna vulgaris) es una planta de exterior de tamaño medio (suele medir unos 50 cm de altura) y porte arbustivo, con abundantes tallos leñosos y hojas diminutas de color verde (al llegar el otoño cambian de color y se vuelven marrones o moradas).
Necesita un suelo ácido, con suficiente cantidad de turba para retener la humedad, pero bien drenado para que no se encharque.
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En la variedad está el gusto
Aunque el más conocido es el brezo común (Calluna vulgaris), esta no es la única variedad con la que puedes alegrar tu jardín. Destaca también el brezo del género Erica, una planta diferente pero muy similar que se cultiva de la misma manera y con cuidados parecidos. Se diferencian, sobre todo, en la resistencia al frío, ya que los brezos del género Erica lo soportan mucho peor.
Los distintos tipos de brezos se distinguen también por el color de sus flores. Algunas variedades son más adecuadas para componer setos, otras para plantar en macizos, etc.
Maravillosa floración
Las flores del brezo, además de poseer una belleza espectacular, son muy características y diferenciadoras. Aparecen a principios del verano y duran hasta otoño, aportando al jardín un aire campero y muy especial.
Se trata de flores acampanadas que se reúnen en inflorescencias o racimos, de un color morado o rosa pálido. Las variedades cultivadas muestran colores más intensos que las silvestres: rojo púrpura, malva, blanco, etc.
Para jardines de montaña
Si hay un rasgo que define el brezo común (Calluna vulgaris) es su sorprendente resistencia al frío y a las bajas temperaturas (soporta sin inmutarse hasta -25 y -30 ºC). Por eso es una planta muy empleada en jardines alpinos o de montaña.
Elígela sin dudarlo si vives en una zona muy fría, incluso si nieva abundantemente en invierno. Tus brezos sobrevivirán aunque las temperaturas sean extremas.
Claves para sembrarlo
Si te has propuesto plantar semillas de brezo en tu jardín, lo mejor es que lo hagas primero en semilleros. Busca recipientes de unos 20 o 25 cm de fondo y coloca una capa fina de grava y después otra más gruesa de tierra de macetas mezclada con compost.
A continuación humedece bien la tierra y siembra las semillas a un centímetro de profundidad, más o menos. Cúbrelas con mantillo y riega a diario (incluso dos veces al día si hace mucho calor).
Ahora tendrás que esperar un par de meses a que germinen y seguir cuidándolas. Cuando tus plantas de brezo tengan entre 6 meses y un año puedes trasplantarlas al terreno de tu jardín, acolchando después con una capa de corteza de pino, grava o turba para proteger las raíces.
Sol sí, pero sin excesos
¿Quieres que tus brezos se llenen de flores cuando llegue el verano? Búscales un buen emplazamiento al sol y no habrá problemas, aunque si el jardín de tu casa está en una zona muy calurosa, es mejor que los siembres en semisombra. El brezo es una planta rústica y resistente, y le basta con recibir unas 6 horas de sol al día.
Regar con moderación
La necesidad de riego que presenta el brezo es tan escasa que, dependiendo de la zona geográfica y del clima, apenas tendrás que regarlo.
Al principio, justo después de sembrarlo sí es importante que lo riegues un par de veces por semana, y que mantengas esa pauta durante unos dos o tres meses, hasta que las plantas crezcan.
Después ya no será necesario que las riegues, porque tendrán suficiente con el agua de lluvia. Cuando el tiempo sea muy caluroso, en los meses de verano, tendrás que vigilar que el terreno esté húmedo y aportar agua si es necesario.
También en el interior
¿Te encanta el bonito colorido de las flores de brezo y quieres disfrutar de su belleza también en el interior de tu casa? Plántalo en una maceta lo suficientemente grande y colócalo en un lugar luminoso.
Necesitará que lo riegues más a menudo que en el exterior. Además, tendrás que estar vigilante para cambiar la planta a un contenedor de mayor tamaño cuando notes que las raíces asoman por los agujeros de la maceta.
¿Hay que podar el brezo?
Es la mejor forma de conseguir que los arbustos de Calluna vulgaris vayan adoptando una forma compacta y equilibrada, lo que resultará mucho más estético. Bastará con que lo podes una vez al año después de la floración.
Si tu brezo es del género Erica lo mejor es que lo podes en primavera, justo antes de que se formen los capullos de las flores.
Vigila enfermedades y plagas
Antes de plantar brezo en tu jardín, debes saber que se trata de una planta que puede sufrir diferentes enfermedades, así como la acción de algunas plagas. Conocerlas y estar vigilante a su aparición te servirá para erradicarlas cuanto antes.
El brezo puede ser atacado por el oídio, un hongo que produce en sus hojas unas manchas blancas muy características, y que debilita el brezo hasta matarlo. Para evitarlo conviene colocar las plantas separadas unos 20 cm unas de otras, para que el aire circule bien entre ellas.
El brezo puede sufrir también roya, muy perjudicial, que afecta a las hojas provocando la aparición de costras y secándolas con el tiempo. Se deben tratar con un fungicida natural.
En cuanto a las plagas, el brezo es vulnerable al ataque de la araña roja que se alimenta de la savia de las plantas y les produce heridas en las hojas.
También puede ser atacado por la cochinilla, un insecto blanquecino que se aloja en las hojas. Combátelo con un insecticida adecuado.