María Sharapova encontró el lugar perfecto para levantar su hogar soñado en un terreno inclinado hacia el océano, que se divisa desde Palos Verdes hasta Malibú, y con Santa Catalina flotando en la lejanía. La famosa isla, toda una joya de biodiversidad, ha sido escenario natural de más de trescientos rodajes y refugio de grandes estrellas de cine, como Charles Chaplin, Marilyn Monroe y Clark Gable. “Siempre quise una casa inspirada en la cultura japonesa y al lado de la playa”, aseguraba en una reciente entrevista la extenista, que se implicó en cada detalle del proyecto de construcción y decoración durante los tres años que duró. La misma exigencia de perfección, persistencia y capacidad de trabajo que la llevaron a la cumbre del tenis mundial y, hoy, a ser una empresaria e inversionista de éxito. “Soy incapaz de rendirme”, decía a ¡HOLA! hace un tiempo.
De clara inspiración japonesa, tiene tres pisos y una magnífica piscina a pie de construcción porque la deportista, que se implicó en cada detalle, quería que se viera desde todas la estancias
La belleza que llegó de Siberia
La deportista rusa que llegó de Siberia conquistó las pistas después de trasladarse junto a su padre a Florida para entrar en las filas de la prestigiosa academia de Nick Bollettieri. Una década después, con diecisiete años, ganó su primer Grand Slam, el torneo de Wimbledon (2004), en una inolvidable final frente a Serena Williams. Así se convirtió en la tercera tenista más joven en ganar el torneo y allanó su camino hacia el número uno mundial de la WTA, que logró el verano siguiente, en agosto de 2005.
“No crecí con muchas cosas alrededor. Para mí, ordenado significa saludable. Si no se usa algo, no se necesita”, ha dicho María, de treinta y tres años, que, hoy, está centrada en sus inversiones y empresas
Primera en el ranking con apenas dieciocho años y ganadora de otros cuatro títulos más de Grand Slam, es una de las diez jugadoras en la historia que ganó al menos una vez los cuatro grandes (un Open Australia, dos Roland Garros, un Wimbledon y un US Open). Si a eso se le suma la medalla de plata que ganó en el individual de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, las razones para darle un lugar prominente en la historia del tenis son más que suficientes.
Tras su etapa más dura, cuando fue acusada de dopaje —lo que la mantuvo retirada de los circuitos más de un año—, su regreso ya nunca fue lo mismo. “Ha sido uno de los momentos más difíciles ya no solo de mi carrera, sino de mi vida. Estoy orgullosa de haber vuelto y haber dado lo mejor de mí, aunque los resultados en estos últimos años no han acompañado mucho”, decía hace un tiempo María, que en febrero del año pasado, con treinta y dos años, anunció su retirada del tenis profesional.
Una casa con sorpresa
Durante todos esos años, María Sharapova viajó sin parar, recorrió el mundo y conoció lugares increíbles. Por eso hoy su hogar es “mi favorito en el mundo”. “Me inspiré en la arquitectura japonesa y la estética minimalista ”, decía en una entrevista a Architectural Digest (AD) sobre el diseño y la decoración sobrios y elegantes.
“No crecí con muchas cosas alrededor. Para mí, ordenado significa saludable. Si no se usa algo, no lo necesitas”, añadía. Construida en tres niveles, el refugio zen de la ex número uno es una edificación moderna y contundente, con paredes de hormigón que dan paso a ambientes más cálidos, con maderas y tonalidades neutras, y todos concebidos con el mismos criterio, como espacios integrados para compartir.
“Había perdido de vista la competición. Fue un proceso difícil de gestionar, pero, junto a mi equipo, me di cuenta de que era necesario”, aseguraba sobre su retirada
Si algo caracteriza a la casa es la fluidez para circular por ella gracias a las fronteras abiertas entre cada ambiente. Además, la propiedad tiene una gran piscina y una espaciosa área al aire libre que incluye chimenea exterior y grandes asientos para relajarse. La sorpresa la pone una bolera con pistas profesionales construida en el sótano y presidida por dos cuadros de uno de los artistas favoritos de María, Chris Gwaltney. “Cuando estaba construyendo esta casa, queríamos hacer un sótano, y las dimensiones de la propiedad eran bastante largas. Estuve viendo algunos modelos diferentes de boleras de los arquitectos que trabajaban en mi casa y cuando lo vi dije: “¿Cómo de increíble sería tener una bolera?”. Y diría que es el aspecto más sorprendente de esta casa, porque no soy jugadora de bolos y, a veces, vengo a jugar con algunos de mis amigos. Es muy divertido y muy ruidoso, así que nos aseguramos de que nadie esté durmiendo arriba, obviamente”, señala en AD.
Una nueva etapa
‘Masha’ vive ahora una nueva etapa de su vida, tras retirarse de la competición. En esta nueva fase profesional, por caminos totalmente diferentes a las pistas, también se suma una nueva etapa personal muy feliz para ella porque acaba de comprometerse con el empresario británico Alexander Gilkes, al que conoció, hace tres años, en Los Ángeles, y, desde entonces, pasa su tiempo entre esta ciudad, Nueva York y Londres, que suelen visitar para escaparse a la casa de campo del millonario, amigo de Guillermo y Harry, en los Cotswolds.
Apasionada de la arquitectura, la extenista se centra ahora en invertir y potenciar sus empresas. “Me di cuenta de que seguía mostrándome, pero no como tenista y que había perdido de vista la competición. Fue un proceso difícil de gestionar, pero, junto a mi equipo, me di cuenta de que era necesario seguir con ello. Durante muchos años me he centrado solo en el deporte y lo he dado todo para conseguir los resultados”, explicó al anunciar que se retiraba de la competición, en febrero de 2020.
Pero, desde los dieciocho hasta los veintinueve años, sin interrupciones, fue la deportista que, año tras año, más dinero ganó fuera de las pistas, según Forbes. Cuando llegó el momento de la suspensión por dopaje, en vez de hundirse, buscó ser mejor en los negocios, involucrarse de manera que supiera hasta el último detalle de cómo se explotaba su nombre: hizo un curso en la Escuela de Negocios de Harvard para aprender sobre “liderazgo y construcción de equipos”, fue pasante en la sede de Nike en Londres para entender cómo razona la gente a la hora de elegir unas zapatillas en lugar de otras y también hizo una pasantía en la NBA.
María ha viajado por todo el mundo y ha visitado lugares increíbles, pero asegura que su hogar es “mi favorito absoluto”. Le dio mucho protagonismo al exterior y construyó en el sótano una sorprendente bolera profesional
Su marca de dulces, Sugarpova, crece sin pausa. Para crearla envió a su representante a investigar a una pequeña fábrica española cuyos dulces le gustaban. Los había probado en Madrid y la inspiraron a una inversión inicial de 500.000 dólares para lanzar su marca. Tiene inversiones en la UFC, el gran negocio de las artes marciales mixtas (MMA), una aplicación (Charly) que permite enviarle mensajes a celebridades y se asoció con el arquitecto Dan Meis para convertir los gimnasios de hoteles en lugares más agradables.