En esta época donde se ha impuesto trabajar en casa, y según el estudio ‘El Teletrabajo en España’ realizado por HomeServe, el 61% de los encuestados ve un beneficio el no tener que desplazarse, es necesario aprender a separar la oficina, y todo lo que gira alrededor de ella, del hogar y la vida familiar por funcionalidad, comodidad y, especialmente, por bienestar psicológico. Debemos encontrar la manera de que la casa no se convierta en enemiga sino en el mejor aliado para desempeñar la actividad laboral. Eso sí, no se trata de trabajar sin moverte del sofá sino sin salir de tu vivienda, que son cosas bien distintas. Para que la oficina en casa funcione bien, lo mejor es establecer límites claros entre ambas zonas y hacer que discurran en paralelo. Es decir, juntas, pero no revueltas. ¡Descubre cómo!
1. Pon distancia entre ellas
Es decir, creando una distribución donde ambas zonas estén suficientemente separadas, aunque no haya barreras, para evitar equívocos. De manera que, si el despacho está en el dormitorio no esté tan cerca como para permitirte trabajar desde la cama, sino que haya distancia entre ambos. Evidentemente, quitarse el pijama y vestirse con ropa de calle cómoda es otra forma de hacer que el ánimo no decaiga.
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2. En un espacio independiente
Es la solución ideal, aunque también la más difícil, para marcar la diferencia. La opción más sencilla es usar la habitación de invitados o el cuarto de estar donde haces vida, pero también puedes recurrir a otros lugares que apenas tienen tránsito y que pueden darte bastante juego, como el fin de un pasillo largo, el hueco bajo la escalera o el descansillo entre dos plantas. El tendedero raramente es una posibilidad, pero todo depende de la organización de tu casa.
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3. Divide y vencerás con soluciones fijas
Si tu lugar de trabajo comparte espacio con otra estancia, como el salón o el dormitorio, la mejor opción es intentar delimitarlo mediante un tabique o una puerta de cristal, unas cortinas (lo último para separar ambientes), un escalón que establezca dos alturas, una corredera… Eso sí, antes de partir en dos la estancia, asegúrate de que ambos lugares tienen metros suficientes para no perder comodidad ni el poder moverte con relativa facilidad por ellos.
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4. O con alternativas móviles
Que te permitan ‘cerrar o abrir’ la oficina, según la necesidad y el momento del día, pudiendo montarla rápidamente donde quieras. Un biombo y un tabique móvil, como este sistema con ruedas de Vitra, son dos buenas propuestas. Si prefieres una fórmula más sutil de separación, la parte trasera de un sofá o una estantería que funcione como un auténtico muro son también opciones.
5. Establece barreras ‘visuales’ con el color
Otra manera de establecer límites entre la zona de trabajo y el resto de la estancia es a través de pequeños trucos visuales, que te ayuden a crear la sensación de espacios independientes, aunque compartan habitación y ambiente. Puedes pintar una pared con un tono que contraste con el del resto del ambiente, lo que permitirá localizarla de un simple vistazo; o simplemente usar el mismo color, pero con uno o dos grados más de intensidad, lo que favorecerá la integración, pero marcará (sutilmente) la diferencia.
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6. O con la decoración
Aliándote con la imaginación y al ingenio. Así, puedes diseñar un rincón de oficina con una decoración diferente al resto, que le permita destacar y tener entidad propia; o colocar una alfombra, como en esta propuesta de Jonathan Adler, que actúa a modo isla en el salón, creando zonas diferenciadas visualmente.
7. Crea señales ‘deco’
Es decir, establece una barrera psicológica eficaz, que actúe como el cartel de ‘No molestar’ de los hoteles. Para ello, puedes usar objetos, como una mantita en la silla o un jarrón en uno de los lados del escritorio, pequeñas señales que digan al resto de la familia que estás trabajando. Cuando la jornada laboral termine, coloca las flores en el centro de la mesa y guarda la manta para el día siguiente. ¡No creerás lo efectivo que es!
8. Cambia los usos de los espacios
Si tu casa no da más de sí y la mesa de comedor o el ‘office’ de la cocina son tu despacho, es preciso que saques partido al espacio, para que no solo puedas trabajar cómodamente sino también montar y desmontar la oficina sin esfuerzo y en cuestión de minutos. Pon alguna balda para colocar tus útiles, reserva un cajón del mueble más cercano para el material, cuelga algún gancho… Además, establece ciertas rutinas, como encender una vela o poner la música que te ayuda a concentrarte, que avisen a los demás miembros de la familia de que estás trabajando.
9. Incorpora buenos hábitos
Para mantener las distancias, apaga el ordenador y deja todo recogido, para que al día siguiente esté todo listo para empezar. Otra buena idea, cuando no estés en tu horario de trabajo, es cambiar de habitación, no solo para despejarte sino también para desvincularte física y mentalmente del lugar de trabajo. Durante la jornada laboral, marca tiempos. No se trata ni de perder las horas haciendo tareas del hogar ni de trabajar sin descanso desde que amanece hasta la hora de la cena, sino de establecer un horario real, que puedas cumplir y que permita conciliar ambas facetas.
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10. Busca la luz
A la hora de elegir el rincón para trabajar dentro del salón o el dormitorio, ten en cuenta la luz, tanto natural como artificial. Según un estudio llevado a cabo por Velux y la arquitecta, Paula M. Esquivias, las zonas de trabajo en los hogares españoles tienen niveles insuficientes de luz (inferiores a 300 lux) porque o no reciben suficiente o bien nos llega demasiada y necesitamos bajar las persianas para estar cómodos, dejándolas cerradas el resto del día sin controlar si se pueden volver a subir. ¿La solución? “Colocarlo cerca de una ventana, para aprovechar al máximo la luz natural y el aire fresco, tener vistas al exterior para descansar la vista y contar con sistemas domóticos”, señalan desde la compañía de ventanas para tejados.
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11. Sácalo al jardín
Como se prevé que la situación va para largo, y muchos vemos en el teletrabajo la fórmula ideal para conciliar y rentabilizar el horario laboral, puedes plantearte tener un despacho independiente. Esto solo es posible, si vives en una casa y cuentas con un jardín mediano. Obra de Tini, el proyecto de casas modulares del estudio delaVegaCanolasso, esta oficina prefabricada (20 metros cuadrados), que puedes personalizar y adquirir sin mobiliario o con una mesa corrida con cajonera metálica bajo ella, mueble con cajones y baldas, te permitirá separar los dos ámbitos de tu vida de manera sencilla. El trayecto al trabajo nunca habrá sido tan corto.
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