10 claves para dar un toque 'boho' a la decoración de tu casa

Pon juntos una pizca de libertad hippy, una pincelada étnica y cierto aire romántico y habrás puesto las bases de la decoración ‘boho’. Estamos uno de los estilos que más nos gustan y del que presumen Sienna Miller o Kate Moss en algunos de sus estilismos. En nuestros interiores es cálido, acogedor, lleno de vida, imaginativo y muy original. ¿Quieres ese encantador aire bohemio para tu casa? Estas 10 ideas de decoración te lo ponen fácil.

1. Intégralo en tu ‘deco’

De forma natural. Para que funcione, solo un consejo: huye de un ‘total look’ que parezca falso y piensa siempre en hacer ambientes felices, donde todo el mundo sea bienvenido. El estilo ‘boho chic’, una versión menos estricta y con un toque más sofisticado, como el de esta propuesta de Dfs, es una buena manera de lograr que tenga ese aire, sin cambiar la decoración de arriba abajo ni caer en su encantadora exuberancia.

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2. Apuesta por el color

En efecto, en el estilo bohemio, los colores ocupan el primer lugar de la lista. Por eso, olvídate de los demasiado fríos y oscuros y da la bienvenida a los tonos cálidos y llamativos, como rojo, frambuesa, fucsia, azul turquesa, verde manzana, naranja, mostaza e, incluso, amarillo (uno de los colores Pantone de este 2021). En un interior bohemio, todos estos colores se unen y ‘toman’ todos los rincones y esquinas de la estancia. Además, en este tipo de decoración, no existe la ‘regla del tres’ (un primario y dos secundarios) sino que cuantos más uses mejor. Solo un ‘pero’ a este festival cromático, para no caer en el exceso aplica los tonos vivos y coloridos en textiles (cojines, mantas, alfombras, cortinas y alguna pieza principal). Si te gusta dar protagonismo a las paredes, mejor rebaja la intensidad del resto.

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3. Presta atención a los materiales

¡No los subestimes! Los materiales enriquecen el estilo bohemio y tienen, como los colores, una gran importancia en este universo amable y acogedor. Evidentemente, huye del plástico, a no ser que sea reciclado, y apuesta por lo natural. Madera, fibras vegetales, lana, fieltro, terciopelo y, por supuesto, algodón. Recupera el placer de los bordados en los textiles y presta especial atención a las paredes, donde puedes colgar tapices, papeles pintados o vestir tus ventanas con cálidas cortinas.

4. Di sí al ‘desorden ordenado’

Si quieres crear un ambiente relajado y bohemio en casa, sobre todo, déjate llevar por cierto 'desorden ordenado' y ten una montaña de cojines en el sofá de distintos coloresy formas; pon varias alfombras de diferentes tamaños y estilos, deja la manta tal y como caiga… Aquí, ¡cuánto más desiguales, mejor! Tener todo bajo control y caer en el efecto escaparate, no entra en los planes de la decoración 'boho'.

5. Coloca un sillón de ratán

Su fama le precede, y de forma merecida, porque el ratán es el material natural por excelencia usado en interiores bohemios, donde viste con autenticidad, muebles y objetos decorativos. Es habitual crear un rincón de relax en el salón con un sillón de este material, que invite a hacer una pausa en la rutina diaria. Aunque también será perfecto para la entrada, el dormitorio o, incluso, en un balcón. Una buena idea para copiar: resaltar la silla de ratán sobre una hermosa alfombra bereber.

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6. Saca a relucir su alma viajera

Los viajes son la principal fuente de inspiración del estilo ‘boho’. Inspirado en la vida nómada y, sobre todo, en el famoso "sendero hippie", una ruta que entre 1960-1970 partió de Europa y viajó a Asia y Oriente. Hecho que explica la presencia de materiales y objetos de distintos rincones del planeta. No hace falta que recorras el mundo para encontrar ese objeto que necesitas, pero sí que incorpores a tus estancias, mesas talladas, aparadores de madera, figuritas, espejos tipo sol, farolillos... Aquí lo artesanal puntúa doble. Y no, no hablamos de ‘souvenirs’.

7. Pon una (o dos) alfombra bereber

Este tipo de alfombra (auténtica tendencia de decoración) son como ventanas a otros lugares, ya que además de amueblar una habitación, aportan de inmediato una vía de escape y un cambio de aires. Con el auge de la decoración bohemia, la alfombra bereber se ha convertido en un símbolo de este estilo nómada. Y por una buena razón, tiene una historia que contar ya que, dependiendo del país, las técnicas de fabricación varían. Uno de los modelos más famosos es el Beni Ouarrain. De origen marroquí, esta alfombra se caracteriza por sus colores bicolor (generalmente blanco y negro o marrón y blanco) que forman patrones geométricos. Si el espacio lo permite, no dudes en acumular alfombras en el suelo… ¡Y en la pared!

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8. Abusa de los cojines

Porque tienen la capacidad de hacer de tu sofá o de tu cama el lugar más confortable del mundo. Lo ideal es mezclar tamaños, formas y colores y amontonarlos en los rincones donde los necesites según el momento. A la hora de colocarlos, procura que estén ordenados, pero de forma natural, sin que se note. Otra buena idea son los cojines de suelo, que te brindan excelentes asientos extras.

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9. No te sometas a la limpieza visual

Lo sentimos, si te encanta el estilo minimalista, adoras la decoración zen, te gusta que todo esté en su lugar y sigues al pie de la letra los consejos de Marie Kondo, el estilo bohemio no es para ti. Porque esta decoración permite acumular objetos y recuerdos que en otra estética estarían en el trastero o habrían ido directamente a la basura. Por eso, no dudes en abarrotar tus estanterías, tus mesas y tu suelo de velas, faroles, cuadros, lámparas... Un broche perfecto que hará que tus interiores ganen en alegría y calidez.

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10. Busca la mezcla y sé atrevida

Estamos ante un estilo que ama la libertad y que suele romper las reglas, incluso cuando se alejan de lo establecido o de las tendencias del momento. Piensa en combinar objetos y piezas que a priori no tienen mucho que ver, pero que, en la práctica, funcionan bien juntos y usa el sentido común para equilibrar la balanza del estilo y el buen gusto, como en esta propuesta de Cultfurniture con un sillón clásico, un puff blanco con aire marroquí, un farolillo negro...

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