Por mucho que sean muebles auxiliares, las mesillas de noche son uno de los elementos clave en el dormitorio, tanto por su papel decorativo como por su utilidad práctica. ¿Dónde, de no existir, íbamos a dejar todo lo que necesitamos antes de dormir o nada más despertarnos? Se nos hace imprescindible contar con una superficie junto a la cama en la que tener a mano ciertos enseres personales como, por ejemplo, nuestro despertador.
Sin embargo, y aunque las mesillas de noche son esenciales, no lo es que sean idénticas. Elegir dos modelos diferentes, de distinto diseño, forma o material, no es un error, sino que puede ser todo un acierto, siempre que se sigan unas claves lógicas.
Un alegato por la diversidad de formas
Hay quien ama la simetría en decoración y, en ese caso, puede que no esté de acuerdo con las premisas que vamos a defender hoy: que las mesillas de noche diferentes, bien escogidas, son todo un éxito.
Colocar a cada lado de la cama una mesilla de noche distinta de la otra añade una buena dosis de interés visual al espacio. Es perfecto, por ejemplo, poner un modelo de líneas rectas y otro de formas redondeadas y curvas: será una combinación perfecta.
Cómo mezclar materiales
Una forma de escoger mesillas de noche diferentes es optar por materiales distintos: una de ellas puede ser de madera y la otra metálica. Esta mezcla conseguirá aportar diversas texturas al dormitorio.
Otra alternativa es que, si eliges las dos mesillas de madera, que cada una sea de una tonalidad diferente, una más clara y la otra más oscura.
La altura sí que importa
En lo que se refiere a la altura de las mesillas de noche, no hay un único modo de proceder, sino que pueden darse diferentes casos y todos acertados. Por ejemplo, podemos colocar dos mesillas diferentes pero de una altura similar. De esta forma mantenemos un mismo plano visual en el dormitorio, lo que resulta equilibrado.
Por otro lado, también es posible optar por poner una mesilla baja y otra más alta, de manera que se logre un efecto asimétrico que resulte atractivo.
Apostar por los contrarios
Elegir un elemento y su contrario cuando se trata de parejas decorativas no es una locura, sino que puede dar buen resultado.
Es el caso de las mesillas de noche: cuando te decides por una muy voluminosa está bien colocar al otro lado de la cama un modelo más ligero y de menor tamaño.
O si pones una mesilla con patas altas y estilizadas, puedes acompañarla de otra que no tenga, como un modelo suspendido en la pared, ya se trate de una balda o no. La clave está en hacer y elegir las cosas con una razón de ser.
Un elemento especial
Ya hemos dejado clara la importancia de las mesillas de noche y, además de prácticas, también juegan un papel decorativo importante.
Por eso merece la pena que, al menos una de ellas, sea realmente especial. Puede ser un mueble de diseño o una pieza original. Lo importante es que sea diferente, atractiva, elegante, única…
Algo en común
Cuando hablamos de elegir mesillas de noche distintas para colocar a ambos lados de la cama no nos referimos a escogerlas sin criterio, al tuntún, de forma que sean muy diferentes y listo. En absoluto.
Las mesillas de noche que no son idénticas, pero que están muy bien combinadas, siempre tienen algo en común. Hablan el mismo idioma.
Pueden compartir solamente la forma, solo los materiales o el estilo, pero se adivina un nexo entre ellas que las relaciona y hace que se complementen de alguna manera. Acertarás.
Espacio para guardar
Aunque se trate de una cuestión puramente práctica, es fundamental que, al menos una de las dos mesillas, cuente con espacio de almacenaje.
Puede ser un cajón, una repisa o un hueco con puerta: cualquiera de estas opciones te resultará muy útil. ¿Por qué renunciar a ellas?
¿Y combinar una mesilla con otro tipo de mueble?
Es una idea genial muy adecuada especialmente para dormitorios amplios. De entre los muebles que mejor acompañan a una mesilla de noche están las sillas y las butacas. También las banquetas, las estanterías y las baldas fijadas en la pared.
Si realmente tienes espacio a los lados de la cama puedes colocar una cómoda: te ofrecerá un montón de espacio extra para guardar tus cosas.
No te olvides de la cama
Cuando estés pensando en elegir las mesillas que más te convienen, las prefieras iguales o diferentes, plantéate si están en armonía con tu cama o no.
Si esta es sencilla, sin cabecero o con uno de líneas simples, podrás optar por mesillas más originales y con un mayor peso visual. Pero si duermes en una cama con carácter, como las que llevan dosel, por ejemplo, lo mejor es acompañarla de mesillas más sobrias y serenas. El objetivo es perseguir el equilibrio.