No es fácil expresar tu propia personalidad cuando perteneces a una dinastía tan conocida, que marca, inevitablemente, tu vida. Sin embargo, ser un Etro significa respirar color, amar las etnias, desafiar estereotipos, tener una visión cosmopolita y viajar en busca de tradiciones y culturas. Pero también recibir una exquisita educación, llevar, al mismo tiempo, una vida bohemia y ser informal en las más absolutas formalidades de la propia familia. Alice Etro, hija de Kean Etro y nieta de Gerolamo “Gimmo” Etro (fundador de la casa de moda Etro), ha encontrado su propio espacio donde desarrollar su creatividad en Westwing, un sitio online de decoración de interiores del que es directora creativa en Italia.
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Podemos conocerla mejor viendo su casa de Milán, ya que es una mezcla de las cosas que ama, ecléctica, entre objetos vintage e impresos de la casa Etro. Alice encuentra la inspiración para su trabajo en este lugar. Llena de colores, recuerdos y objetos y muebles restaurados, aquí se percibe cómo el límite entre el mundo real y el digital se extiende en un movimiento continuo; todo está en proceso, su hogar es el centro donde ese movimiento toma forma con su nota de estilo. Entre un aviario, una “habitación jungla” y una divertida sala de estar nos recibe Alice, hija de la nueva “generación de Paisley”.
—Hola, Alice, háblame de tu familia y tus padres.
—Nací en una gran familia, mi madre es Mónica Bottigelli y mi padre, Kean Etro y ambos forman parte de dos familias vinculadas a los tejidos y la moda (Larusmiani y Etro). Así se explica el amor que siempre he sentido hacia las telas y las materias primas, buscando diferentes culturas y nuevas tradiciones. Mi padre siempre me ha llevado a los mercadillos vintage desde que era pequeña y, cuando iba con él a su oficina, pasaba horas donde revisaban las piezas de tela. Con mi padre y su actual mujer, Constanza (argentina que ha vivido en México, fundadora de FFFMilano), también descubrí el amor por la artesanía.
—¿Cómo es ser parte de una gran dinastía como la de los Etro?
—Ser un Etro es tanto una ventaja como una desventaja. Lo mejor son las posibilidades que me dio: ser sensible al arte, estar rodeada desde temprana edad de muchos estímulos, despertar interés y atraer la atención a lo que uno hace. Pero, por otro lado, está la carga de estar a la altura, buscar tu propia dimensión y mensaje, que sea coherente contigo, con tus valores y con tus habilidades. Por eso, ser directora creativa de Westwing Italia me hace muy feliz, porque he aprendido mucho, estoy muy comprometida y trabajo en una empresa con un gran potencial, muy cercana a mis valores y al tipo de liderazgo en el que creo.
—¿Qué objetivo quieres alcanzar?
—Hacer cada hogar más hermoso. De lo que mi padre siempre me ha hablado es precisamente de la transformación de la tradición en algo nuevo y actual, y eso es lo que trato de hacer todos los días. Los espacios pueden cambiar, pero lo creativo tiene el mismo rumbo y misma “reglas”.
“Ser una Etro tiene la ventaja de ser sensible al arte, despertar interés, atraer la atención a lo que uno hace, pero, por otro lado, está la carga de estar a la altura, buscar tu propio lugar y que sea coherente contigo, con tus valores y habilidades”
—¿Cómo definirías tu casa?
—Es un mix & match (mezcla y combina) que refleja plenamente mi personalidad, una mezcla de recuerdos, viajes, familia… Me encanta añadir y cambiar elementos decorativos según los estados de ánimo y las estaciones. Me gusta mezclar piezas icónicas de diseño contemporáneo -por ejemplo, el arco de Flos- con elementos más extraños y divertidos -como las lámparas Monkey de Seletti-, muebles de la colección Westwing, reliquias familiares y piezas recuperadas de los mercados vintage.
—¿Cuál es tu pieza favorita?
—Hace cinco años, cuando me mudé a esta casa, mi padre me llevó a su almacén de cosas antiguas y me enamoré del aviario de la entrada, donde guardo velas e incienso. Es un objeto que siempre quise porque que te hace soñar, es como un pequeño Taj Mahal, en el que colecciono todo lo que me da una dimensión más espiritual.
“Mi padre siempre me ha llevado a los mercadillos vintage y, cuando iba con él a su oficina, pasaba horas donde revisaban las piezas de tela”
—Tu cuarto es una oda a Etro.
—Como cabecero tengo un tapiz con un gran estampado de fular de los archivos de la empresa. Me gusta la combinación de recuerdos icónicos con piezas y muebles de diseño como el sofá Tribeca, de Westwing, en terciopelo claro, que es la que más me representa, donde mi novio, mi perro, mis gatos y yo estamos muy cómodos. También tengo una lámpara muy grande de Kare, con todos los cristales de colores y bolas de plexiglás; pequeños objetos icónicos, como el corazón de Marcantonio en la entrada o el jarrón Shit de la colección Toiletpaper.
—¿Cuál es tu gran desafío en tu trabajo?
—Mi trabajo consiste principalmente en seleccionar marcas y productos de todo el mundo, prestando mucha atención al made in Italy y al redescubrimiento de la artesanía. Este ha sido un aspecto muy importante en los últimos meses, ya que, como gran empresa de comercio electrónico, nos ha dado la oportunidad de apoyar a marcas italianas más pequeñas, dañadas por la situación reciente.
“Como mi casa, creo que yo también soy una mezcla, soy sensible y comprensiva, pero también organizada y tiendo a ser un poco ‘fanática del control’”
—¿Cómo se ha convertido tu visión de una casa y su concepto?
—Hasta hace unos años, la casa era algo útil, con un dormitorio para dormir y una cocina para comer. En los últimos años, sin embargo, la casa se ha convertido para mí en una nueva dimensión, mi escape de la vida cotidiana, mi mundo al que puedo invitar a amigos o familiares. Es el lugar que comparto con mi novio, un perro y dos gatos. Después de estos últimos meses, valoro más la importancia del entorno doméstico.
—¿Tienes un estilo favorito?
—Me encanta cuando una casa trae consigo una narración, cuando es capaz de contar la historia y la personalidad de quienes viven allí. Si tuviera que describir el estilo que más me refleja en dos palabras diría mix & match, un clásico en clave moderno, donde los objetos tienen una historia, pero que, al mismo tiempo, se adaptan al paso del tiempo y al paso de las modas.
—¿Cómo definirías tu personalidad?
—Como en mi casa, creo que yo también soy un mix & match, soy sensible y comprensiva, pero también organizada y tiendo a ser un poco “fanática del control”. El aspecto positivo es que esto me lleva a encontrar fácilmente soluciones pragmáticas. Estoy muy unida a mis hermanos (Joyce, Chiara, Swann, Gerolamo y Sofía) y a mis amigos, con los que suelo organizar cenas en casa. Me gusta mucho cocinar y tener cerca a las personas que amo, e invitarlas y hacerlas sentir como en casa; por eso, tener un sofá grande y una mesa muy bien preparada es muy importante para mí. Lamentablemente, hoy, entre trabajo y compromisos, es difícil tener tiempo libre; de hecho, solo voy a eventos que de verdad me interesan y, sobre todo, con personas con las que me gusta conversar, el resto del tiempo se lo dedico a mi novio (Michele), mis mascotas (Grace, Alaska y Kimba), a mis amigos, familia y a agregar detalles a la casa (soy bastante buena en trabajos manuales como pintar, restaurar muebles antiguos, etc.). Soy una persona sencilla, me siento aún mejor inmersa en la naturaleza y rodeada de animales, me da paz y serenidad; de hecho, de vez en cuando necesito desconectar y refugiarme en la montaña para volver llena de energía.