La madera se convierte una opción perfecta para renovar los suelos de la casa: aporta calidez y elegancia, resulta confortable y muy decorativa. Y lo mismo sucede con algunos de los materiales que la imitan, como el suelo laminado, que ofrece una apariencia muy similar y realista evitando algunos de los inconvenientes de la madera.
La belleza natural del parquet
Se trata de un pavimento natural de auténtica madera que resulta muy especial y decorativo. Tanto que es capaz de poner en valor cualquier ambiente de tu casa.
Sin embargo, ese toque natural y esa belleza no son inalterables. Los suelos de parquet, por estar fabricados con un material vivo, pueden cambiar de aspecto y de tonalidad debido al paso del tiempo, los rayos del sol o los cambios de temperatura.
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Suelo laminado: una opción interesante
De entre los muchos alicientes que presentan los suelos laminados, la resistencia y su sólida apariencia es uno de los más destacados. Están compuestos por tablas con una base de madera compacta que llevan en la parte superior una lámina impresa que imita el aspecto de la madera, protegida por una capa protectora.
Si bien en el pasado la apariencia de los suelos laminados dejaba bastante que desear, hoy se realizan imitaciones muy fidedignas. De hecho, en ocasiones son difíciles de distinguir de los suelos de madera auténtica. Además, los laminados permanecen inalterables a pesar del paso del tiempo.
Cuestión de resistencia
Comparar los suelos de parquet con los laminados para saber cuál es el que más te conviene pasa por analizar las mayores ventajas de cada uno, así como los inconvenientes que presentan.
Si sois muchos en casa y tienes niños pequeños necesitarás un pavimento resistente, que soporte estoicamente el uso intenso de toda la familia. E igualmente ocurre si convives con mascotas, especialmente con perros. En estos casos los suelos laminados se convierten en la mejor opción, por su alta resistencia y su escaso mantenimiento.
Por el contrario, el parquet se deteriora con mayor facilidad y necesita ciertos cuidados para mantenerse en buen estado. Hay que proteger y tratar la madera con los productos adecuados, así como nutrirla de vez en cuando.
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Apuesta por el confort
Un buen suelo de madera es toda una delicia para aquellos a los que les encanta andar descalzos por la casa. No solo resulta cálido, sino que al ser un material natural, la madera es un tanto elástica, lo que se nota al pisar.
Por el contrario, los pavimentos laminados, fabricados con materiales compactos, son más duros y menos flexibles, además de fríos. Para mejorar este último aspecto es importante instalar una buena capa aislante debajo del pavimento.
Cuidado con la humedad
Se tiene la idea de que el parquet no es apto para cocinas y cuartos de baños por ser zonas con excesiva humedad, mientras que el suelo laminado sí se puede instalar en estos espacios.
Sin embargo, esto no es del todo cierto. Ambos pavimentos ofrecen una resistencia limitada a la humedad (aunque hay maderas que la soportan mejor como el iroco o la teca), por lo que necesitan que se sellen las juntas entre los tablones (también en el caso de los laminados).
Si el agua penetra por alguna rendija y llega hasta la capa inferior, el suelo terminará por levantarse por muy laminado que sea.
Un consejo
Si quieres instalar laminado en tu cuarto de baño, protégelo con un tratamiento específico que le aporte impermeabilidad.
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El proceso de instalación
Se trata de uno de los aspectos en que difieren el parquet y el laminado. El primero es bastante más difícil de instalar y requiere la actuación de un profesional. Puede colocarse fijando las tablas con adhesivo, o ensamblándolas sin pegamento.
Por otro lado, los suelos laminados se instalan de manera mucho más fácil y rápida gracias a su sistema en click o machihembrado. Tanto es así que puedes hacerlo tú misma, colocando el nuevo pavimento sobre el que ya tenías, sin necesidad de retirarlo.
La importancia de la base aislante
Preparar el suelo de la manera más conveniente es fundamental tanto para parquet como laminados. Desde el punto de vista de la temperatura, la base te ayuda a mitigar el frío del solado y a conseguir que la pisada sea más cálida y agradable, lo que es más importante cuando se trata de suelos laminados.
Además, la base también cumple una función de aislante acústico, mitigando el sonido de los pasos y conseguir que sean más silenciosos.
El material de la capa aislante puede eliminar pequeñas irregularidades del suelo para lograr nivelarlo de forma más exacta.
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El coste importa
Partiendo de la base de que los suelos de calidad, ya sean de parquet o laminados, tienen un precio más elevado, podría decirse que los segundos son más asequibles que los primeros.
Es decir, un pavimento de parquet es más caro que uno laminado y no solo por el propio material, sino también por la instalación que, al ser más compleja y tener que realizarla un profesional, encarece el precio.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el coste de un suelo laminado de alta gama puede asemejarse mucho al de un buen suelo de parquet.
Limpieza y mantenimiento
Si lo que necesitas es un suelo fácil de mantener, que no te de quebraderos de cabeza, el laminado es la mejor opción. Para limpiarlo basta con aspirarlo frecuentemente y fregar de vez en cuando con agua y un jabón neutro.
Si prefieres una solución más natural puedes utilizar agua caliente y vinagre blanco para limpiarlo. No utilices limpiadores a base de aceite porque dejan residuos y apagan el brillo.
El parquet, por el contrario, requiere de más cuidados y mantenimiento ya que, además de aspirarlo y limpiarlo con un jabón específico que no contenga siliconas ni ceras, es importante aportarle la nutrición que necesita.
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