Una de las cosas más importantes a la hora de acometer las tareas de la casa es la organización. Nos ayuda a tener muy claro qué trabajos hemos de realizar, en qué orden y con qué frecuencia.
Sin embargo, y aunque seamos previsores y ordenados, hay ciertos rincones que suelen pasarse por alto. Un buen día descubres que hace siglos que no los limpias, que la suciedad y el polvo se han acumulado y que ahora cuesta mucho más trabajo dejarlos en condiciones.
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A continuación hacemos un repaso de estos puntos críticos para tenerlos muy presentes en los planes de higiene doméstica.
Los techos, esos grandes ignorados
Es cierto que no solemos alzar nuestra vista hacia el techo, más que en contadas ocasiones. Y quizá por eso no les dedicamos a esas superficies el tiempo y el cuidado que se merecen. En los techos de tu casa, aunque no lo parezca, se acumula el polvo, sobre todo si tienes molduras decorativas.
Para mantenerlos en buen estado, no esperes a la limpieza general. De vez en cuando pásales un plumero de microfibra, ayudándote con un mango telescópico, o envuelve el cepillo de barrer en un trapo seco. Ve trabajando por zonas, arrastrando el cepillo para eliminar el polvo.
Existen zonas difíciles, como el techo de la cocina, que requieren un tratamiento más profundo. Además de polvo se acumulará grasa, manchas, etc. Lo mejor es darle una mano de pintura una vez al año.
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Presta atención a los rodapiés
Pasan totalmente inadvertidos, pero son un elemento clave a la hora de proteger las paredes de golpes, de la acción de la fregona, etc. Día tras día acumulan polvo y suciedad, por lo que necesitan que los limpies dos veces al mes como mínimo.
Para hacerlo fácilmente y con buenos resultados, comienza por repasarlos con el aspirador (colocando el accesorio adecuado en la boquilla). Después límpialos con un trapo mojado y escurrido en agua y jabón neutro. También puedes usar un producto específico para madera.
Las persianas, siempre a punto
Son elementos de los que, por regla general, solo nos ocupamos cuando realizamos la limpieza general. Sin embargo, las persianas están expuestas a las inclemencias del exterior, por lo que se ensucian muchísimo. Lo ideal es repasarlas una vez al mes y para ello existen diferentes procedimientos.
Uno de los más efectivos es utiliza la vaporeta. Con este electrodoméstico las dejarás impecables solo con vapor de agua, sin necesidad de utilizar productos químicos ni limpiadores agresivos.
Otra alternativa, si no tienes vaporeta, es aspirarlas (mejor con un aspirador de mano) para quitar el polvo de todos los recovecos, y después pasarles un trapo mojado en agua jabonosa.
Las puertas y sus marcos
Actualmente vivimos una situación muy especial. La pandemia por coronavirus nos ha obligado a revisar nuestros hábitos de limpieza y, quizá por ello, le prestamos más atención a las puertas de la casa.
Puede que imbuidos por ese afán de desinfección que nos inunda, limpiemos constantemente picaportes, pomos y manillas. Sin embargo, los marcos de las puertas suelen caer en el olvido.
Se hace necesario poner la atención en ellos, en la parte superior de las puertas y en las molduras decorativas si las tuvieran para eliminar el polvo que se va acumulando día tras día. Utiliza el plumero de microfibra o un paño con agua y jabón.
Si tus puertas son de madera lacada, evita las esponjas agresivas que puedan arañarlas y utiliza alcohol diluido en agua para eliminar las manchas.
Enchufes y regletas
Tener bien organizados y protegidos los cables de los diferentes aparatos tecnológicos es la mejor manera de evitar que se enreden y se llenen de polvo. Sin embargo, también es fundamental limpiar los enchufes y las regletas que todos utilizamos.
Lo primero que tienes que hacer es desenchufar los aparatos y pasar un trapo seco por los enchufes. Si la cosa es grave y están muy sucios, lo mejor es repasarlos con un algodón humedecido en alcohol, procurando que no entre el líquido en los agujeros del enchufe. La razón por la que el alcohol es una buena alternativa para limpiar estos elementos es porque se evapora rápidamente y no deja rastro de humedad, algo fundamental cuando se trata de aparatos o instalaciones eléctricas.
Un vistazo a las plantas de interior
Tanto si son naturales como artificiales, las plantas de interior también se ensucian. El polvo se va depositando en las hojas y de vez en cuando se hace necesaria una limpieza.
Si las macetas son pequeñas puedes meterlas en la bañera y darles una ducha rápida.
Si las plantas son demasiado grandes puedes pulverizarlas o pasarles un paño húmedo. En el caso de las plantas naturales, ten cuidado con las especies que no toleran bien que se mojen sus hojas. Puedes eliminar el polvo de las plantas artificiales con ayuda del secador de pelo, en la función de aire frío.
Los radiadores, ¿cómo se limpian?
Se trata de uno de los elementos más molestos de mantener limpios. Se van llenando de polvo y, como están anclados a la pared, no permiten una limpieza fácil.
Para conseguir buenos resultados lo mejor es emplear el aspirador (busca un accesorio estrecho que puedas introducir por la parte posterior).
Otra opción es utilizar un plumero de microfibra que te permite acceder a todos los recovecos. Por último, repasa con un paño con agua jabonosa y seca después.
El aspirador y los utensilios de limpieza
No solemos prestar demasiada atención a los elementos con los que hacemos la limpieza diaria y, sin embargo, es algo esencial. Difícilmente podremos conseguir buenos resultados si acometemos las tareas domésticas con utensilios sucios.
Revisa tu aspirador: el cabezal, los cepillos, etc. Quítale el polvo y, si están muy sucios, límpialos con agua y amoniaco. Procura que la fregona, el cepillo de barrer y el plumero estén en buenas condiciones y cámbialos si no es así, y sustituye a menudo trapos, bayetas, estropajos y esponjas.
Las rejillas del aire acondicionado
Si tienes en casa un sistema de aire acondicionado o de calefacción por conductos, seguramente tienes otro rincón olvidado a la hora de limpiar: las rejillas.
Se trata de elementos que no solemos tener en cuenta, y que es necesario repasar cada cierto tiempo. Tendrás que desmontarlas y fregarlas en la bañera con agua y amoniaco.