En esta temporada tan atípica, son muchas las celebrities que se han animado a cambiar de casa, y Winona Ryder no ha sido una excepción. Aunque, a diferencia de la gran mayoría, la popular actriz no suele realizar grandes movimientos en el mercado inmobiliario. De hecho, ha sido ahora cuando ha decidido colgar el cartel de 'se vende' al que ha sido su hogar durante 25 años. Más de dos décadas en las que ha disfrutado de esta histórica propiedad construida a principios del siglo pasado en San Francisco, por la que pide más de 4 millones de euros (unos 4.995 millones de dólares).
La vivienda, de estilo colonial, se sitúa en el exclusivo barrio de Cow Hollow, en San Francisco, mira, directamente, al emblemático puente Golden Gate de la ciudad, y alberga un interior lleno de sorpresas, que mezcla tradición y modernidad.
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Un amplio y luminoso recibidor
Tal y como se adelantaba anteriormente, la vivienda se construyó en 1902, por lo que presenta una distribución clásica, dividida en tres pisos estrechos y altos.
Un amplio y luminoso recibidor da la bienvenida a la misma, y acceso a la escalera que conecta con los niveles superiores. En él se combina la calidez de la madera con el blanco que cubre desde las paredes hasta los techos.
Y, como elemento decorativo, se ha incluido una consola, adornada con una planta y dos jarrones de diseño.
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Apuesta por lo clásico
En el salón principal, la actriz ha optado por las tonalidades neutras. De ello dan muestra tanto el sofá como las butacas que se sitúan alrededor de ellos. Sin embargo, también ha querido dar un toque de color para romper con este ambiente, incorporando cojines en diferentes colores, como mostaza o azul marino.
En el centro de la estancia, encontramos una mesa auxiliar con encimera de mármol clara (donde se han dejado unos libros y unas flores), y base que juega con las líneas negras, que se sitúa frente a una chimenea de lo más clásica. Una pieza enmarcada en una estructura de madera y sobre la que se ha colocado un espejo rectangular, con marco plateado.
Un alfombra con fondo grisáceo y detalles blancos cubre el suelo, de madera, que aporta calidez, mientras que las contraventanas, de madera, lacadas en blanco, permiten el paso de la luz natural.
Todo al turquesa
En contraste con el salón principal, en el el comedor, Winona Ryder se ha animado a dejar que el color entre en el cuarto. Lo que ha conseguido gracias principalmente a las sillas de terciopelo color turquesa que acompañan a la mesa alargada de cristal. Un material que deja al descubierto el mobiliario, y al mismo tiempo lo potencia.
Una lámpara con forma circular preside el rincón que, a su vez, se abre a otros espacios de la casa. De ahí que para delimitarlo haya colocado una alfombra de color crema.
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Una cocina sencilla y romántica
A juzgar por la imagen, la cocina es un tanto estrecha, pero se ha aprovechado al máximo cada uno de sus rincones, a través de las vitrinas, las alacenas y los cajones que la rodean. Todos ellos en color blanco, a juego con una encimera de mármol pulida en un tono gris muy claro, que prácticamente se funde con el blanco.
En un guiño al estilo industrial, se han instalado dos lámparas plateadas, a juego, también, con los electrodomésticos de esta estancia.
Por último, llama la atención que, respetando la línea que se sigue en el resto de la vivienda, el suelo continúa siendo de madera.
En clave vintage
El hogar de Winona Ryder durante los últimos 25 años dispone de dos baños completos y otros dos reservados a los invitados. Entre ellos se encuentra éste, uno de los principales, que, como bien se puede apreciar en la imagen, mantiene la esencia 'retro' que recuerdan los orígenes de la casa.
Por un lado, destaca una bañera vintage, con grifería de plata, y al otro, un lavabo que también recuerda a los de los cuartos antiguos, acompañado de un espejo cuadrado que cuenta con su propia iluminación.
Los azulejos blancos cubren las paredes, mientras que el suelo está compuesto por pequeñas teselas que conforman un mosaico en blanco y negro, al más puro estilo vintage.
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Al calor de la chimenea
En la parte superior de la casa, se ubican las habitaciones, entre ellas, ésta, en la que se puede apreciar la variedad de estilos que conviven bajo el mismo techo. Y es que, aunque la cama se presenta con una decoración 'fresca', mira, directamente, a una chimenea con aires señoriales, rodeada de una estructura de madera y enmarcada en otra de mármol. Lo que, sin duda, hace honor a sus orígenes.
Una original obra, que simula ser un espejo, se ha colocado sobre ella, y al otro lado, descubrimos un mueble con un espejo idéntico al que se encuentra en el salón.
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Un tímido toque de color
Desde otra perspectiva, se confirma que a pesar de tener algunos elementos 'retro' como la chimenea, en esta habitación la actriz se ha decantado por un estilo más fresco y con algún que otro toque de color. Especialmente, gracias a los dos cuadros que se encuentran sobre el cabecero de la cama, los cojines de la misma, y la alfombra, de tonalidad azul, que combina con el paisaje azulado que se puede divisar desde la ventana.
A ambos lados de la cama, no podían faltar las mesitas auxiliares, con dos lámparas blancas, con una base de piedra circular.
De nuevo, el suelo vuelve a ser de madera para dotar a la estancia de calidez.
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Una acogedora sala de estar
Además del salón principal, la casa también dispone de una acogedora sala de estar con televisión incluida. Sin embargo, su decoración dista mucho de ser la del anterior. Tanto es así que en esta otra habitación, nos topamos con un sofá de un color rosa pálido (a diferencia de los neutros que se vieron anteriormente), e incluso una butaca de cuero, de color azul.
Como nexo de unión, una mesa baja de cristal tintado, y, al igual que ocurría en el baño, en esta ocasión, se ha instalado una moqueta para cubrir el suelo.
Una terraza 'en las alturas'
Esta casa colonial también trae incorporada una pequeña terraza en su piso más alto. Protegida por unas barandillas de cristal, y, al mismo tiempo, por los frondosos árboles que la rodean.
Para decorarla, la intérprete ha decidido sumarse a las últimas tendencias, incorporando muebles de ratán, en color oscuro. Dos sillas y un sofá, acompañado por varios cojines en una tonalidad similar, y una mesa de centro en la que se han colocado dos plantas.
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Todo un jardín 'encantado'
Si la actriz contaba con una terraza en las alturas, en su planta más baja disponía de un jardín encantado, delimitado por vallas de madera, que lo separan de las otras viviendas. Aquí se han plantado diferentes especies de árboles, plantas, flores... que consiguen crear un paisaje frondoso.
Incluso cuenta con su propio camino de ladrillos que conduce a un rincón, donde hay dos bancos de piedra y una escultura del mismo material. Un 'escondite' ideal para disfrutar al aire libre.
Unas vistas incomparables
Desde lo más alto de la casa, puede incluso divisarse la bahía y todo un emblema de la ciudad de San Francisco: el puente Golden Gate. Pero también el precioso Palacio de Bellas Artes, rodeado de una laguna artificial, y levantado en 1915 con motivo de la Exposición Universal, y que fue reedificado posteriormente, en 1965.
Aunque estas vistas se aprecian desde el último piso, lo cierto es que, además, la casa tiene numerosos ventanales que dejan paso, en cada una de sus estancias, a la luz natural que baña la ciudad californiana.