El fenómeno ‘Cluttercore’ ha irrumpido con fuerza, especialmente en las redes sociales y tiene todos los ingredientes para triunfar, sobre todo entre aquellos que estaban cansados de tanta ‘cordura’ visual, contención decorativa y una organización estricta de la casa, que pusimos en marcha durante el confinamiento y que mantenemos a raja tabla a día de hoy. Esta nueva tendencia de decoración, que en TikTok supera los cuatro millones de visitas, viene dispuesta a hacer frente a Marie Kondo y al resto de gurús del orden, arrinconando al minimalismo y apostando por el maximalismo y cierto caos en los interiores, que busca ‘humanizarlos’ y hacerlos más auténticos y honestos. Incluso si tienen algo de polvo.
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Más que una estética
El ‘Cluttercore’, que surge en pleno confinamiento del coronavirus, sobrepasa las barreras decorativas y se hace un hueco entre los sentimientos y las emociones. Porque la forma en la decoras el espacio es parte de lo que eres, habla de ti. Es, por tanto, una de las mejores maneras de personalizar los espacios, de hacerlos tuyos y de separarse del 'efecto tienda', en el que se suele caer cuando montas, por ejemplo, el salón de casa. Eso sí, ten cuidado en no traspasar la frontera entre el desorden organizado y el caos. Son conceptos distintos.
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El arte de acumular
Detrás de este neologismo, que nace de la contracción de los términos 'Clutter' (desorden) y 'Core' (esencial), se esconde el arte de la acumulación, de manera estudiada, con sentido común. Porque hacer 'Cluttercore no consiste en poner patas arriba tus espacios y llenarlo de objetos inservibles, sino que estamos ante un desorden organizado con amor, que te permite rodearte de las cosas que te hacen feliz.
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La tendencia 'deco' para sentirse bien
El coronavirus ha trastocado muchas cosas de nuestra vida y nos ha ‘encerrado’ en casa. Ante esto, el ‘Cluttercore’ se erige como una forma de construir tu propio refugio personal con las cosas que te hacen sentir bien, dando una dimensión cálida a tus interiores, que ahora, además de vivienda, son oficina, restaurante, aula de colegio o sala de reuniones. Sin olvidar, que las cosas te hacen anclarte y ser parte de algo, incluso cuando vives de alquiler.
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Orden en el caos
Que no te engañen las apariencias porque no estamos ante un batiburrillo de cosas esparcidas sin ton ni son por el salón. Para crear un ambiente ‘Cluttercore’, primero pensamos en la disposición de los distintos objetos, nos aseguramos de ofrecer una gama cromática mínima coherente y, sobre todo, aderezamos el espacio, sin transformarlo del todo, y permitiendo que puedas moverte por la estancia con cierta libertad. No se trata de acumular por acumular. Eso tiene otro nombre distinto.
Desorden sí, caos no
Es decir, no hablamos de habitaciones infantiles o juveniles donde bajo la cama se esconde un arsenal de ropa y objetos, ni la acumulación de basura o de cosas inservibles que no poseen ningún valor sentimental, sino de un desorden que organiza con amor (y siguiendo tus propias reglas) libros, plantas, recuerdos o útiles de trabajo. Por eso, puedes encontrar columnas de ejemplares en el suelo, que ya has leído, un rincón de plantas entre las que se encuentra una enferma o aquellas baratijas que son casi amuletos para tu día a día. Aunque no es oro todo lo que reluce, tal y como argumenta Jennifer Howard en su libro ‘Clutter: An untidy history’.
No te quedes a medias
La clave del ‘Cluttercore’ es apostar por el maximalismo sin reservas de ningún tipo: si es recargado debe serlo. Por eso, además de objetos y adornos, no dudes en exhibir tus muebles y exhibir con orgullo los souvenirs o baratijas que llevas años atesorando en la librería del salón. Porque esta tendencia ama, por encima del resto de estancias, al salón y al dormitorio y pasa de puntillas por el resto.
Con espíritu bohemio
Y un toque muy ‘cocooning’. Para lo cual, no dudes en incorporar los objetos adquiridos a lo largo de los años y, al mismo tiempo, abusar de cojines, mantas y alfombras, que proporcionan este famoso efecto 'nido’. Se trata de crear estancias cómodas y confortables donde te sientes más tú, que ayudan a lograr una ‘casa vivida’, incluso cuando no has hecho la cama. Como estamos ante una decoración de interiores con historia, debes dejar que la cosas hablen.
Pasado victoriano
Esta tendencia nos lleva a la decoración victoriana (adquisición y exhibición) con casas donde pesadas cortinas impiden el paso de la luz y cuyas habitaciones están llenas de muebles oscuros y enormes. Las imaginamos como ‘museos’ de cosas, con todas las piezas y superficies, desde aparadores hasta estanterías o chimeneas, llenas de figuras de cerámicas y recuerdos, mientras que las paredes están cubiertas (casi) en su totalidad por cuadros y fotografías, y las molduras se pasean por los techos sin miedo.
Amiga del ‘Cottagecore’
Tan cercanas están ambas tendencias, que muchas veces se etiquetan juntas. Aunque hay que entender el ‘Cottagecore’ como un estilo de vida en el que el desorden (acogedor y campestre) tiene un papel principal en la creación de espacios amables y verdes, con decoraciones bucólicas y románticas, donde las plantas son parte esencial y cumplen múltiples tareas.