El espacio en el armario del dormitorio es un tesoro muy preciado que debemos rentabilizar al máximo, sobre todo cuando escasea. Cada centímetro cuenta, por lo que es fundamental doblar la ropa de una forma práctica. Así lograrás colocar más prendas en menos espacio y tenerlas siempre ordenadas: dos objetivos esenciales que debes tratar de conseguir.
Las enseñanzas de Marie Kondo
Ella fue la precursora a la hora de transmitirnos que era posible conseguir la felicidad en nuestra vida a través del orden. Después llegaron otras filosofías sobre cómo organizar nuestra casa, como el dan-sha-ri (que explica la importancia de conocerse a uno mismo a través del orden) y el döstädning (un método sueco sobre cómo ordenar tu casa y tu vida).
Sin embargo, fue Marie Kondo quien nos enseñó la importancia de doblar correctamente la ropa antes de guardarla en el armario. En su libro La felicidad después del orden (Ed. Aguilar) encontrarás todas las claves.
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Primera regla: no apilar
Es, seguramente, el error más garrafal de todos los que cometemos a la hora de colocar la ropa en nuestro armario. Tendemos a hacer altas pilas de camisetas, jerséis o sudaderas, sin darnos cuenta de que no es la mejor forma de ordenar estas prendas.
Así suele suceder que, al ir a coger alguna de la parte inferior, toda la torre se desmorona. Además, la ropa se arruga y se marcan los pliegues. Por todo esto, lo mejor es que abandones cuanto antes la costumbre de apilar.
Apuesta por el doblado en vertical
La mejor manera de doblar camisetas y otras muchas prendas es hacerlo siguiendo las bases del doblado en vertical. La clave está en hacer paquetes con la ropa que puedan sostenerse en posición longitudinal. Es una de las claves por las que apuesta Marie Kondo.
Una vez colocadas de esta manera todas las prendas, es fácil encontrar lo que buscas a la primera. Además, así evitarás que se arruguen dentro del armario y conseguirás mantener el orden. Todo ventajas.
Esta forma de doblar las prendas a modo de paquetes te servirá para camisetas, tops de tirantes, jerséis finos, ropa de deporte e, incluso, pantalones vaqueros.
Tus cajones, siempre en orden
El mismo sistema de guardar las prendas en vertical, previamente dobladas en forma de paquete, sirve para colocarlas en los cajones, siempre que estos tengan la altura necesaria.
Para organizar el interior puedes utilizar separadores que impedirán que todo quede revuelto en poco tiempo, en especial cuando se trata de ropa de pequeño tamaño.
Recurre a las cajas
Si el interior de tu armario está dividido en baldas y estantes que incitan a apilar la ropa, en lugar de guardarla doblada en vertical, siempre puedes utilizar elementos para reestructurar el espacio y establecer los compartimentos que necesites.
Las cajas sin tapa, por ejemplo, funcionan muy bien para este propósito. Elígelas del tamaño adecuado y del material que prefieras: de tela, de cartón, de plástico, etc.
Doblar los calcetines y la ropa interior
Es uno de los grandes dilemas: cuál es la mejor manera de colocar la ropa interior en los cajones para mantener el orden, ya que se trata de prendas pequeñas que se rebelan y parecen querer desordenarse continuamente.
A la hora de doblar los calcetines, solemos estirar la goma para hacer un paquete con ellos. Sin embargo, esto es un error ya que la goma se suele estirar y los calcetines se nos caerán cuando los usemos. Lo mejor es poner juntos los dos calcetines, doblar el talón hacia el interior y enrollarlos hasta conseguir que se sostengan en vertical.
La ropa interior se dobla de la misma manera, y los sujetadores se han de plegar poniendo una de las copas en el interior de la otra.
Lo que va colgado
No toda la ropa ha de guardarse doblada. Algunas prendas deben colgarse en las perchas adecuadas, en la barra del armario. Se trata de vestidos, faldas, blusas, camisas, pantalones de vestir y americanas.
Como reglas básicas de actuación destacaremos la de atender a la longitud de la ropa y a la altura de las barras (para que lo más largo no quede doblado y se arruguen), colgar una prenda por percha sin apelotonarlas, y abotonar las camisas, en especial el primer botón, para que el cuello no quede arrugado.
Guardar las toallas
Aunque existen varias formas de doblar y guardar las toallas y cada uno hemos de encontrar la manera que mejor nos funciona, una buena idea es hacerlo por tamaños, por lo que conviene doblarlas de forma que queden más o menos iguales.
En primer lugar dobla la toalla por la mitad. A continuación hazlo según la regla de los tercios, dividiéndola en tres partes, de forma que nos quede un paquete plano (lo ideal es que tenga el tamaño del estante donde vas a colocar la toalla).
Si tienes poco espacio para almacenar tus toallas puedes doblarlas enrolladas, ya que ocupan menos.
La ropa de cama: sábanas, mantas y colchas
Aunque lo ideal es contar con un armario para tener organizados este tipo de elementos textiles, no siempre es posible y a veces tendrás que colocar la ropa de cama en un cajón o en un estante del ropero del dormitorio.
Sea como sea, las sábanas se doblan en rectángulo, uniendo bien las esquinas y siguiendo la regla de los tercios (dividiéndolas en tres partes). Coloca la bajera junto a la encimera y guárdalas en una de las fundas de almohada para tener el juego ordenado y completo.
Mantas, edredones y colchas se doblan en rectángulo o cuadrado, según las dimensiones del hueco donde las vas a guardar.